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Sufragio sin multa: El dispar comportamiento del votante habitual y el obligado (y a qué candidato favorece)

Expertos recuerdan el impacto de la obligatoriedad en el Plebiscito de salida de 2022.

03 de Septiembre de 2025 | 13:45 | Redactado por Daniela Toro, Emol.
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Jeannette Jara (PC), José Antonio Kast (PREP), Evelyn Matthei (UDI).

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Tensiones e intensas acusaciones desde la oposición hacia el Gobierno ha generado el debate por aplicar multas al voto obligatorio de cara a las elecciones parlamentarias y presidencial de noviembre.

Y es que si bien las elecciones efectivamente son obligatorias, la crítica se centra en que si no hay multas, en realidad es una suerte de voto voluntario encubierto.

Ayer, la iniciativa impulsada por la diputada Joanna Pérez (Demócratas), no logró avanzar en la Cámara de Diputados, por lo que pasó al Senado sin la sanción que se esperaba: entre 0,5 y 3 UTM ($34.000 y $207.000) únicamente a los ciudadanos chilenos que no concurran a votar, mientras que los extranjeros conservarían su derecho a sufragio, pero se les eximía de multas si no ejercían su voto.

De esta manera, la oposición espera que en el Senado este punto se reponga, y se logre llegar a noviembre con sanciones para quienes no concurran a votar. Otras voces, como el diputado Eric Aedo (DC), uno de los voceros del comando de la abanderada oficialista, Jeannette Jara, acusó al Gobierno de querer volver al "voto clientelar".

"Lo que el Gobierno quiere hacer, en mi opinión, es simplemente volver a ese voto clientelar, de los nichos que manejan los municipios, los alcaldes, los caudillos políticos, a cambio de canastas familiares o de premios para el bingo o de subsidios que entrega el Estado", cuestionó Aedo en conversación con EmolTV.

Así las cosas, el debate permanece, y a la vez da cuenta de la relevancia que tiene el efecto que podría generar un voto obligatorio con multa, versus un voto obligatorio sin sanciones. En el primero, hay incentivos para votar (para evitar la multa) y atrae a más personas a las urnas de manera "obligada"; en el segundo caso, será principalmente el "votante habitual", quien incline la aguja hacia una opción u otra.

Qué dicen las encuestas


Un ejemplo de las diferencias que marcan las encuestas que miden el votante obligado del habitual es la que recoge Panel Ciudadano UDD.

En la entrega del pasado 29 de agosto, el sondeo muestra importantes variaciones sobre las alternativas por las que se inclina el votante obligado, las que dan cuenta de una tendencia que beneficia a los candidatos de derecha.

Por ejemplo, la carta de Republicanos, José Antonio Kast, logra un 31% de las preferencias con un votante obligado, versus un 25% con el votante habitual.

La carta de Chile Vamos y Amarillos, Evelyn Matthei, también resulta beneficiada, con un 17% de las preferencias por parte del votante obligado, versus un 12% de las preferencias por parte del votante habitual.

Por su parte, la carta oficialista, Jeannette Jara, registra un contraste significativo entre la cantidad de votos que puede obtener por parte del votante obligado 12%, versus el votante habitual, que le da un amplio 34%.

A medidados de agosto, Jara participó de un foro internacional de inversiones que se realizó en el Hotel W, instancia donde arremetió contra las multas para el voto obligatorio."Cerca de 5 millones y medio de personas antes no habían votado y ahora van a ir a votar obligadamente, bajo un aviso de que si no van a votar les van a cursar una multa".

"Si a mí alguien me obligaran a hacer algo, bajo la premisa de que además me va a cursar una multa, yo iría enrabiada a votar. Enrabiada. Iría enojada. Y parece que a algunos candidatos eso les gusta. Por eso promueven más el enojo y la rabia. A lo mejor piensan que pueden con eso captar esos votos", acusó la abanderada PC.

