Gran incertidumbre existe en la región de Valparaíso ante el inminente
cierre de tres colegios emblemáticos: la Escuela San Luis emplazada en Valparaíso desde 1918, el María Auxiliadora en Viña del Mar con más de 93 años de historia y el Colegio de la Congregación Adoratrices de Limache, una institución creada en 1962.
De acuerdo a La Estrella de Valparaíso, en lo que respecta a la Escuela San Luis, según ha revelado su propia directora, Loreto Sobrado, el cierre se concretará a fin de año a propósito de la baja sostenida en sus matrículas, que alcanzaría las 148 para alumnos desde kínder hasta 8° básico.
En tanto, en el caso del María Auxiliadora de la Ciudad Jardín, el 31 de diciembre de este 2025 finalizará el arriendo de su tradicional sede ubicada en 5 Norte N° 765.
Esto, debido a que la inmobiliaria "Playa Mansa Cinco Norte" no tiene intenciones de renovar el contrato con la sostenedora, la Fundación Educación Santa María Mazzarello, por lo que deberán buscar un nuevo hogar que a la fecha continúa bajo incógnita para los cerca de 730 alumnos, según su matrícula final de 2024.
En cuanto al Colegio de la Congregación Adoratrices de Limache, según informaron a principios de año, las razones obedecen esencialmente a la falta de nuevas vocaciones religiosas dispuestas a continuar con el legado educativo, así como la inviabilidad financiera para sostener su funcionamiento, lo que afectará a cerca de 240 estudiantes.
Ante el inquietante panorama, el seremi de Educación de Valparaíso, Juan Pablo Álvarez, aseguró que "como Secretaría Regional Ministerial de Educación, hemos estado atentos a la situación que enfrentan algunos establecimientos de la región respecto a la posibilidad de cierre; por ello, nos hemos reunido con sus distintos estamentos para orientarles en los aspectos normativos y administrativos que les corresponden".
Asimismo, subrayó que "como ministerio de Educación, nuestra principal prioridad es resguardar las trayectorias educativas de las y los estudiantes, y en ese sentido, seguiremos disponibles para acompañarles en todos los procesos que requieran".
En tanto, desde la Superintendencia de Educación explicaron que ante la decisión de cerrar sus puertas, "los sostenedores deberán notificar a las madres, padres y apoderados personalmente" y además, "la entidad educativa deberá acreditar que se encuentran al día con el pago de las remuneraciones y cotizaciones previsionales de su personal".
Ahora bien, aclararon que "la Superintendencia no tiene atribuciones para impedir el cierre de un establecimiento educacional o reubicar a las y los estudiantes en otros recintos educativos".
Preocupación por el panorama
Consultado sobre el tema, el presidente regional del Colegio de Profesores, Francisco Rodríguez, mencionó al citado medio que "esto no es un fenómeno exclusivo de la región, sino que se está repitiendo en otros lugares de Chile también".
"El cierre de los establecimientos está ocurriendo, principalmente, por una baja en la matrícula y esta baja se debe, en parte, porque antes las matrículas se focalizaban fundamentalmente en los colegios públicos, en los colegios municipalizados. Y desde que se implementaron los particulares subvencionados y con este modelo, por así decirlo, de arribismo, la gente comenzó a preferir este tipo de colegios, porque hay un tema social también", reflexionó el representante gremial.
A juicio de Rodríguez, se suma también el fenómeno de la natalidad del país, ya que "Chile no tiene la misma tasa de natalidad de antes, es decir, hay menos niños, entonces se mezclan ambos fenómenos: hay una menor capacidad de matrícula y una mayor competencia para disputarse la que hay".
"Estar preparados"
Para Lenka Montenegro, vocera de la Asociación de Padres, Madres y Apoderados de la Educación Pública de Valparaíso, esto viene a demostrar que "la educación subvencionada particular no es más que un negocio".
"Nosotros hemos visto en el tiempo el compromiso del Estado de no cerrar escuelas públicas a pesar de la crisis de matrículas que hay en algunas de ellas. Así, el cierre de escuelas subvencionadas invita y le exige al Estado una mayor inversión en educación pública, en infraestructura, en menos burocracia a la hora de conseguir tramitar la adquisición de materiales, de mobiliario, porque de esta manera las escuelas públicas están preparadas para recibir aquella educación subvencionada particular que no es más que un negocio", manifestó Montenegro.
En ese sentido, subrayó que "hay que hacer un esfuerzo porque las escuelas públicas se mantengan abiertas y estén en condiciones para recibir a ese grupo de familias que salen de la educación subvencionada particular".