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¿Ser útil después de morir?: La decisión de donar el cuerpo para aportar a la formación de profesionales de la ciencia

Desde razones económicas hasta motivos altruistas son los que impulsan a quienes optan por esta alternativa.

13 de Enero de 2019 | 22:03 | Por Fernanda Mujica, Emol
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Miguel Soto, encargado del programa de donación de cuerpos de la Universidad de Chile.

La Segunda
SANTIAGO.- Era el año 2013 cuando Camila Salgado (26) -en ese momento estudiante de Tecnología Médica en la Universidad de Chile- empezó a considerar la posibilidad de donar su cuerpo a la ciencia luego de que falleciera.

"Me cuestioné mis privilegios por sobre otros estudiantes, como por ejemplo, poder analizar el cuerpo humano con material real", cuenta Salgado, explicando que "no lo sentí justo y decidí darle un giro a esas diferencias donando el mío".

Esta determinación la tomó finalmente en 2015, cuando luego de aclarar las dudas que tenía sobre el proceso, oficializó el asunto firmando ante un notario.

Al igual que ella, cientos de personas han optado por esta alternativa. Las razones para hacerlo van desde motivos económicos hasta el deseo de seguir siendo útiles después de morir.

"Consideran el cementerio inoficioso, o sufren de claustrofobia, o razones simplemente económicas, pero normalmente la razón fundamental es que consideran que su cuerpo debería servir para la formación de los profesionales", afirma Miguel Soto, jefe de laboratorio y encargado del programa de donación de cuerpos del Departamento de Anatomía y Medicina Legal de la Universidad de Chile.

1.500donantes inscritos tiene el programa de la U. de Chile, según el académico Miguel Soto.
La iniciativa de esta institución es una de las que tiene la mayor cantidad de inscritos en el país, con alrededor de 1.500 donantes en vida y un número de fallecimientos que fluctúa entre 26 y 28 personas al año, según detalla Soto. Asimismo, otras casas de estudios también cuentan con programas de este tipo, como la Pontificia Universidad Católica de Chile.

¿Cómo este acto beneficia a la ciencia? El tecnólogo médico sostiene que si bien hay opiniones divididas sobre la mejor forma de aprender, sin duda hay una gran diferencia al momento de estudiar directamente desde un cuerpo humano.

"Cuando uno le pregunta a un cirujano o a un estudiante (...) si nota una diferencia entre estudiar con modelo de plástico o mirar animaciones computacionales versus ver cadáveres, va a decir que el cadáver", asegura Soto, agregando que éste además "entrega un mensaje subliminal, porque de alguna manera el alumno aprende que esa persona se donó para el beneficio de él y por lo tanto el respeto al paciente parte con el respeto al cadáver".

"Hay opiniones de que basta con modelos, con simuladores. Nosotros tenemos todas esas cosas, tenemos software computacionales donde puedes hacer una autopsia virtual y todo lo demás. Pero cuando uno le pregunta a un cirujano o al estudiante (...) si nota una diferencia entre estudiar con modelo de plástico o mirar animaciones computacionales versus ver cadáveres, va a decir el cadáver"

Miguel Soto

¿Por cuánto tiempo puede ser útil el cuerpo?

Con los métodos convencionales de conservación, un cuerpo humano podría durar entre 40 y 50 años, indica Soto.

Para esto existen principalmente dos formas. La primera es congelar el cuerpo, lo que sirve "para hacer procedimientos de abordajes quirúrgicos, porque tiene que ser lo más similar a lo que ocurre en un pabellón, por lo tanto no se pueden utilizar cadáveres fijados".

La otra manera es la conservación por medio de mezclas fijadoras, que mantienen el cuerpo de manera indefinida gracias a distintos compuestos como formaldehído y cloruro de sodio.

"Son mezclas que tienen distintos atributos para mantener el cuerpo con los colores, la hidratación adecuada, que esté más blando y que se conserve bien en el tiempo", comenta el académico.

El apoyo familiar

"En un comienzo, mi familia reaccionó con desconcierto, porque tampoco fue algo que me haya cuestionado durante mucho tiempo. No me demoré más de dos semanas en realizar el trámite y, finalmente, conversarlo", recuerda Camila Salgado.

No obstante, asegura que "también entendieron que esos pequeños actos resultan extremadamente útiles en las investigaciones médicas y, por ese motivo, no hubo espacio para los cuestionamientos".

"Me cuestioné mis privilegios por sobre otros estudiantes (...) no lo sentí justo y decidí darle un giro a esas diferencias donando el mío"

Camila Salgado
El apoyo de los parientes es fundamental para este tipo de donación, ya que, de forma similar a lo que ocurre con la de órganos, son ellos los encargados de tomar la decisión final.

"Los dueños del cuerpo siguen siendo los familiares, por lo tanto uno puede donar el cuerpo y el familiar decidir enterrarlo, así como puede que la persona nunca haya dicho que quiere donar su cuerpo y el familiar lo dona", explica Soto.

Cómo ser donante

Luego de tomar la decisión, el trámite es simple, aunque la resolución final siempre es de la familia.

El académico de la Universidad de Chile explica que es necesario firmar una declaración jurada ante un notario, la cual tiene un valor de intención de realizar la donación. "Se apela a la reglamentación vigente y lo que está jurídicamente establecido en cuanto a que las personas pueden donar su cuerpo para docencia o investigación científica", indica.

Además, está establecido que las personas pueden retractarse en cualquier momento, aunque Soto sostiene que "por lo general es raro que alguien se arrepienta, como también es raro que alguien contradiga la voluntad del fallecido".

¿Y tiene algún costo económico? "Ninguno, en absoluto", afirma el tecnólogo médico y agrega que el cuerpo del fallecido "en vez de irse al cementerio, se va al instituto. Por lo tanto todo lo que corresponde a la ceremonia es lo mismo que si se fuera a ir al cementerio, la única diferencia es que no llega al cementerio sino que se viene a nuestras dependencias".
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