Por unanimidad, con 43 votos a favor, el Senado aprobó la acusación constitucional contra
Diego Simpértigue. Y con esto selló su destitución como ministro de la Corte Suprema.
Tras su derrota, el ahora ex juez sostuvo que
"me han hecho responsable de la crisis que vive el Poder Judicial. Sin perjuicios en términos generales los senadores, se refirieron a diferentes aspectos de la defensa, pero ninguno se hizo cargo de cada uno de los puntos de la defensa en profundidad, como era lo que yo esperaba. De tal manera que la decisión está tomada, yo respeto las instituciones del Estado y por lo tanto hay que cumplir lo que se ha dispuesto".
En su defensa, aseguró que "todo está justificado. Los abogados no solamente explicaron lo que había pasado, sino que además presentaron documentos que justificaban cada decisión o cada paso que se hizo. Yo viví, o lo que ocurrió, fue en un momento de absoluta tranquilidad, no había nadie imputado, no había ninguna investigación, todo se hacía de buena fe y sin embargo me están ahora imputando situaciones con el criterio o con la manera o con lo que está ocurriendo hoy día, con el contexto de hoy día. Y eso, para mí, resulta muy lamentable".
Además, se le consultó si sentía vergüenza de terminar así su paso por la Suprema. "
Yo he sido muy feliz en el Poder Judicial. Mi carrera la he conducido durante muchos años en forma honesta. No tengo nada que decir en contrario a eso. Estoy muy agradecido al Poder Judicial y la verdad es que, a pesar de lo que ha ocurrido, tengo la frente en alto. Los senadores dijeron que aquí no había corrupción y, por lo tanto, yo estoy absolutamente tranquilo. Y si el Poder Judicial deja de hacer alguna autocrítica, eso ya no me corresponde, pero espero que así se haga y espero que se tomen las medidas correctas".
Simpértigue finalmente admitió que un
mea culpa que se hace es "haber sido demasiado inocente frente a situaciones de las cuales debía haberme dado cuenta".
