SANTIAGO.- El terremoto que afectó a México, el pasado 19 de septiembre, causó impacto por la gran cantidad de edificios que colapsaron debido al movimiento, de magnitud de 7,1. En total, fueron 44 los edificios que se desmoronaron, en parte, porque no cumplían con la norma sísmica, pero también porque estaban construidos sobre suelos blandos, que amplifican las ondas sísmicas.
Ante esto, un equipo de investigadores del Departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile se trasladó hasta esa zona para estudiar el impacto del terremoto y analizar las similitudes y diferencias con Chile.
Los expertos señalan que hay algunas zonas de la Región Metropolitana que podrían ser más susceptibles a presentar mayor daño en sus construcciones, ya que tienen suelos blandos y además se están construyendo edificios en altura.
Se trata de las comunas Huechuraba, Lampa y Pudahuel, en el norte de la capital. "Ésas son las zonas que tienen los suelos más blandos, es un suelo fino, más malo, y la experiencia sugiere que en suelos más malos los efectos sísmicos se acentúan, porque las ondas sísmicas se pueden amplificar; cuando los suelos son finos presentan mayor susceptibilidad sísmica. Así que, dadas las condiciones del suelo, esas zonas presentan mayor susceptibilidad que otras ante situaciones sísmicas", explica el académico de Ingeniería Civil de la U. de Chile, Felipe Ochoa.
Aunque esas zonas están más identificadas, el experto señala que "también podría haber otros lugares (susceptibles), sobre todo en la periferia de Santiago". "Los suelos complicados son las zonas donde hay arcilla y sueño fino", detalla.
El profesor asistente de Ingeniería Civil, Francisco Hernández, explica que este "efecto de amplificación de suelos no se observó anteriormente, porque la zona de Huechuraba no ha tenido estructuras muy altas, y el suelo blando con estructuras bajas genera una especie de aislación, pero hoy día se están construyendo varias estructuras del orden de quince pisos, que podrían ser bastante susceptibles a este movimiento del suelo".
El espectacular suelo de Santiago Centro y Providencia
De todas formas, Felipe Ochoa afirma que "en general, el suelo de Santiago es bueno" y que hay zonas especialmente buenas, con un suelo "duro y con mayor rigidez", como las comunas de Santiago Centro y Providencia.
"En Santiago somos muy afortunados porque en general tiene suelos muy buenos sísmicamente, eso nos ayuda mucho, por supuesto con una buena ingeniería. En particular, Santiago Centro, Providencia, todo el casquete central de Santiago hasta Tobalaba; en Tobalaba hacen unas tremendas excavaciones porque es un suelo muy bueno", señala.
Dice que este suelo se llama "grava de Santiago", que es "un suelo espectacular, mundialmente famoso por ser muy bueno, muy resistente, y por eso se pueden puede hacer excavaciones profundas sin tener ningún problema".
Urgen realizar estudios a la zona de Lampa, Huechuraba y Pudahuel
De todas formas, si bien Chile es señalado como ejemplo de buenos resultados en el comportamiento de sus estructuras, debido a la norma sísmica, los expertos afirman que es necesario hacer estudios en algunos casos particulares –como las comunas de la zona norte de la RM– para ver si también están cubiertos por la norma sísmica vigente.
"Hay que estar atentos, hay que hacer más estudios para verificar si efectivamente esas condiciones particulares están cubiertas completamente por la norma, podría haber casos particulares que la norma no cubre (...) la norma sísmica puede ser susceptible a que, en algún minuto, algo se escape (...) por eso urge generar mapas de micro-zonificación sísmica que considere los efectos de amplificación de suelo", señala Ochoa.
Con todo, afirma que los suelos de esas zonas de la capital, "jamás" serán tan malos como los de Ciudad de México, que está levantada sobre un antiguo lago y en los últimos cien años ha bajado ocho metros. "Los suelos de todo ese sector son finos y presentan una mayor susceptibilidad a daños producto de que su rigidez es más baja, pero no llegamos a los niveles de México, no es que tengamos un México aquí en Chile", remarca.
El grupo de investigadores participa este jueves, junto a Rodrigo Astroza, de la Universidad de Los Andes, en el seminario "Lecciones del terremoto de México", donde exponen sus observaciones y análisis de su visita tras el terremoto que afectó a ese país.