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Kast mejora en último debate tras débil presentación anterior y Jara mantiene estilo vehemente

Los candidatos se enfrentaron en un debate de casi dos horas y media.

09 de Diciembre de 2025 | 23:40 | Por Benjamín Blanco, Emol
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José Antonio Kast y Jeannette Jara en el debate de Anatel.

Aton
Fue el más entretenido, pero no necesariamente el mejor. El debate de Anatel, el último de esta maratón política llamada campaña presidencial 2026, tuvo buenas preguntas, aunque los intercambios entre los candidatos no siempre fueron fluidos y estuvieron a la altura.

Sin embargo, se habló de casi todo: migración, seguridad, economía. A cinco días de las elecciones, José Antonio Kast al parecer logró salvar los muebles tras un debate Archi donde apareció desdibujado.

A diferencia de la tensión del último debate de las elecciones pasadas —cuando Gabriel Boric sacó bajo la manga un examen negativo sobre consumo de drogas que desarmó la ofensiva de José Antonio Kast—, este cara a cara enfrentaba dos propuestas de Chile más similares que distintas, con la seguridad y la economía como ejes principales.

Permitiéndonos una analogía futbolera, para Kast el debate de Archi había sido el partido de ida de una de esas antiguas finales de Copa Libertadores: salió a defenderse, a buscar el empate en cero, haciendo tiempo para que el duelo terminara lo antes posible. Al final perdió, por poco, y hoy, en el partido de vuelta, estaba obligado a ganarlo: debía mostrarse más asertivo, seguro y claro.

La realidad de Jara es más compleja. Su disputa se parece más a un torneo de largo aliento, donde por ahora se mueve en la medianía de la tabla. Triunfó en el último partido —el debate Archi—, pero para ganar el campeonato, la presidencial, necesitaba un esfuerzo adicional. O más tiempo. O una dosis formidable de suerte.

Y es que el empate era un mal resultado para ambos, aunque con consecuencias dispares. Si bien Kast quedaba con un sabor amargo tras estas "finales" que representaron los debates, para Jara significa no descontar los puntos suficientes en ese campeonato largo que para ella comenzó por allá por junio, cuando ganó la primaria.

¿Quién ganó?


Una forma de resumir el debate es que pasamos del "depende", palabra eje del cara a cara anterior —que Kast repitió una y otra vez ante preguntas de distintos ámbitos—, al "tranquilízate un poquito", frase recurrente de Jara ante las respuestas del republicano. Algunas veces fue un intento por bajar la vehemencia de Kast; en otras, Jara pareció arrinconada por los dardos del candidato opositor.

De hecho, pese a que Kast no siempre tuvo el mismo tono y claridad en todas sus intervenciones (de hecho aseguró erróneamente que había 1.200.000 de homicidios al año), se mostró más solvente que en el debate de Archi. Jara, al ver que encontraba el espacio para marcar un punto como en cara a cara anterior, se fue desdibujando.

Sabiendo que el primer round estaba centrado en gobernabilidad, Kast salió con una respuesta ensayada, cargada de energía. Abordó sus antiguas críticas al Presidente Sebastián Piñera (que en otro momento de la discusión, Jara catalogó de "estadista") y arremetió contra el actual Gobierno, marcando de inmediato un eje, un tono: continuidad versus cambio.

Jara, por su parte, puso el acento en su capacidad de diálogo, citó su rol en el acuerdo previsional y, consultada sobre si renunciaría al Partido Comunista, afirmó que lo haría si es electa presidenta. Intento que el debate girara en torno a las posturas de Kast sobre diversos temas.

Kast recordó que en 2021, al pasar de primera a segunda vuelta, anunció que dejaba de ser republicano para representar a todos los chilenos. Esta vez profundizó en esa idea: aseguró que sería presidente incluso de los militantes del PC. "A diferencia de ellos, que nos quieren fuera", remató.

Indulto y seguridad


En el segundo bloque emergió el tema del indulto. Al hablar de seguridad y cárceles, la discusión derivó en la conmutación de penas. "Para pedófilos y violadores de niños", acusó Jara que promovía el Partido Republicano. "Es impresentable y no lo voy a avalar", agregó. Kast descartó esa afirmación, aunque sí se refirió a la posibilidad de indultos a condenados por crímenes de lesa humanidad: "Hay algunos que están bien presos", dijo, pero ejemplificó casos en los que sí revisaría penas.

Jara insistió, citó el caso de Miguel Krassnoff y le preguntó directamente a Kast si vetaría una ley de ese tipo. Kast amagó con responder, alegó que no tenía tiempo; Jara incluso sugirió regalarle “10 segundos”, pero finalmente la respuesta no llegó. La duda quedó flotando en el debate.

Cacofonía


El tercer eje fue la migración. Aquí Kast mostró una verborrea que no se vio en Archi y apuntó con dureza al Presidente Boric por su manejo del tema. Cuando Jara intentó arrinconarlo con los distintos conceptos que había usado, uno de los periodistas le recordó que ella misma, en su propio sprint de campaña, también había variado su lenguaje. "Es que este no es un tema para hacer campaña", recalcó Jara. "Este tema rinde, genera harto odio", insistió.

Y agregó: "Lo que debemos hacer es un tema de unidad nacional. Tenemos un problema grave y los problemas graves se enfrentan entre todos, con gestión pública".

Hubo un momento particularmente tenso cuando Jara lo increpó por el posteo de una foto sobre migración que resultó ser de 2019. Kast respondió al contraataque: reconoció el error, pero sacó a relucir que Jara había usado una polera del "matapaco".

Desde ahí en adelante comenzaron varios dimes y diretes en los que ambos hablaban al mismo tiempo, superponiendo sus palabras sin que se lograra entender del todo lo que decían, obligando incluso a los moderadores a intervenir. En ese intercambio, Jara dijo que "María Corina Machado ha tenido intentonas golpistas, así como también ha tratado de promover elecciones libres". Kast no quiso dejarlo pasar, pero se acabó el tiempo.

El clímax de este desorden llegó con la primera pregunta directa que Jara le formuló a Kast. La respuesta no le gustó, lo interrumpió; Kast no dejó de hablar; y durante largos segundos —transmitidos en cadena por todos los canales de la televisión abierta agrupados en Anatel— lo que se escuchó fue una cacofonía sin lógica ni orden, hasta que una moderadora pidió expresamente a Jara que dejara responder a su contendor.

En la medianía del debate irrumpió uno de los flancos más delicados de la noche: la probidad y la corrupción. Jara apuntó directamente a José Antonio Kast por el rol del desaforado Ojeda, imputado por fraude en el marco del denominado caso convenios. Desde ahí, intentó extender el cuestionamiento a lo que calificó como una inconsistencia estructural: la imposibilidad práctica de que Kast pudiera ejecutar una de sus principales promesas de campaña, la auditoría completa al aparato público.

Fue en ese contexto cuando se produjo uno de los momentos más determinantes del debate. Kast pudo haber reservado esa carta durante toda la campaña, o quizás no había una estrategia premeditada y la jugó sin preámbulo. Pero lo cierto es que contraatacó citando el caso de las reuniones en que la entonces ministra Jeannette Jara sostuvo encuentros con Pablo Zalaquett y representantes de empresas sin que dichas citas quedaran registradas bajo la Ley de Lobby, como exige la normativa. Jara acusó el golpe.