Entre 1886 y 1920, Chile llevó a cabo un proceso de construcción y operación de sanatorios para el tratamiento de la tuberculosis. Con ellos se buscaba replicar el modelo implementado en Europa. Uno de esos establecimientos estaba en pleno valle del Elqui: el sanatorio Diaguitas, ubicado a poco más de 70 kilómetros de La Serena y a más de 750 metros sobre el nivel del mar. Tras su cierre, se transformó en un establecimiento educacional. Fresia Flores, profesora de dicho establecimiento, que recibe a más de 170 alumnos, lamenta el deterioro de los antiguos chalets y afirma que son "un legado de la historia del pueblo" y que hoy sólo pueden usarse como bodegas. Dice que el sueño de la comunidad es recuperarlos y transformarlos en espacios útiles, como biblioteca o sala multiuso.