En la última milla de la primera vuelta presidencial, el abanderado del Partido Republicano, José Antonio Kast, ha empleado una nueva ofensiva contra la candidata de Unidad por Chile, Jeannette Jara, a partir de los cánticos contra Carabineros que se hicieron oír durante el discurso de la exministra de Trabajo en su cierre de campaña en Maipú.
Si bien Jara exhortó al público para evitar las denostaciones, al escucharse entre los asistentes vítores de "el que no salta es paco", conminado a que "hagamos que nuestra campaña, en vez de basarse en descalificar a los demás, se base en abrazarlos", Kast lanzó sus dardos contra la "izquierda" detrás de la candidata y la emplazó a disculparse con la institución.
En el resto de la oposición han buscado capitalizar el momento. La candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei, también se pronunció contra la exministra a través de X. "Jeannette Jara, a los carabineros se los respeta y protege. No puedes sonreír mientras los insultan", formuló. En tanto, parlamentarios de su sector y de Republicanos, también han exigido a la candidata manifestar disculpas.
En la vereda del comando oficialista, han defendido la actuación de la candidata y reprochado el que haya trascendido unos "breves" cánticos de un acto que se prolongó por cuatro horas.
Asistentes comentan que los vítores vinieron de una parte minoritaria del público y que responden a una "dinamica de concentración". Estos, comentan en el núcleo de Jara, se dieron un par de veces "sin una carga o una violencia". "Fue irrelevante", aseveran, para lo que fue el clima del público durante el acto.
Debate
En este contexto, politólogos abordan el impacto que este episodio puede tener para la votación de la abanderada oficialista este domingo, particularmente, en su elector más moderado.
El analista de la Universidad de Talca, Mario Herrera, consideró que lo de los vítores "puede tener un efecto en dos líneas. Primero, Jara necesita distanciarse de su sector y demostrar capacidad de liderazgo y gobernabilidad.
Ambos atributos no sólo se ven por su desempeño individual, sino que también por quienes la apoyan. Si no es capaz de "controlar la calle", entonces obviamente esos atributos se ven afectados".
"Segundo, los candidatos de oposición están deseosos de que Jara o su sector cometan un error. Ahora comenzará una disputa entre ellos por quién condena con mayor firmeza las declaraciones de los manifestantes. Por ende, algo que podría ser un hecho aislado, tendrá un efecto multiplicado en términos comunicacionales", añadió.
No obstante, reparó que "pese a lo dicho
, estos efectos suelen ser acotados. Buena parte de los electores -particularmente aquellos que los movilizan estos temas- ya tienen su decisión para la presidencial. Por tanto,
esta situación probablemente no defina la elección, aunque pueda modificar los resultados".
A su vez, el investigador asociado a Faro UDD, Rodrigo Pérez de Arce, sostuvo que esto "no es comparable con el episodio de la bandera en el cierre del Apruebo, pero sí confirma los temores que una parte del electorado tiene sobre Jara. La candidata ha trabajado durante meses para distanciarse precisamente de ese lenguaje, y que vuelva a aparecer la perjudica, especialmente entre votantes menos ideologizados que la asocian con ese imaginario que quiere enterrar".
"Dicho esto, Jara se ha mantenido estable en torno al 25-30%. Ese núcleo duro no se va a espantar porque en su cierre se haya gritado 'pacos'", añadió, concluyendo que "no me parece que sea un punto de quiebre para su campaña".
Sobre el episodio, el analista de la Universidad Central, Marco Moreno, comentó que "para una candidata que ha buscado proyectar una imagen de moderación y distancia del activismo más radical, estas manifestaciones desordenan su relato de campaña. Debilitan, por lo tanto, su esfuerzo por representar a a una izquierda más moderada, y, del punto de vista simbólico, yo creo que ofrecen un flanco discursivo que la derecha puede aprovechar para insistir en la idea de que el que en el oficialismo no logran controlar ni disciplinar a sus bases más duras".
"Más que cambiar masivamente el voto, este hecho puede reforzar sesgos existentes, alejar a los sectores moderados, indecisos, especialmente de clase media, urbana y mayores de cuarenta años, que valoran el orden y la seguridad, y consolidar a los adversarios de Jara en el discurso de la izquierda que no condena la violencia".
Ahonando en ello, Moreno arguyó que "esto, evidentemente en la medida que se convierte en cápsulas que se puedan multiplicar a través de redes sociales, ya que evidentemente lo que se va a buscar es viralizar esos segmentos, descontextualizados de un acto de campaña, pero al convertir esto en cápsulas para TikTok, o para Instagram, o para X, evidentemente la amplificación que esto puede tener es mayor, y de alguna manera lo que puede buscar es reforzar sesgos existentes que busquen alejar a los sectores moderados o indecisos que valoran y demandan orden y seguridad".