CALIFORNIA.- Un misterio largamente sin resolver asumió un equipo de científicos de la Universidad de California en Berkeley, la causa detrás de los cordones que se desatan solos al caminar. Más allá de las creencias de "mala fortuna" u otros factores que las personas podrían pensar sobre esto, los investigadores se enfocaron en el motivo físico que produce este evento.
Si bien los cordones atados pueden permanecer durante mucho tiempo firmemente atados, cuando comienza el proceso en que este nudo se suelta, no hay vuelta atrás, descubrieron los científicos. Así lo detalla el profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de California, Oliver O'Reilly.
"Es realmente impredecible, pero cuando sucede, es en dos o tres zancadas y es catastrófico. No hay forma de volver atrás una vez que comenzó", comenta el científico.
Luego de una serie de experimentos que involucró filmar a personas corriendo sobre una pista con tecnología de cámara lenta y la fabricación de una pierna robótica que se movía constantemente hasta lograr que los cordones se desataran, los expertos lograron descifrar el misterio.
Ocurre que cuando una persona corre o camina rápido, aplica en el pie que toca el suelo, una fuerza que corresponde a siete veces la fuerza de gravedad que normalmente opera en los objetos en la Tierra. Con esto, se produce un efecto en los cordones que hace que se tensen, para luego relajarse.
Al realizar el movimiento para la siguiente zancada, la persona aplica un esfuerzo en las puntas de los cordones que involucra la fuerza de inercia de estos mismos, lo que combinado con el relajo anterior en el nudo, logra que se desaten.
Así, el constante golpe de los pies en el suelo, genera que el nudo se libere un poco y el movimiento de las puntas sueltas, finalmente logra que se desate completamente el nudo, liberando el caos.
"Lo interesante sobre este mecanismo, es que los cordones pueden estar bien por bastante tiempo, y no es hasta que un pequeño impulso del movimiento causa que se suelten ligeramente, y eso desencadena una avalancha de efectos que conlleva finalmente a el error en el nudo", añade Christine Gregg, una estudiantes de la casa de estudios y co autora del documento.
