Un 28,5% de desinterés y baja participación estudiantil en temas vinculados a la religión católica son algunos de los resultados que tuvo un estudio realizado entre la Delegación Episcopal para la Educación y Cultura del Arzobispado de Santiago y el Instituto "Escuela de la Fe" de la Universidad Finis Terrae.
El informe analizó la situación actual que viven profesores de la religión católica del Arzobispado, lo cual dio cuenta de que casi un tercio de los estudiantes presenta desinterés por la asignatura.
En concreto, el estudio aplicado a 160 profesores a través de formato cuantitativo y cualitativo determinó en un 80% de los docentes son de nacionalidad chilena, un 15% venezolana y 5% de otras.
Del total, el 62% es mayor de 45 años. Según el informe, esta concentración etaria "sugiere un cuerpo docente maduro y experimentado, pero plantea un desafío de renovación generacional".
Otro hallazgo es que del total encuestado, un 93,7% de los profesores son laicos, mientras que solo un 6,3% se identifican como religiosos consagrados.
También, la distribución por niveles educativos muestra mayor concentración en educación básica (45%) y media (35%), y el 52,5% pertenece a colegios particulares pagados.
Valoración de los estudiantes
Además, entre los desafíos para los docentes se identificó una poca valoración por parte de los alumnos a la asignatura. Un 28,5% de los profesores aseguró que en sus clases hay evidente desinterés y baja participación estudiantil.
En tanto, un 22,3% declaró que un desafío es la metodología y didáctica de enseñanza, mientras que un 18,7% afirmó que es falta de apoyo familiar. En tanto, un 15,4% apuntó a un contexto institucional desfavorable y 10,2% la atención a necesidades educativas especiales.
Cabe mencionar que uno de los testimonios anónimos que recopiló el estudio explicó que una de las razones del desinterés que existe por parte de los jóvenes es "la falta de incidencia de la calificación en el promedio final es frustrante. Los estudiantes te dicen directamente: 'Profe, esto no me sirve para la PSU, para la universidad, para nada'".
En tanto, otro docente afirmó que "existe una tensión constante entre enseñar religión católica explícita y adaptarse para captar interés, a veces con valores sin que 'se note que es católica'".
Preocupaciones de docentes
En la dimensión de Valoración y Reconocimiento, las percepciones son más mixtas. Los docentes fueron consultados a responder sobre su percepción de preocupación al enseñar esta materia, posicionándola en una escala de 1 a 5, siendo 5 la mejor valoración.
En ese sentido, los profesores se sienten "valorados por sus estudiantes" en un 3,8; mientras que "reconocidos profesionalmente por colegas" en un 3,7.
Por su parte, la "valoración profesional por padres y apoderados" es considerablemente menor alcanzando un promedio de 3,2. En cuanto al "interés familiar por lo que la clase puede aportar", este también se sitúa en niveles moderados con nota 3,3.
Esta dimensión también dio cuenta de problemas estructurales significativos, ya que la "implementación de dos clases semanales" obtuvo un 2,5, mientras que la "equivalencia salarial" con otras asignaturas tuvo un 2,4, posicionándose como una de las mayores preocupaciones de los docentes encuestados.
Hallazgos
En relación a los hallazgos, se detalló que "el análisis revela una paradoja significativa: los profesores de religión mantienen altos niveles de satisfacción y compromiso personal/espiritual a pesar de enfrentar importantes desafíos estructurales e institucionales".
"Esta resiliencia parece sostenerse en la vocación y la fe personal de quienes fueron parte de la muestra del estudio, funcionando como recursos internos clave ante la adversidad", consignó el informe.
El estudio concluyó que "los profesores de religión se enfrentan a un panorama complejo en su práctica diaria. Un desafío recurrente es la enseñanza en contextos laicos o con la presencia de padres no creyentes que expresan un rechazo explícito a los temas religiosos. Esta situación obliga a los docentes a una adaptación constante".
Entre las razones, se encontraría "la implementación de programas curriculares, como el EREC 2020, también presenta dificultades en su implementación en los diversos contextos educativos y en colegios, en los que se pide reducir lo religioso a una entrega de valores generales".
Visión de expertos
El director del Instituto "Escuela de la Fe" de la UFT, Patricio Jaramillo, afirmó que "a la luz de los programas de Educación Religiosa Escolar Católica 2020, la clase de religión, en un sentido amplio, es un aporte para todo estudiante".
"Más allá de una cuestión confesional, aporta a la formación integral de la persona, promueve el diálogo fe, vida, cultura; genera espacios de sentido en contextos complejos, favorece la construcción de identidad y pertenencia, aporta herramientas éticas para la vida cotidiana", mencionó.
Además, sostuvo que "a su vez, para quienes se declaran creyentes católicos, es un espacio para formarse como persona, capaz de actuar en coherencia con el Evangelio, discernir éticamente y comprometerse en su entorno con sentido cristiano".
En esa misma línea, el obispo auxiliar, vicario general del Arzobispado de Santiago y presidente del área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, Monseñor Alberto Lorenzelli, sostuvo que "hoy la enseñanza de religión creo que es una de las disciplinas que se demuestra más difícil, por la sociedad en que vivimos".
"La enseñanza presenta los desafíos de cómo llegar a los primeros educadores que son los padres y apoderados, en los temas que más nos urge como el primer anuncio y la venida de Jesuscristo", mencionó el obispo Lorenzelli.