Este año, las elecciones de noviembre, donde se eligirán diputados, senadores y un nuevo presidente o presidenta de la República, contarán con la particularidad de que el voto será obligatorio.
El martes, se despachó a Sala el proyecto que fija multas para el voto obligatorio, normativa que aplicará sólo para chilenos, puesto que en el caso de extranjeros el sufragar es voluntario. El proyecto incluye multas que oscilan entre los $33 mil y los $206 mil. La iniciativa debe ser votada en la Cámara y luego continuar su tramitación en el Senado.
Este escenario contrasta con la elección presidencial y parlamentaria de 2021, que fue con voto voluntario, donde sufragaron 7.027.068 votantes habilitados en primera vuelta, de un padrón de más de 15.030.963 personas. Es decir, hubo un
47,34% de participación.
En tanto, en la segunda vuelta (donde compitió el Presidente Gabriel Boric y José Antonio Kast), sufragaron 8.270.318 votantes habilitados, es decir, un 55,02% de participación.
De acuerdo a datos del Servel, el padrón provisorio de este año es de 15.791.056 electores y electoras habilitados para sufragar. En cuanto a extranjeros habilitados para sufragar, la cifra asciende a 886.190 personas. Si bien ya se auditó el padrón, la cifra final se publicará cuando termine el periodo de reclamaciones, el 28 de agosto.
El rol que jugará lo que encuestadores llaman el "votante obligado"
El conversación con Emol, expertos ponderan las implicancias que podrá tener el sufragio del "votante obligado", especialmente en zonas como Puente Alto, Maipú, Santiago, Viña del Mar y La Florida, que concentran grandes bolsones de votos.
Puente Alto tiene un padrón de 424.471 personas habilitadas; Maipú, 401.419; Santiago, 386.975; La Florida, 312.065. En regiones, Valparaíso, por ejemplo, también concentra un alto número de votantes, con 281.357; y Viña del Mar, con 310.385.
Eric Latorre, director del magíster de gobierno y administración pública de la U. Autónoma, subraya que el "votante obligado" tiene algunas características a considerar: "no está politizado, por lo que no es movido por las grandes disputas ideológicas o partidarias, tiene una tendencia menos polarizada, toma una decisión de última hora, tiene como elementos de decisión cuestiones concretas que lo puedan movilizar y tiende a acercarse al candidato que parece ganador".
"Estos son los elementos que partidos y candidatos debieran considerar, ya que estos electores pueden tener efectos importantes en el resultado final de las elecciones", acotó.
En la misma línea, Guillermo Holzmann, analista político de la PUCV, destaca que "los votantes obligados van a ser relevantes. Todas la estimaciones los sitúan entre un 30% y 40% del padrón electoral que va a concurrir a votar el 26 de noviembre".
"Ese porcentaje comprende gente que, independiente de la edad, o del sector socieconómico, lo más relevante es que se trata de un grupo 'desideologizado', es decir, que no creen ni en la derecha ni la izquierda. Es un grupo con 'sentido común', es decir, quieren tranquilidad y que las cosas funcionen", añadió.
En consecuencia, ese 30% constituye un grupo "que va a decidir su voto en los últimos 20 días de la elección. Van a estar observando las campañas, y sobre eso van a tomar la decisión en las últimas dos semanas".
Gonzalo Valdés, analista político de la UNAB, agrega en esta línea que desde el punto de vista de las campañas políticas "tiene escaso sentido intentar convencer a los votantes del otro lado que se cambien al propio. Un socialista difícilmente votará por José Antonio Kast, y lo mismo sucede con un gremialista respecto a votar por Jeannette Jara. Así, desde el punto de vista de gasto electoral, nuevamente observamos que la campaña se juega en los votantes obligados".
Figuras beneficiadas y una corta "luna de miel"
De acuerdo a los expertos, el perfil del votante "obligado", tiende a beneficiar a figuras que apuntan a medidas o promesas más en la línea con sus necesidades, y para esta elección, temas relativos a la seguridad se han instalado con fuerza, a raíz de la crisis que arrastra el país en esta línea.
"La llamada 'luna de miel' entre el nuevo gobierno y los votantes obligados es muy corta. No hay un apoyo ideológico detrás. La única forma de mantener apoyo ciudadano en este contexto es demostrar con acciones concretas que se está trabajando por superar la crisis del contexto actual. Así, se corre el riesgo de caer en programas populistas e inefectivos".
Gonzalo Valdés, analista político UNAB
Holzmann subraya que figuras como Franco Parisi o Johannes Kaiser pueden tener alguna ventaja para conquistar a esos votantes que buscan mejor calidad de vida, "y a su vez, pueden mirar con cierta distancia la alternativa del oficialismo (Jeannette Jara)".
En ese mismo sentido, Valdés subraya que "el problema más importante para los chilenos hoy es la seguridad. En simple, el votante obligado hoy se pregunta quién se enfrentará con mayor decisión al Tren de Aragua. Esto favorece hoy a José Antonio Kast, y es ésta la razón por la que lidera las encuestas".
Eso sí, advierte que esto no debe ser leído como que el votante obligado tiene "tendencias de derecha", ya que cambiará o quitará su apoyo si no ve resultados, y en el futuro votará por candidatos de izquierda apenas tenga una necesidad inmediata diferente a la de la seguridad, o surja un liderazgo de izquierda que sea visto como "más duro" que el de derecha.
"Por lo mismo, la llamada 'luna de miel' entre el nuevo gobierno y los votantes obligados es muy corta. No hay un apoyo ideológico detrás. La única forma de mantener apoyo ciudadano en este contexto es demostrar con acciones concretas que se está trabajando por superar la crisis del contexto actual. Así, se corre el riesgo de caer en programas populistas e inefectivos", zanjó.