SANTIAGO.- La semana pasada, entre 500 y 800 mil salmones se escaparon de una de las plantas de cultivo de la empresa Marine Harvest, la que ahora arriesga millonarias deudas y generar un fuerte impacto en el ecosistema del sur de Chile. Para entender las consecuencias medioambientales, la doctora en ciencias biológicas, con mención en ecología, Leyla Cárdenas, conversó con Emol.
"Los salmones han sido un problema desde que se iniciaron los cultivos y que tiene relación con que son una especie introducida, pero que fue muy exitosa en los ríos y mares de Chile [...] y generó esta gran industria que es hoy en día la salmonicultura", detalla la también directora de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile, UACh.
Para Cárdenas, el problema se origina en que "el salmón es bien agresivo", llegando a identificarlo incluso como "el león del río", por lo que al llegar a las aguas abiertas de la Región de Los Lagos, "se convierte fácilmente en el predador tope de este ecosistema, afectando todas las especies nativas de peces" que, en este caso, podría tratarse del pejerrey chileno.
"Aquí se puede ver una pérdida de biodiversidad natural, endémica y propia de Chile, ocasionada por esta especie". Algo que se ve extiende a otros reinos animales, ya que de acuerdo a la información entregada por Sernapesca, cerca de 463 mil ejemplares habían sido tratados con antibióticos.
Debido a esto, explica la doctora Cárdenas, también se "afecta el ecosistema por la generación de residuos biológicos que se van a meter en los ciclos de carbono y de nitrógeno, impactando y cambiando todo el ecosistema también desde un punto de vista geoquímico".
"Con esto, hay otras comunidades que pueden verse afectadas, como las comunidades bacterianas locales. Porque en un ecosistema no solamente hay peces, hay bacterias, parásitos, hongos o invertebrados como moluscos. Todo esto, este equilibrio, se va a ver afectado", lamenta la científica de la UACh.
Sin embargo, pese a la superioridad como predador del salmón, estos ejemplares podrían no verlo tan fácil en su camino, ya que "no están acostumbrados a comer su propia presa, sino que se les alimenta con pellets", por lo que se podría "ver una mayor mortalidad de estos peces".
A lo que la académica agrega que "sólo aquellos que logren captar que tienen que cazar para quedar en el ambiente son los que van permanecer en el largo plazo", pero que este mismo proceso "los que hayan pasado todas estas barreras, van a ser mucho más agresivos y mucho más exitosos desde un punto de vista invasor".