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Una escalera peligrosa

Los especialistas de Cesam nos introducen en el mundo del consumo de las drogas. Aquí algunos aspectos claves a considerar por quienes hacen vista gorda al alcohol y el cigarrillo.

11 de Mayo de 2005 | 10:32 |
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www.cesam.cl

Hoy en día muchos padres se preocupan por el riesgo de que sus hijos consuman drogas, pero, al mismo tiempo, son más permisivos cuando se trata del consumo de alcohol o de los cigarrillos. Mientras que uno de cada seis jóvenes ha probado alguna droga (en su mayoría marihuana), cerca de dos tercios de ellos consumen las llamadas drogas lícitas (alcohol y tabaco).

El consumo de estas últimas no solo es dañino por sí mismo, sino que además pueden transformarse en la puerta de entrada para el consumo de drogas como la marihuana, los derivados de cocaína o estimulantes como las anfetaminas y el éxtasis.

Es recomendable que el consumo de alcohol no se inicie antes de los 16 años y cuando se haga después de esta edad, debe ser en forma moderada: Esto quiere decir que la cantidad sea pequeña y no produzca sensación de mareo (que es el primer síntoma de embriaguez). También hay que evitar el consumo cuando se maneja o se realizan otras actividades que requieren una buena y rápida coordinación motora.

Por otra parte, el tabaco ha sido considerado por la Organización Mundial de la Salud como el principal factor de riesgo para la salud. La mayoría de los órganos vitales del cuerpo pueden ser dañados por el tabaco, sus componentes o derivados.

Sin embargo, sólo en el último tiempo se ha brindado importancia al efecto de escalada que puede tener el uso de tabaco y alcohol. Este consiste en que los jóvenes comienzan usando estas drogas lícitas para luego pasar a probar marihuana y posteriormente otras que son más “pesadas” como la cocaína o los diversos tipos de estimulantes.

Pero, ¿todos los jóvenes que fuman tabaco o beben alcohol llegarán a consumir marihuana o drogas más pesadas como los derivados de cocaína?

No, la mayoría no lo hará, pero sí tienen un riesgo mayor de que así sea. En la medida de que se sumen otras condiciones que facilitan el uso de drogas ilícitas este riesgo puede ir creciendo. Así, cuando existen problemas en el colegio, o en las relaciones dentro de la familia, o amigos que ya consumen estas drogas. Todo esto puede hacer crecer la probabilidad de que un joven que fuma o bebe alcohol comience a experimentar con drogas ilícitas.

Esta información es valiosa para los padres porque nos alerta acerca de la importancia que tenemos que darle al fumar cigarrillos o beber alcohol, más aún cuando se suman otras condiciones de riesgo.
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