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Ruta 78 y crimen organizado: Las razones de la creciente violencia en sectores cercanos a la Autopista del Sol

Desde ajustes de cuentas hasta represalias por la destrucción de narcomausoleos, las zonas rurales enfrentan un complejo escenario en seguridad.

12 de Agosto de 2025 | 08:01 | Por Daniela Toro, Emol.
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Ataque incendiario a camiones de la municipalidad de El Monte; y diligencias de Carabineros y Fiscalía ECOH por balacera contra menor de 15 años en Melipilla.

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Son varios los episodios delictivos que se han registrado en los últimos meses en zonas de la Región Metropolitana que están en las cercanías de la Ruta 78 -que une Santiago con San Antonio-, y que vuelven a encender las alarmas respecto a cómo la criminalidad ha logrado expandirse a sectores que históricamente destacaban por su tranquilidad.

El hecho más reciente se registró en la comuna de Melipilla, donde un menor de 15 años fue acribillado en el sector de calle José Miguel González, a pocas cuadras de su domicilio. El adolescente, quien contaba con algunas causas policiales, fue atacada a balazos cuando abordaba un taxi, y cuyo conductor también resultó con heridas. Pese a que ambos fueron trasladados a un recinto asistencial, el joven falleció y el chofer se encuentra en estado grave pero fuera de riesgo vital.

La semana pasada también ocurrieron hechos de preocupación en la propia Ruta 78, luego que casi una decena de automovilistas denunciaran ataques con piedras a sus vehículos. De acuerdo a Carabineros, se logró ubicar a dos menores de edad cuyas características coincidían con los registros de la autopista.

A inicios de agosto, un grupo de cinco menores de edad protagonizaron un robo bajo la modalidad del "turbazo" en una tienda ubicada en el strip center de Balmaceda 710, en la comuna de Talagante. Los sujetos robaron celulares valuados en unos $3 millones, que lograron ser recuperados por Carabineros con apoyo de patrujalles de la seguridad municipal.

Presuntos nexos con el crimen organizado


Pero la tranquilidad de estas zonas también ha sido alterada por hechos de incluso mayor magnitud. En abril, desconocidos quemaron cinco buses y dos camiones -de propiedad municipal- en un incendio intencional en las dependencias del Departamento de Aseo y Ornato de la Municipalidad de El Monte, la alcaldesa de la comuna, Zandra Maulén, aseguró que esto es parte de una serie de amenazas que había sufrido.

Las diligencias por ese hecho apuntaron a que se trataría de una represalia por la demolición de narcomausoleos que se registraron en la comuna. "Es bien extraño que esto ocurra, incluso en una comuna rural. Por tanto, hay que tomarlo, y lo hablaba también en la mañana con representantes del AMUR (Asociación de Municipios Rurales), que es importante esto tomarlo como piloto de cómo vamos a enfrentar las comunas rurales esta delincuencia y este tipo de amenazas", dijo en esa oportunidad la jefa comunal.

A ese hecho se suma un problema que cada cierto tiempo aqueja a los vecinos de comunas rurales de la RM, y que suelen ocurrir en época estival: los llamados "parcelazos", que no sólo se desarrollan sin permiso municipal, sino que han terminado incluso en balaceras.

En febrero, un evento de este tipo que se desarrolló en un centro deportivo de San Bernardo, dejó un fallecido y dos heridos, todos de nacionalidad extranjera. De hecho, el Gobierno abordó el tema en la oportunidad y no descartó que bandas del crimen organizado estuviesen detrás de la organización de eventos de este tipo.

"El hecho se está investigando para poder dar con los responsables y entender cuáles cuáles son las motivaciones detrás. En materia de crimen organizado han existido varias noticias este último tiempo; es una prioridad para este gobierno, se ha trabajado en leyes en esa materia, y en fortalecer a nuestro Estado para entender mejor y combatir mejor este tipo de criminalidad", afirmó entonces la exministra vocera de Gobierno (s), Aysén Etcheverry.

Los elementos "clave" para la criminalidad


Uno de los primeros elementos clave, a juicio de los expertos, es que existen elementos territoriales que facilitarían que se comentan este tipo de hechos delictuales, pero también relativos a las características de la población que allí vive.

Rocío Zepeda, experta en seguridad de la U. Mayor, comenta que "el hecho de que estos actos se cometan en zonas cercanas a la carretera, o que haya una mayor distancia para que la policía pueda llegar o para que se pueda frenar el acto delictual. Eso facilita que los hechos delictivos lleguen a esas comunidades".

Pero a ello, se suma un segundo elemento, el que obedece a que "las comunidades que están en zonas rurales tienden a tener un un nivel de ingreso medio alto, por lo tanto, los botines son mucho mayores".

