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El placer del baño de tina

Un baño de tina puede ser la instancia perfecta para relajarse, renovar las energías, aprovechar las propiedades hidratantes y nutritivas de la leche y otros elementos, y por qué no, para enamorarse.

01 de Octubre de 2004 | 10:42 |
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Qué buen panorama. En un mundo tan estresado como el actual, un baño de tina resulta una invitación que nadie podría rechazar. Sólo se necesita un poco de tiempo, un puñado de sales, espuma y bombas efervescentes de los más exquisitos aromas serán suficientes para quienes deseen sumergirse en un universo de placer.

Relajar

Junto con la temperatura del agua (36 grados), la incorporación de ciertos elementos a la tina puede ser la mejor receta para desestresar el cuerpo y la mente. De las alternativas que nos ofrece la naturaleza, sin duda que una de las plantas relajantes por excelencia es la lavanda, a la que también se le reconocen otras propiedades beneficiosas para la salud de la piel como su poder de purificación. Calmante también resulta la acción de hierbas como la manzanilla, que se puede utilizar en forma de infusión o incorporando diez gotas al agua tibia. El momento ideal para un baño de este tipo es al final del día, ya que además ayudará a inducir el sueño.

Enamorar

¿Quién dijo que sólo la comida o el vino pueden ser afrodisíacos? No es cierto, un baño tibio y aromatizado con las esencias correctas también es capaz de despertar más de un sentimiento. Es cosa de atreverse a probar el delicado aroma de las rosas, la particularidad del sándalo y el dulzor de la vainilla, si lo que se busca es avivar los sentidos y las emociones. Los perfumes gozan de un gran poder de seducción, ya que producen un efecto químico instantáneo al ser inspirados. Tarea a la que también contribuyen la sutileza y suavidad de la espuma y las burbujas cuando entran en contacto con la piel. Además de las rosas, no hay que olvidarse del jazmín y el ylang ylang, o de especias como la canela y nuez moscada.

Energizar

Empezar bien el día o renovar las energías después de una agotadora jornada de trabajo, eso es lo que podemos conseguir si nos sumergimos en un baño enriquecido con extractos de naranja, limón, pomelo o kiwi. Son reconocidos por su poder revitalizante, además de su fresco aroma. Por su parte, hierbas como la menta y el romero tienen la particularidad de aliviar el cansancio y restablecer la vitalidad en un solo gesto, por lo que una combinación de sales o espuma de naranjas con alguna de éstas puede ser la mejor receta para recuperar el vigor perdido. Un dato extra, el extracto de cítricos como el limón también resulta favorable para equilibrar el exceso de grasitud de algunas pieles.

Hidratar y nutrir

Se dice que gran parte de la belleza de Cleopatra obedecía a sus habituales baños con leche, una costumbre que podemos actualizar a través de las variadas alternativas de productos para la tina. Baños, espumas, aceites o bombas, todas enriquecidas con el poder hidratante y nutritivo de la leche, el que resulta especialmente beneficioso para las pieles más secas. Otra posibilidad para aportar agua y nutrientes al cuerpo es a través de los aceites, ya sea de oliva o de palma chilena. En ambos casos, se asegura una cuota extra de salud y belleza para la piel. Si se utiliza aceite de oliva, además se pueden aprovechar sus propiedades antioxidantes que favorecen el rejuvenecimiento y lozanía de la piel.



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