Con inquietud observan desde el
Gobierno chileno los últimos movimientos que se han registrado en el mar del
Caribe, donde ahora se sumó el
portaaviones estadounidense USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, para presuntamente ayudar a combatir el narcotráfico en la zona.
El despliegue elevó aún más la tensión entre EE.UU. y Venezuela, donde sospechan que las acciones del país norteamericano buscan propiciar un cambio de régimen en la nación caribeña.
Al respecto, la Cancillería liderada por Alberto van Klaveren manifestó que "el Gobierno de Chile expresa su profunda preocupación ante el despliegue de operaciones militares de gran escala en el Caribe y rechaza toda acción armada que ponga en riesgo la estabilidad y la paz en nuestra región".
"Chile reafirma su compromiso con el derecho internacional, el respeto a la soberanía y la integridad territorial de los Estados, la solución pacífica de las controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza, y el respeto a los derechos humanos como principios esenciales de la convivencia entre naciones", complementó.
Por último, el Ministerio de Relaciones Exteriores subrayó "la importancia de enfrentar de manera coordinada la amenaza del crimen organizado transnacional, fortaleciendo la cooperación y la acción conjunta en los distintos espacios multilaterales".
"En este marco, Chile reitera su convicción de que América Latina y el Caribe deben mantenerse como una zona de paz", acotó.