Se trata de dotar a la costanera de Viña del Mar de un nuevo mirador escénico, servicios de cafetería y un apreciado descanso para los deportistas que recorren el litoral hacia Reñaca y Concón. La iniciativa de la municipalidad de demoler la abandonada casona Cunningham, ubicada a la altura del 12725 de la avenida Borgoño, es valorada entre los expertos por transformar en un atractivo espacio público un lugar que hoy es propicio para el vandalismo, pues los okupas han dañado el inmueble y lo han expuesto al riesgo de incendios. Sin embargo, debate si el medio escogido "borrará" un vestigio patrimonial. La demolición dejará en pie sólo el muro frontal -de característicos ladrillos rojos-, el piso de adoquines y la escalera exterior. Los planos del diseño final ratifican que del edificio original será muy poco lo que pervivirá.
