Operación
"Apocalipsis". Así se denominó el megaoperativo llevado adelante por las brigada investigadoras de Lavado de Activos y contra el Crimen Organizado de la
PDI, en conjunto con la Fiscalía Regional Metropolitana Occidente.
En total fueron
66 detenidos, de los cuales 44 son funcionarios de Gendarmería, los que son acusados de pertenecer a una red de corrupción que operaba tanto en los penales Santiago 1 y el de San Joaquín.
De estos 44, fuentes del caso señalan que
hay tres suboficiales que cumplían funciones de liderazgo dentro de la organización. Se trata de Richard Medel, Miguel Tejos y Rubén Zuñiga.Además, en el proceso investigativo se identificaron distintas modalidades que empleaban los involucrados.
"Manillas"
En las afueras de dichos recintos penitenciarios operan al menos siete agrupaciones criminales, conocidas como
"Manillas", y a cuyos integrantes se les denomina
"Manilleros", varias de ellas conformadas por ciudadanos extranjeros.
Dichas bandas de manilleros, coludidos con gendarmes, envían diversas especies al interior de los establecimientos, para lo cual pagan a los funcionarios, mediante la entrega de recursos directos o de especies, o a través de transferencias de dinero.
Las cifras varían dependiendo del tipo de elemento prohibido que se ingresa y van desde los $10.000 a los $400.000.
Aquí se identificó también el ingreso de personas no enroladas a los recintos penitenciarios.
"Muchas mujeres que entraban a tener relaciones sexuales y otras personas ilegales en el país". A todos ellos se les conocía como
"gatitas" y se descubrió que llegaban con drogas, alcohol, comida, etc.
"Rescate"
Asimismo, se descubrió que gendarmes hacían allanamientos en las celdas y
todo lo que se incautaba después se les vendía a los mismos reclusos en altas sumas.Los mismos funcionarios "obligaban a los internos a entregar una suma de dinero para devolverle los propios teléfonos que previamente les habían incautado", señalaron las autoridades.
"Avión"
Otra modalidad es la denominada
"Avión". Ahí gendarmes, previo pago de altas sumas de dinero,
permitían que internos se pasearan por distintos módulos del penal y portando elementos ilícitos o prohibidos."En el sector de los módulos, hemos detectado que funcionarios de Gendarmería, previo pago, procedían a trasladar internos que, de no haber mediado este pago ilícito, no hubiesen podido transportarse de un módulo a otro", sostuvo el fiscal Marco Pastén.
Cómo cayeron
Fuentes del caso señalan que la investigación fue desde 2022 a 2025. Para destapar la red de corrupción fueron clave los
relatos de testigos, así como también algunos gendarmes que, cansados de ver las prácticas de sus colegas, delataron.También se utilizaron las técnicas de escuchas telefónicas, seguimientos, vigilancia, revisión de cámaras en penales y agentes encubiertos.
Así, hubo algunos gendarmes que cayeron en flagrancia, a los que se les descubrió droga en su poder. Incluso, señalan que uno de ellos intentó deshacerse botando la droga por el baño.
El director general de la PDI, Eduardo Cerna, dijo que los flujos de
dineros que circularon por las cuentas de los imputados superan los $6.300 millones, de los cuales al menos $3.150 millones provendrían de los cohechos y sobornos.