En honor a Merino, asesinado el 6 de noviembre de 1965, se instaló una estatua en la plaza de Villa O'Higgins en 2021, donada por Andrónico Luksic.
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En noviembre de 1965 la frontera con Argentina en el extremo sur no estaba clara... O menos clara que hoy. Y fue en ese contexto que, en la Región de Aysén, la tierra fue manchada con sangre chilena. El escenario era la Laguna del Desierto: la víctima, el teniente de Carabineros Hernán Merino Correa, quien cayó bajo las balas de alrededor de 120 gendarmes argentinos sin disparar él un sólo tiro. La comitiva chilena era de sólo siete hombres. "Me fregaron, mi mayor", alcanzó a decir en dirección a su jefe, Miguel Torres, quien encabezaba la patrulla. Justamente, él era a quien defendía. El asesinato del oficial de 29 años tensó las relaciones diplomáticas entre Santiago y Buenos Aires. El hecho de que efectivos de Carabineros y de Gendarmería Nacional Argentina se enfrentaran en esa área fue un síntoma de que la soberanía efectiva seguía en disputa.
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