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Baja natalidad en Chile: Estudio atribuye caída a menor cantidad de parejas

Los investigadores de CEP plantean que la caída en la fecundidad del país se debería a que menos hombres y mujeres adultos -especialmente aquellos nacidos en dictadura- establecen vínculos sentimentales.

29 de Septiembre de 2025 | 11:04 | Por Sofía Campos, Emol.
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El Mercurio
La menor formación de parejas en el país sería una de las causas directas de la baja en las tasas de fecundidad. Así lo reveló la investigación "Trayectorias generacionales en la formación de pareja en Chile: implicancias para la fecundidad" del Centro de Estudios Públicos (CEP).

Chile presenta una de las tasas de fecundidad más bajas a nivel mundial, alcanzando solo 1,03 hijos por mujer, situándose como el cuarto país con menor natalidad entre los de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), justo detrás de Corea del Sur, España y Polonia.

El investigador del CEP y uno de los autores del estudio, Gabriel Ugarte, mencionó a Emol que "Chile enfrenta un desafío demográfico de gran magnitud: su tasa de fecundidad se encuentra entre las más bajas del mundo. Un factor menos explorado detrás de este fenómeno es la menor formación de parejas, una tendencia también presente en el país".

El estudio que realizó junto a los investigadores Mauricio Salgado y César Gamarra "muestra que esta propensión se define en gran medida en etapas tempranas de la vida, generando diferencias generacionales que inciden directamente en el número de hijos que las personas tienen", sostuvo Ugarte.

"Por ello, las políticas de fomento a la natalidad deben adoptar una mirada amplia, que considere las condiciones sociales, económicas y culturales que facilitan o dificultan la vida en pareja", afirmó el académico.

Análisis de parejas


Más allá de los múltiples factores económicos y culturales que explican la decisión individual de tener menos hijos, el análisis plantea que uno poco explorado es el impacto de la menor formación de parejas, ya sean definidas como cohabitación o uniones legales.

De acuerdo a la Encuesta Bicentenario 2024 realizada por el Centro de Políticas Públicas UC, la estabilidad de la pareja es un factor clave en las decisiones reproductivas. Entre quienes ya son padres, un 30% declara que la falta de una relación estable es una de las principales razones para no tener más hijos.

"Este dato resulta especialmente significativo considerando que ya un 64% de esas personas afirma que no tendría más hijos porque ya tuvo todos los que deseaba tener", consignó el estudio.

1,03hijos por mujer se registran en Chile, siendo el cuarto país de la OCDE con menor natalidad.
En concreto, la caída de la fecundidad residiría en el debilitamiento de la vida en pareja, ya que cada vez menos hombres y mujeres se casan o conviven. A ello se suma que los chilenos conciben la maternidad y paternidad como un proyecto compartido.

En efecto, en Chile, la tasa de fecundidad de las mujeres en pareja es significativamente mayor que la de aquellas solteras y separadas, superando incluso la tasa de reemplazo.

"Aunque el descenso ha sido generalizado, en términos relativos es menos pronunciado entre las mujeres que viven en pareja. Desde 2006, la fecundidad de este grupo se redujo en un 29%, mientras que entre las mujeres solteras y separadas/divorciadas la caída fue de 31% y 70%, respectivamente. Es decir, la caída en la natalidad observada en las últimas décadas ha sido atenuada por quienes viven en pareja", apuntó el estudio.

Ugarte mencionó que "en los últimos treinta años, la proporción de adultos mayores de 30 años que se declaran solteros aumentó de 12% a 22%. Este cambio resulta crucial, ya que los datos muestran que la fecundidad de mujeres casadas o conviviendo es significativamente más alta que la de otros estados civiles. Si bien la fecundidad ha disminuido en todos los grupos, el retroceso ha sido menos pronunciado entre quienes están en pareja".

"Para dimensionar este efecto, en el estudio realizamos un ejercicio contrafactual: si la proporción de mujeres en pareja se hubiera mantenido constante desde 2006, la caída de la tasa de fecundidad habría sido un 20% menor. Esto equivale a más de 15.000 nacimientos adicionales en 2022, el último año analizado", explicó el investigador CEP.

Vínculo generacional


El estudio del CEP plantea un vínculo entre la formación de parejas y la pertenencia a ciertas generaciones.

En esa línea, el estudio consignó que se confirmó la hipótesis de que existe "una menor propensión a emparejarse en las generaciones que vivieron su juventud bajo la dictadura y la crisis económica de 1982, en un contexto que habría debilitado las disposiciones y habilidades para establecer vínculos estables y funcionales en la adultez", el cual es más acentuado entre los hombres que en mujeres.

Se suma que "en contraste, los hombres nacidos en los años 90 presentan un aumento significativo en el emparejamiento, contrario a lo esperado por la influencia de la era digital", consignó el documento.

En conjunto, los hallazgos revelan que los cambios en las pautas de emparejamiento para constituir la esfera íntima reflejan transformaciones estructurales generacionales.

De acuerdo al análisis de los investigadores, "esto es crucial para el debate sobre la caída de la natalidad en Chile: la propensión a emparejarse se define en etapas tempranas de la vida y resulta difícil de modificar después, condicionando el número de hijos durante el ciclo vital".

Hallazgos


Los investigadores César Gamarra y Gabriel Ugarte mencionaron en diálogo con este medio que "el estudio muestra que, si bien hay una tendencia general a la baja en la formación de parejas en Chile, esta no afecta por igual a todas las generaciones ni a ambos sexos. Investigaciones previas han señalado que los contextos históricos pueden dejar huellas duraderas en las actitudes y comportamientos de las personas, incluyendo su disposición a formar pareja".

"Nuestro análisis confirma esta idea: quienes vivieron su juventud durante la dictadura y la crisis económica de los años 80 -en particular los hombres- presentan una menor probabilidad de estar en pareja en la adultez", afirmaron.

Añadieron que "por otro lado, contrario a lo que esperábamos, no se observa una caída sistemática en el emparejamiento entre las generaciones más jóvenes nacidas en los años 90, pese a haber crecido en plena era digital. De hecho, los hombres de esa cohorte muestran un aumento en la formación de parejas".

"Chile enfrenta un desafío demográfico de gran magnitud. Su tasa de fecundidad se encuentra entre las más bajas del mundo. Un factor menos explorado detrás de este fenómeno es la menor formación de parejas, una tendencia también presente en el país".

Gabriel Ugarte, investigador del CEP
Finalmente, "encontramos que los efectos generacionales son más moderados entre las mujeres, lo que se explicaría por determinantes que operan de forma más gradual y por la mayor selectividad que ellas tienen en el proceso de emparejamiento".

Ente sus conclusiones, el estudio consignó que "si bien ya se observan señales del impacto demográfico, se espera que las consecuencias más profundas se manifiesten con mayor intensidad en las próximas décadas, afectando la estructura poblacional, el crecimiento económico y la sostenibilidad del sistema de protección social".

Esto, porque "una menor proporción de individuos formando pareja en edades reproductivas podría limitar el impacto de políticas orientadas exclusivamente a incentivar la natalidad, si no se abordan simultáneamente los factores que facilitan o dificultan la vida en pareja, como el acceso a vivienda, la estabilidad laboral o la conciliación entre trabajo y familia".

"En este sentido, las políticas familiares requieren una mirada más amplia que considere no solo a los hijos, sino también las condiciones bajo las cuales se establecen las uniones", puntualizó el análisis.