"La Ruta 78, en este contexto, ofrece a los grupos delictivos algo que no tienen en Santiago, esto es, una conectividad sin control. Es decir, pueden ejecutar un delito y en muy poco tiempo, pueden estar en el puerto de San Antonio o perderse por las calles de la capital".

Carlos Guajardo, Director de diplomado en Criminología UAH
Por cierto, el contexto del avance del crimen organizado hace que, inevitablemente, zonas como estas comiencen a volverse más inseguras, "porque los criminales van llegando a esos sectores donde antes no. Están llegando, y además, el cometer ilícitos se ve más facilitado por los elementos geográficos que de cierta forma facilitan la huída".

En la misma línea, Carlos Guajardo Director criminología diplomado UAH, afirma que la Ruta 78, en este contexto, "ofrece a los grupos delictivos algo que no tienen en Santiago: una conectividad sin control. Es decir, pueden ejecutar un delito y en muy poco tiempo, pueden estar en el puerto de San Antonio o perderse por las calles de la capital".

Y esto, añade, no es causal, porque dicho puerto "es la puerta de entrada de una cantidad importante de drogas desde Colombia, Perú o Bolvia, pero también desde Chile sale una cantidad importante de mercancía. Por lo tanto, el flujo de mercancías se convierte en una oportunidad para mercados informales o ilegales".

El experto añade otro factor clave: desde la política pública, se desarrollan programas, estadísticas y una "respuesta" pública institucional que está pensada en la seguridad urbana. "De hecho, la misma Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc) lo que hace es medir la seguridad y la percepción en zonas urbanas, pero no necesariamente hace una caracterización de los problemas de seguridad en las zonas rurales. Es más, ni siquiera contamos con una diferenciación de las zonas rurales, como podría ser ruralidad turística, ruralidad agroindustrial, fronteriza, etc., que en base a sus características territoriales, permite la comisión de distintos tipos de delitos", ejemplifica.

Cambio de "paradigma"


Para Gajardo, los hechos de violencia e ilícitos que azotan a las zonas rurales, hablarían de "un cambio de paradigma de las actividades criminales, que ya no hacen una diferencia entre lo urbano y lo rural para poder tener cierta pertenencia, y han desarrollado en estas comunas rurales, en base a sus características, algunos mercados y oportunidades de mercado".

Por otro lado, casos como el ocurrido en El Monte, donde se amedrenta a una autoridad local ante una acción como derribar los narcomausoleos y recuperar espacios públicos para la ciudadanía, darían cuenta de que "hay grupos que están estableciendo su 'gobernanza' en esos territorios, y eso genera, evidentemente, una respuesta, y probablemente, lo que hemos visto, es la punta del iceberg".

"Lo que antes se percibía como territorio seguro, hoy muestra signos claros de vulnerabilidad, señalando la urgente necesidad de reforzar la presencia del Estado y anticiparse al avance del crimen organizado en sectores periurbanos y rurales".

Pablo Urquízar, coordinador Observatorio del Crimen Organizado y Terrorism UNAB
"Es más que seguro que en esos espacios hay normativas implícitas por parte de esos grupos criminales, con su propia ley y norma, incluso reemplazando al Estado", por ejemplo, cobrando algún tipo de impuesto para 'garantizar la seguridad' de comerciantes o vecinos, por lo tanto, el desarrollo de un mercado, implica también el desarrollo de una estructura de organización", acota el experto.

Con todo, subraya que la Ruta 78 abre una advertencia para el resto de las comunas que son cruzadas por esta vía, "en base a las posibilidad que abren para el desarrollo de mercados ilegales, en base a las características de las comunas, pero también en base a los traslados de movimiento y flujos que pueda generar que una arteria como esta pueda cruzar estos territorios".

"Por eso, es necesario que las autoridades pongan el foco en las necesidades en las comunidades rurales, donde hoy no sólo tenemos problemas de seguridad vinculados a lo usual, sino que también tenemos instalación de determinados grupos criminales que desarrollan pequeños mercados que requieren la colaboración de personas, tal como en el caso de Melipilla, a través del eventual reclutamiento de menores de edad", subrayó.

En tanto, Pablo Urquízar, coordinador del Observatorio del Crimen Organizado y Terrorismo de la Universidad Andrés Bello, subraya "este fenómeno pone en evidencia cómo factores como la buena conectividad vial, la baja presencia policial, el crecimiento urbano desregulado y la dispersión habitacional facilitan la instalación de redes delictuales, muchas veces vinculadas al narcotráfico".

"Lo que antes se percibía como territorio seguro, hoy muestra signos claros de vulnerabilidad, señalando la urgente necesidad de reforzar la presencia del Estado y anticiparse al avance del crimen organizado en sectores periurbanos y rurales", zanjó.