TEXAS.- La compañía espacial dirigida por Jeff Bezos, Blue Origin, completó esta mañana la prueba de expulsión en caso de emergencia de su cápsula de tripulación que terminó aterrizando en el desierto de Texas, en Estados Unidos.
La intención de Blue Origin era probar el nuevo sistema de expulsión que integrarán en sus futuras misiones tripuladas con un propulsor ubicado en la cápsula que ocuparán las personas que viajen en la nave espacial. En caso de detectar algún problema con el cohete que traslade la cápsula, esta tiene la posibilidad de activar su propio motor y distanciarse del problema, para luego desplegar tres paracaídas que le ayudarán en el regreso a tierra firme.
Esta mañana, la compañía deliberadamente utilizó el sistema de emergencia y la prueba resultó un completo éxito luego de que tras cerca de 45 minutos, la cápsula activara el sistema de escape y, por cerca de dos minutos, se alejara por medios propios del propulsor principal.
Luego de esto, los paracaídas se activaron y dejaron la cápsula de vuelta en la tierra en un lento descenso.
Sin embargo, la jornada de éxito no terminó ahí para la firma de Bezos. El cohete utilizado en su prueba, el New Shepard, que ya ha volado y regresado en cuatro oportunidades, logró salvarse una vez más y regresar a la zona de pruebas de Blue Origin.
La misma compañía había dudado de la posibilidad de salvar el New Shepard ya que al accionar el mecanismo de emergencia, el propulsor recibió todo el impacto de la capsula de tripulación, y contrario a las expectativas, logró aterrizar con éxito por quinta vez.
Luego de esto, Blue Origin dará de baja el New Shepard y será trasladado a un museo para contribuir en la historia del desarrollo espacial.
