Aún no era el mediodía del 18 de octubre de 2024 cuando el
Presidente Gabriel Boric, en una actividad en Lampa, dio un "giro" al tema de fondo que convocaba su visita a esa comuna de la RM, relacionada con un centro de cuidado para adultos mayores.
El día anterior había estallado el caso Monsalve, y la noticia, de impacto nacional, no había dado horas de tregua a La Moneda; se criticaba el silencio y se acumulaban decenas de preguntas en el ambiente respecto a la cadena de sucesos, desde la denuncia contra el exsubsecretario del Interior, la conversación que sostuvo con el Presidente, y las medidas que había tomado un gobierno "feminista".
El Presidente Gabriel Boric quiso hacer un "alto" a ese silencio, y se tomó 55 minutos para responder todas las preguntas de la prensa, en un hecho inédito que marcó un punto de inflexión frente al rol de un Mandatario:
personalizó la crisis.
Esa coyuntura la recogió el Doctor en Ciencia Política, académico de la U. de Los Andes e investigador asociado del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Daniel Mansuy, para dar una mirada del impacto en la figura del Mandatario, pero también en el de toda esa "nueva generación", devenida en el Frente Amplio, y la "interrogante" que plantearon de camino a su llegada al poder. En conversación con Emol, Mansuy profundiza en las pérdidas que dejó la intervención y las dudas que enfrenta el devenir de aquellos que prometieron ser "mejores" que las generaciones que los precedieron.
— El libro comienza haciendo alusión al discurso de 55 minutos del Presidente Gabriel Boric por el caso Monsalve. ¿Fue esa la máxima expresión de "Los Inocentes al Poder"? ¿Por qué?
Yo creo que sí. Ese día, el Presidente puso la institución al servicio de Gabriel, de la inocencia de Gabriel, por decirlo de algún modo. Su preocupación no era resguardar la Presidencia de República (si ese hubiera sido su objetivo, habría bastado con leer una breve declaración); y su inquietud tampoco pasaba por la víctima (ese día pone en duda la versión de la víctima).
Su única obsesión era su propia inocencia, su obsesión era persuadirnos de que él había actuado con plena transparencia. Por eso muestra su teléfono, insiste en el uso de la primera persona singular y promete responder todas las preguntas. Por ese motivo, ignora las preguntas vinculadas a la actividad (sobre el adulto mayor). Nunca el Presidente quiso ser más inocente que en esa conferencia de prensa, y nunca estuvo más lejos de lograr su objetivo: supongo que, a estas alturas, nadie sigue creyendo que esa intervención fue una buena idea.
— ¿Cuánto pesa hoy esa personalización de Boric en una trama que debió quedarse en el espectro político? ¿Cuánto pesará en el futuro a la "continuidad" de esta generación, o eso se agotó?
"La interrogante central es qué versión de Boric y de esta generación veremos en el futuro. Eso no es claro, porque llegaron al poder sin tener consolidada su propia identidad política.
Daniel Mansuy
Hay varias respuestas posibles a esa pregunta. El Presidente tiene talento y es joven: no es un misterio que seguirá jugando un papel. Ahora bien, la interrogante central es qué versión de Boric y de esta generación veremos en el futuro. Eso no es claro, porque llegaron al poder sin tener consolidada su propia identidad política. En todo caso, al llevar el caso Monsalve al despacho presidencial, en lugar de delegarlo en algún ministro, el mandatario expuso a la institución. Esto no se trata de él, se trata de la presidencia. En la dificultad de distinguir ambos planos radican muchos de los problemas de Gabriel Boric. Y cualquier futuro político implicará una definición en algún sentido.
— ¿Hay algún mínimo rédito o algo que sacar el limpio para el Presidente Boric tras el día en que entregó ese discurso?
Yo creo que fue pura pérdida. El Presidente prometió transparencia total, pero no volvió a responder preguntas de la prensa en más de tres meses: dado que abrió tantos flancos, debió guardar silencio por mucho tiempo. Fue un ejercicio fracasado, pero no podía ser de otro modo: en política, la transparencia total es imposible. Puede que sea un ideal valioso en el arte, con sus propias complejidades, pero en política es simplemente absurdo. Esa conferencia será recordada por décadas como aquello que no debe hacerse en comunicación política (y la primera persona en advertirlo fue la asesora de prensa del mismo Presidente).
— A un año de ese momento, ¿se aprendió algo o sigue viendo la misma actitud en el Frente Amplio?, considerando también hay versiones que dicen que Boric se proyecta, y de hecho hasta "eligió" a Kast como su "rival" tras la cadena nacional...
Es evidente que hay aprendizaje, pero también hay actitudes que subsisten. El reciente caso de Julia Chuñil nos ofrece un muy buen ejemplo. Las declaraciones del Presidente y los ministros fueron declaraciones propias de activistas: dónde está, las instituciones deben encontrarla, y así. Pero hay que notar lo siguiente: ¡hablaron como si no fueran autoridades, como si no estuvieran a la cabeza del Estado! Incluso han estado dispuestos a enfrentarse a la Fiscalía, como si sólo quisieran instrumentalizar una tragedia.
No me pronuncio sobre el fondo del asunto, pues ignoro los detalles, pero es muy extraño que los máximos responsables del Ejecutivo hablen como si fueran activistas, como si no fueran responsables de nada, como si fueran…. inocentes. Lo mismo pasó, por mencionar otro ejemplo, en la franja de Winter. Aquí reside el enigma: si pasan a la oposición, ¿cómo se comportarán desde el 12 de marzo? ¿Volverán a sus reflejos originales, o habrán sacado alguna lección?
Revisa la Presentación de "Los Inocentes al Poder" de Daniel Mansuy
Crédito: Editorial Penguin Random House para uso exclusivo para esta entrevista en Emol.com.