SANTIAGO.- El 2016 de Samsung partió de buena forma, con el estreno del exitoso Galaxy S7, pero terminó con amplios cuestionamientos, tras el lanzamiento y posterior retiro del mercado del Galaxy Note 7, debido a los riesgos de incendio que presentaba su batería. Ahora, la empresa busca posicionarse nuevamente, a través de una de sus series más exitosas: A.
Los Galaxy A son equipos del segmento de gama media, menos costosos que los premium Galaxy S y Note, pero ofreciendo (al menos en esta versión) características que usualmente están reservadas a equipos más caros.
Probamos el nuevo A5, estrenado en la feria CES de enero. El equipo ofrece una pantalla de 5,2 pulgadas, con resolución Full HD, dentro de un cuerpo que mezcla metal para los bordes y placas de vidrio adelante y atrás, recordando lo que se hizo con el S7 y el Note 7.
El teléfono se siente premium, siendo cómodo pero a la vez con un cierto peso que hace notar que lo que se tiene en la mano no es un producto plástico. A esto se le suman detalles como la incorporación de un puerto USB Tipo C (algo no presente en el S7) y el mismo lector de huellas dactilares de ese modelo, con sus pro y contra: es confiable en el reconocimiento pero más lento que sus competidores.
En cuanto a software, el A5 corre Android Marshmallow modificado con la capa de personalización de Samsung. Los cambios parecen ser menos que en otras ocasiones y no complican la experiencia, manteniendo nociones básicas de Android como el menú de aplicaciones. Esto mezclado con el procesador Exynos utilizado para el smartphone entrega un rendimiento sin demoras y que logra buenos resultados, incluso en usos más demandantes como juegos de alto requerimiento gráfico.
La cámara es uno de los puntos donde más se nota la diferencia con los equipos premium de Samsung. En condiciones de buena iluminación, los resultados son más que satisfactorios, con una buena reproducción de colores y definición. Pero cuando baja la iluminación ambiente, la definición se va y aparecen fotos con mucho procesamiento. Es algo que no es poco común en este segmento de precio, pero que decepciona dado el buen historial que ha tenido la compañía surcoreana en cuanto a cámaras durante los últimos años.
Un punto importante es que si bien es un equipo más económico que los tope de línea que lideran el mercado, el A5 es más caro que otros smartphones de la gama media. Con un costo de $350 mil (fuera de todo plan) está sobre equipos como el Moto G4, aunque ofreciendo materiales más premium. ¿Vale la pena ese costo extra? En el tiempo que pasamos con el dispositivo la experiencia fue muy satisfactoria, aunque ciertamente el menor precio de la competencia es un punto que se debe considerar.
Gear S3: Bueno pero no suficiente
También pudimos probar el reloj inteligente Gear S3, estrenado a fines de 2016. El smartwatch cuenta con dos variantes: Classic, con un look más tradicional, y Frontier, con uno más deportivo. Ambos incluyen el inteligente sistema de control que Samsung lanzó con el S2 de 2015, basado en una rueda que va alrededor de la pantalla y que gira para permitir moverse en los menús y aplicaciones.
La experiencia sigue siendo tan buena como en el S2, sumando esta vez GPS para el registro de actividades deportivas y la capacidad de utilizar videojuegos en la pantalla (aunque más allá de la novedad, no es algo que se vaya a hacer mucho). También se suma la opción de usar el reloj con un iPhone, además de los equipos Samsung y todo teléfono Android.
Y si bien el reloj cumple con lo que promete, con una autonomía de batería que llega con comodidad a los tres días, finalmente se encuentra con los mismos problemas que la versión anterior: el uso de una plataforma que no es prioridad para los desarrolladores. Samsung nuevamente utiliza el sistema operativo Tizen, en vez del más popular Android Wear, que acaba de estrenar una importante actualización.
El uso de una plataforma que sólo está disponible en este producto hace que crear software para ella o dar soporte a sus características no sea prioritario para quienes crean apps. En un entorno donde el soporte de terceros es cada vez más importante, el S3 queda en desventaja. Como una fuente de notificaciones, cumple, pero queda la duda de si habrá interés en explotar sus máximas capacidades.
