Este miércoles, en el marco de su participación en la 80a. Asamblea General de Naciones Unidas, el Presidente Gabriel Boric participó en la segunda versión de la Reunión de Alto Nivel "En Defensa de la Democracia, Combatiendo el Extremismo".
La instancia es la extensión de la reunión convocada el 2024 por el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, y que continuó en Santiago este año bajo el título "Democracia Siempre".
En esta oportunidad, Boric abrió la alocución de los Mandatarios. "Todos sabemos que vivimos tiempos difíciles, tiempos desafiantes, pero lo que yo quiero tratar de transmitirles hoy día es que la humanidad, cuando uno lo mira en perspectiva, cuando uno tiene perspectiva histórica, siempre se ha enfrentado a tiempos desafiantes y siempre logra salir adelante aún en los momentos más adversos", sostuvo.
En esa línea, aseveró que "desde las fuerzas progresistas, lo que no tenemos permitido es el desánimo (...) Sabemos que hay algunos que tienen mucho poder, que gustan de humillar al que menos tiene. Sabemos que hay algunos que creen que con el dinero o con la fuerza pueden imponer su voluntad, pero al final del día, aunque el día sea largo, la razón siempre termina triunfando. Pero eso solo es posible si es que lo hacemos juntos".
Haciendo guiños a sus pares, Boric argumentó que "por eso iniciativas como la lucha contra el hambre y la pobreza que ha liderado el presidente Lula; yo le decía, y acá hablo a título personal, no quiero atribuirle nada, pero la dignidad de Europa que ha encabezado de alguna manera el presidente Sánchez; la idea de una izquierda moderna, democrática, que defiende sin complejo los derechos humanos, sea donde sea en la que estamos empeñados en América Latina, son pequeñas señales de esperanza, que si las unimos pueden ser una luz más grande".
Del mismo modo, el Mandatario arguyó que "los quiebres de la democracia quizás ya no son con golpes de Estado como el siglo XX, sino que van poco a poco tomándose las instituciones, desprestigiando a quien piensa distinto, tratando al legítimo adversario como enemigo, siguiendo esa doctrina de Carl Schmitt frente a la cual los demócratas tenemos que levantarnos".
"Lo hemos visto en diferentes partes del mundo, porque la disputa política es necesaria. Todos quienes estamos aquí presentes enfrentamos oposiciones duras, firmes, pero eso tiene un límite, y bien lo ha demostrado no sólo el Presidente Lula, sino la institucionalidad brasileña cuando ha dicho, golpe de Estado no y la soberanía se defiende", adujo.