La encuesta Criteria del 31 de agosto, por su parte, si bien no diferencia entre los dos tipos de votantes, mide la opción de "nulos o blancos" en primera vuelta y en el balotaje, respecto a cada candidato. En primera vuelta, esta opción llega al 9%.

En tanto, en escenarios de segunda vuelta, si la contienda fuese entre Kast y Jara, los los votos nulos o blancos llegarían al 20%; si fuera entre Matthei y Jara, llegarían al 29%; y si fuera entre Parisi y Jara, al 35%.

Votante "obligado" vs "habitual"


Hay diferencias importantes entre el votante obligado versus el habitual. El primero, está mas "ajeno" a la política y no la incorpora en sus decisiones o conversaciones cotidianas, pero su voto ha resultado clave en procesos con sufragio obligatorio, a tal punto que han inclinado en gran medida la balanza hacia alguna opción, tal como ocurrió en el Plebiscito de salida del 4S.

Eugenio Guzmán, decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, comenta que el votante obligado es un ciudadano que "no hace mucho empezó a votar, entre otras razones, porque el voto se volvió obligatorio. Es un tipo de votante que no consume política, que no interactúa o no construye su vida cotidiana en función de la política, ni tampoco que converse de política en su vida cotidiana".

A ello, se suma que se trata de un volumen significativo de personas que califican en este perfil. "Estamos hablando que son más de 5 millones de personas que caen en esa categoría, obviamente, de distintas edades, y con mayor presencia por parte de grupos intermedios".

El rol de este votante obligado ha sido clave, por ejemplo, en procesos como los Plebiscitos de salida. "El resultado del Rechazo fue fuertemente influido por este grupo electoral que fue obligado a ir a votar", recuerda Guzmán.

Por eso, conocer sus conductas al momento de enfrentarse a la urna es clave: "son personas que no están circunscritas a lo tradicional, en el sentido de pensar en una izquierda, derecha o centro, sino que tienen otra forma de mirar la realidad".

Roberto Munita, académico U. Andes y UNAB, comenta que, por el contraste, el votante habitual suele estar más informado y preocupado por el futuro. "No necesariamente es un apasionado de la política, pero sí cree en las elecciones como un mecanismo de cambio. Puede ser más politizado, aunque no siempre: también hay votantes habituales muy volátiles: apoyaron a Bachelet y Piñera indistintamente, y después se pasaron de la Lista del Pueblo a los Republicanos".

¿Hacia dónde se inclina la balanza?


Consultado por las razones por las que el votante obligado tendería a apoyar más a candidatos de derecha, Guzmán sostiene que existen al menos dos hipótesis que lo explicarían.

La primera, apunta a que el votante obligado presenta "gran volatilidad". Por ejemplo, "ha votado por el Presidente Gabriel Boric en segunda vuelta, pero también ha votado por Piñera en el balotaje. Es decir, pueden tener distintas opciones, incluso opuestas".

La segunda hipótesis apunta a que este votante obligado "rechaza todo aquello que 'suene' como Gobierno o lo que está en la autoridad, por lo tanto, lo que suene a oficialismo".

"No es casualidad que al ver la campaña de Jara, y otras voces del oficialismo, se apunte a que no son continuidad, y eso también se debe a que están leyendo también a este elector que no quiere 'más de lo mismo', eso no los consuela ni les resulta atractivo".

Munita agrega que el votante habitual "se reparte con cierto equilibrio entre Jara, Kast, Matthei y, en menor medida, entre los otros candidatos pequeños. De hecho, cinco de los ocho ya habían competido antes, y por tanto cuentan con electorado habitual fidelizado, sin olvidar que esta es la primera elección presidencial con voto obligatorio".

"El votante obligado, en cambio, se inclina con fuerza por Kast y, de alguna forma, también por Parisi. Es un votante que se mueve por emociones y dolores, un terreno en el que ni Matthei ni Jara han logrado entrar con fuerza. Las campañas de Kast y Parisi, por el contrario, han encontrado teclas emocionales y despolitizadas que conectan más con estos votantes obligados", zanjó.