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“Hay que preocuparse de los hombres”

16 de Noviembre de 2004 | 14:01 |
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“Nombrar a una mujer en un directorio es una coartada; nombrar dos es una política”.

Eso fue lo que le dijo, hace algunos años, a Lucía Santa Cruz el presidente de Nestlé Chile cuando la designó en ese cargo.

Más allá de la anécdota, la confesión devela con claridad que la mujer chilena ha logrado insertarse en el mundo laboral, pero muy, muy lentamente.

Si bien ella es directora también del banco SantanderSantiago, la Compañía de Seguros Chilena Consolidada y TVN, cree que en el fondo la explicación para esta rareza se encuentran en que todas esas empresas tienen accionistas extranjeros.

Como historiadora ha estudiado el fenómeno y algunos de sus juicios como que “no todas las diferencias entre hombres y mujeres en el trabajo constituyen una discriminación”, podrían ser considerados por más de alguna feminista una suerte de herejía para la causa.

Pero Lucía Santa Cruz no se inmuta y analiza el tema con frialdad.“La situación de la mujer en Chile varía mucho de acuerdo de su situación socioeconómica. Las que trabajan, por lo general, son de sectores más acomodados”, aclara y enrostra que, a pesar de lo desarrollado que estamos, somos unos de los países latinoamericanos con el porcentaje más bajo de mujeres trabajadoras.

- ¿Sigue habiendo mucha discriminación?
“No creo mucho en ella. El cambio del rol de la mujer en Chile es nuevo y requiere de muchos ajustes, pero no todas las diferencias son discriminatorias; hay diferencias objetivas y cuando se hacen comparaciones salariales no se toma en cuenta que las mujeres trabajan en cosas distintas que los hombres”.

- Un estudio de la UC dice que a nivel de ejecutivos la diferencia existe.
“Es muy difícil definir que significa igual trabajo. Las mujeres ofrecen cosas distintas. De partida, tienen una permanencia promedio mucho menor que los hombres en las empresas y el tema del embarazo es un problema insoluble. Es obvio que las mujeres no quieran renunciar a embarazarse y esto es un costo para la empresa”.

- ¿Las mujeres deben asumir la maternidad como un costo también?
“Absolutamente, pero tiene hartos beneficios. Embarazarse hace que una no sea igual en el mercado”.

- ¿Se puede optar a la igualdad total con los hombres?
“Como individuos sí, porque puede existir la opción, muy válida, de no querer ser madre o relacionarse con el trabajo sin consideración de la familia. Esa una opción individual válida y en ese caso, se logra la igualdad perfecta; pero esperar que todas las mujeres chilenas quieran eso es un error”.

- ¿Qué te provoca el discurso sobre género?
“Al comienzo me daba mucha rabia. Está viciado en su premisa fundamental cual es sostener que hombre y mujer son iguales y que las diferencias son atribuibles a factores sociales más que biológicos. Eso está equivocado y va contra el sentido común. “Además, contiene una dosis de enfrentamiento de los dos sexos que me molesta y es malo”.

- Los conservadores ven esto como la puerta a los nuevos sexos, a la homosexualidad. ¿Te inquieta?
“La discriminación de personas por características que no pueden cambiar de sí mismos es inaceptable. La homosexualidad no es un delito, sería como castigar a las personas por su raza.
“Ahora, es cierto que este discurso se vincula con esos temores, pero no me inquieta. Lo que sí me preocupa es que es una excusa para que el Estado intervenga en muchos aspectos de la vida de las personas. Hay un estudio del Sernam que daba instrucciones sobre cómo se debían escribir los cuentos infantiles para que hubiera la misma cantidad de figuras masculinas y femeninas. ¡Ni en la época de los soviéticos se intentó dar pautas a la creatividad!”

Lucía Santa Cruz es liberal, lo que no quiere decir que rechace los actos de caballerosidad y reniegue de la feminidad. Al contrario, le carga el mundo unisex y ser tratada como un hombre.

- ¿El movimiento feminista de los ´60 fue gravitante en Chile?
“La verdad, poco. Siempre digo que los cambios en Chile no se debieron a la revista Paula, sino a que se inventó la píldora y la Nestlé sacó una leche sustituta que hizo posible que la mujer no fuera indispensable en la alimentación del hijo.
“La mujer está en el mundo del trabajo no por lo que dijo Delia Vergara, sino por el alcantarillado y la masificación de los electrodomésticos, que la liberó de las labores tradicionales y pudo salir del hogar”.

- Estos cambios ¿qué efectos han tenido?
“Algunos positivos y otros no. Por ejemplo, las mujeres profesionales de hoy no van a pagar los costos que pagamos las primeras que tuvimos que estar en los dos mundos. Los hombres van a valorar su aporte y no las van a considerar una amenaza en ese terreno, pero, por otro lado, las ven muy agresivas y se sienten ignorados”.

-¿Se dio vuelta la tortilla?
“El padre Felipe Berríos dice que siempre se habla de preocuparse de las mujeres y que la verdad es que hay que preocuparse de qué es lo que se va hacer con los hombres.
“Se ha producido un cambio radical en el equilibrio de poderes entre ambos; de hecho las mujeres pueden decidir sobre la perduración de la especie porque manejan la fecundidad. En eso el hombre no tiene palabra que decir y la mujer puede disociar la natalidad del sexo y la pareja; el hombre no es necesario, se requiere semén y un laboratorio. Eso es bestial y pone a los hombres en una situación de desmedro espantosa”.


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