Ante el aumento de la negativa percepción de los chilenos hacia los migrantes, representantes y organizaciones de comunidades venezolanas en el país apuntaron a que su identidad "no puede definirse" por las conductas e incivilidades cometidas por algunos connacionales en Chile.
Una reciente fiesta de revelación de género organizada por una pareja de venezolanos en el Embalse El Yeso en el Cajón del Maipo desató una ola de críticas en redes sociales, dejando entrever la percepción negativa de algunos chilenos con respecto a la llegada de migrantes en el país.
La población inmigrante se duplicó en siete años en Chile. Según datos de los dos últimos censos, esta cifra saltó de un 4,4% en 2017 a un 8,8% del total en 2024, lo que se traduce en un total de 1.608.650 migrantes en el país. De ellos, un 41,6% (669.408) son residentes venezolanos.
Un estudio realizado por la Corporación 3xi junto con Criteria Research entre el 29 y 31 de julio reveló que ha aumentado de manera sostenida la proporción de chilenos que ven la migración como "un problema", alcanzando el 68% en 2025.
En esa línea, el 65% expresó preocupación por una disminución de los salarios, mientras que el 60% manifestó inquietud por perder acceso a subsidios por una eventual focalización en los inmigrantes. Además, un 49% afirmó sentir temor de ser víctima de un robo por parte de extranjeros.
Venezolanos en Chile, la mayoría de la población migrante en el país, apuntan a que hay una visibilidad no representativa de la comunidad.
Consultada sobre el tema por El Mercurio, Guarequena Gutiérrez, ex embajadora en Chile de Juan Guaidó, mencionó que "la percepción negativa del chileno hacia el migrante se siente en la calle; incluso, algunos dicen que 'no importa lo que aporten, porque lo que queremos es que se vayan'".
La también abogada apuntó a que "Chile es un país que mira hacia adentro, que al ser tan largo es más lento y pausado, y la migración llegó de manera desbordada, sobre todo de Venezuela y Haití por situaciones sociopolíticas, y se ha producido un choque cultural y social", añadiendo que "cuando éramos menos era más agradable constatar las diferencias".
En ese sentido, afirmó que "en los últimos años se ha sumado una descomposición social que viene principalmente de mi país y que, incluso, se trata de conductas que molestan a los propios venezolanos que vivimos acá y que atribuimos al chavismo, a los hijos de Chávez".
Añadió al respecto que "en estos 25 años han abundado las incivilidades, las personas formadas sin valores, donde el sistema político venezolano ha hecho que haya generaciones que sobreviven vendiendo sus principios".
Vínculos con delitos
Según el estudio de la Corporación 3xi y Criteria, una alta proporción de los chilenos encuestados vinculó a los migrantes con ilícitos: un 77% de los encuestados está "de acuerdo o muy de acuerdo" con que llegada de migrantes aumenta el crimen organizado, un 75% con que crece el tráfico de drogas y un 60% que aumenta la prostitución en el país.
En conversación con Emol el coordinador del movimiento Vente Chile y director del comando Con Venezuela en Chile, Alexander Maita, asoció esta visibilidad no representativa de venezolanos con el aterrizaje de la banda de crimen organizado "Tren de Aragua" al país.
"Es importante subrayar que la identidad de un pueblo no puede definirse por la acción de bandas criminales exportadas deliberadamente por un régimen autoritario", sostuvo.
Según Maita, "el gentilicio venezolano está representado, en su inmensa mayoría, por médicos que han salvado vidas en hospitales chilenos, por profesores que forman a niños y jóvenes con dedicación, por obreros y trabajadores que con esfuerzo sostienen la economía cotidiana, y por familias que llegaron buscando un futuro en paz".
A su juicio, "el estigma que generan organizaciones como el llamado 'Tren de Aragua' responde a una estrategia de desestabilización impulsada desde la dictadura de Nicolás Maduro, y no a la naturaleza del venezolano común, que ha demostrado ser trabajador, solidario y profundamente agradecido con Chile".