Dos ministerios con bajas importantes en menos de 24 horas. Ese es el escenario que enfrenta el Gobierno desde la tarde de ayer, luego que el Presidente Gabriel Boric solicitara la renuncia del ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela; y que hoy se conociera que el ministro de Economía, Mario Marcel, renunció a su cargo.
Por un lado, la salida de Valenzuela se debió a la molestia del Presidente Boric luego que luego de que la Federación Regionalista Verde Social (FRVS) quebrara la lista única del oficialismo. El 12 de agosto, el diputado Jaime Mulet (FRVS) confirmó que tanto esa tienda como Acción Humanista (AH), competirían en una lista separada a la del resto del oficialismo, terminando así con el anhelo de la abanderada presidencial del sector, Jeannette Jara (PC), y especialmente, con el del Presidente Boric.
Mulet y Tomás Hirsch (AH) manifestaron su molestia con los "partidos grandes" por no dejar espacio para encajar sus candidaturas. Así, el pasado sábado, el pacto "Verdes, Regionalistas y Humanistas" fue inscrito ante el Servel. Ese día, la timonel FVRS, Flavia Torrealba, dejó entrever que aún quedaba molestia del proceso de negociación. "Nuestros partidos no nacieron para morir arrodillados", afirmó.
Pero mayor molestia hubo en La Moneda, la que se expresó en la remoción de Valenzuela. Así, el FRVS quedó sin representación en el gabinete presidencial. En su lugar, se nombró ayer como subrogante al subsecretario de Agricultura, Alan Espinoza.
En tanto, la salida de Marcel, aún más sorpresiva, se confirmó esta mañana. Se vio al ministro entrando a La Moneda a eso de las 11:00 horas, para reunirse con el Presidente Gabriel Boric.
A lo anterior se suma que a eso de las 17.00 horas de este jueves se podría registrar un nuevo cambio de Gabinete.
En conversación con Emol, expertos ponderan los riesgos de la salida del titular de Hacienda, considerando que la salida ocurre en año electoral. Esto, sumado a lo que significa para el Gobierno esta renuncia, en un año que ya ha estado a la sombra del llamado "pato cojo", con varias renuncias.
"Comienza el desembarco"
Gonzalo Valdés, analista político de la UNAB, remarca que desde el punto de vista político, "todos los gobiernos cuya continuidad está en duda enfrentan problemas. Recordemos que siempre es atractivo para los parlamentarios criticar a gobiernos impopulares, especialmente cuando se acercan las elecciones. No sería raro observar un aumento del fuego amigo por parte del oficialismo".
Por su parte, Pepe Auth, analista electoral, comentó que si bien hay que conocer las razones de la salida de Marcel, es claro que "comienza el desembarco".
"Comienza el desembarco. Al Gobierno le quedan poco más de 6 meses, pero menos de 4 para conocer al que gobernará el periodo próximo, y el problema es que la esperanza de continuidad no logra recuperarse y contra la irrelevancia del Gobierno actual que eso produce, es muy difícil luchar".
Pepe Auth
"Debe haber muchas ministras y ministros -partiendo por Valenzuela- que deben haber tomado en noviembre 2024 la determinación de acompañar al Presidente hasta el final, en lugar de emprender una carrera parlamentaria. Al Gobierno le quedan poco más de 6 meses, pero menos de 4 para conocer al que gobernará el periodo próximo, y el problema es que la esperanza de continuidad no logra recuperarse y contra la irrelevancia del Gobierno actual que eso produce, es muy difícil luchar".
Asimismo, subraya que "tampoco se está beneficiando aún el Presidente Boric de la indulgencia de la opinión pública hacia los presidente en la recta final de su mandato, cuando levantan su aprobación".
En tanto, Guillermo Holzmann, analista político de la PUCV, comenta que "la salida de Marcel no solamente significa un pato cojo que sería la depresión habitual, sino que significa necesariamente que se abre un vacío".
Respecto a la solicitud de renuncia que hizo el Presidente a Valenzuela, Eric Latorre, director del magíster de gobierno y administración pública de la U. Autónoma, señala que "el Presidente se involucró directamente en el diseño de las listas parlamentarias con el claro objetivo de alcanzar una lista única, lo que no ocurrió por la desalineación del FRVS, humanistas y otros".
"Ello es una clara derrota para el Presidente, el que pareciera no entender que su posición política es muy débil (síndrome del pato cojo), por lo que toma una decisión que si bien está entre sus competencias, parece apresurada, casi una venganza y refleja aún más su debilidad política. Especialmente cuando han ocurrido tantos casos de ministros y autoridades con actuaciones técnicas y políticas muy cuestionables pero que no son removidos por su lealtad y cercanía con el Presidente".
Salida de Marcel
La renuncia del ministro Marcel generó una serie de cuestionamientos en el Congreso, apuntando a la pérdida de una figura clave en el gabinete, sumado a la "seriedad" y "confianza" que representaba para la billetera fiscal.
Esta percepción es compartida por expertos, quienes comentan que es clave que quien tome la cartera de Hacienda sea capaz de hacerse cargo de una billetera fiscal "acotada", sumado a los desafíos que enfrentará en materia política, en medio de un año electoral y un la recta final de un Gobierno.
Valdés subraya que "el ministro Marcel tomó importantes desafíos al principio de este gobierno, como el término del IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) y dar seguridad al mercado de un buen manejo, pero quedan otros retos urgentes, como ordenar las cuentas fiscales y proyecciones económicas. Es muy importante que la próxima persona que tome el cargo se haga responsable de estos retos futuros sin dejar de lado la seguridad en el manejo macroeconómico".
Por su parte, Holzmann profundiza en que el "vacío" que queda respecto a Marcel tiene varias aristas. "Primero, porque se va antes de la aprobación del presupuesto del próximo año, y segundo porque quien lo reemplace, no solamente se va a encontrar con una billetera fiscal, yo diría acotada, sino que también se da la posibilidad para poder modificar los gastos que haga el Gobierno de aquí a final de año y comprometer más recursos de parte del Estado, más allá de lo que hoy día se ha hecho", afirma el experto.
Añade, en tercer lugar, que "se abre el riesgo de que las decisiones o asignaciones presupuestarias en definitiva sean, digamos, de gobernar alternativamente ideológico. Y abre también la posibilidad que haya un mayor gasto que indirectamente favorezca la cantidad de uno oficialista. Eso va a depender de quién lo reemplace".
"También deja con un mayor peso específico al Banco Central en términos de ser el observador participante y, de alguna forma, coloque las advertencias o alertas sobre la macroeconomía chilena. Eso yo creo que sería lo primero", zanjó.