Los asaltos al Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia (FCAB), que habían disminuido a partir del plan de seguridad activado por las autoridades y la empresa en 2022, han vuelto a reactivarse, incluyendo nuevamente la modalidad tipo far west de las emboscadas delictivas. Este tipo de robos ha ido a la par de la fuerte alza en el precio del metal, como parte de un ilícito en aumento a partir de 2016, según detallan algunas de las denuncias de la empresa.