Oriundo de La Florida y padre de una niña de un año y siete meses (Florencia), se considera un papá chocho y participativo. Si bien estudió en un colegio de monjas tiene una visión poco convencional de las cosas.
-¿Cómo es tu relación con tu hija?
“Cada día más maravillosa. Es lo mejor que me ha pasado en la vida, cada día la amo más y me es difícil separarme de ella, porque la disfruto mucho.”
-¿Papá chocho?
“Sí, la adoro, con ella descubrí todo lo que se puede amar a una persona, que no sea un amigo, tu papá o hermano, es muy fuerte”.
-¿Mudas?
“Lógico, también le hago la comida, le doy su leche, la visto y le sé hacer su bolso, soy como una mamá”.
-Más bien, un papá ideal.
“Es que es lo más importante que tengo en la vida”.
-¿No planeas casarte con su madre?
“Nuestro casamiento es a nuestra manera, con nuestra visión, porque el matrimonio es una responsabilidad hacia el otro. No necesito firmar un papel ni pararme frente a un curita para saber que mis prioridades son ellas dos y velar porque estén bien”.
-¿Eres creyente?
“Creo en Dios y en Jesús, pero en nada más”.
-¿Cómo es tu vida espiritual?
“Es conmigo mismo, no creo en las iglesias. El hombre tiene que ser lo suficientemente inteligente como para generar su propia buena onda, su propia bondad su propio amor y responsabilidad con sigo mismo y con el entorno, sin necesitar de gurús o de imágenes. No sé porque es así, me llama la atención que la gente siempre se apoye en terceros para poder ser feliz”.
-¿Y tu relación con Dios?
“Yo no veo a Dios como todos lo ven, no lo veo como hombre ni mujer, lo veo como un todo, una fuerza que puede ser un animal o una planta. Dios no es el ser masculino que me presentaron cuando tenía cinco años y en el que me hicieron creer hasta que salí del colegio. Es muy machista y egoísta verlo así”.
Su familia es de clase media, su padre es taxista y su mamá peluquera. Si bien su entrada a la TV ha revertido su situación económica confiesa que no siente apego por las cosas materiales, ni mucho menos se ha resentido por insertarse en un mundo materialista y arribista como el de la televisión.
“El que tiene la tremenda casa la tiene no más, suerte de él y el que pudo terminar la carrera porque su papá se la pagó bien por él. Si yo el día de mañana tengo plata para comprarle un auto a mi hija, para que vaya a la universidad más segura, lo voy a hacer. El mundo de hoy es así, el ideal ya murió”.
Continúa: “Pero igual soy súper desprendido con las cosas, de hecho mis parejas siempre me alegan por eso, porque no me apego a nada, ni siquiera a las cosas que me regalan, quizás es porque soy dejado, pero me cuesta aferrarme a lo material”.
A pesar de su discurso “desprendido”, la ropa que usa en el momento de la entrevista muestra todo lo contrario; denota una meticulosa preocupación por el vestuario y por elegir prendas más bien de moda, con un dejo de “look casual”.
-¿Eres trapero?
“Eso sí, pero de cualquier ropa. Si veo a alguien con una polera que me gusta le pregunto si se la puedo comprar, o si paso por una tienda de ropa usada compro y si estoy en Zara y me gusta algo, también. Con la ropa se manifiesta mi vanidad”.
-¿Y vanidoso?
“Sí, los actores somos vanidosos y egocéntricos, siempre esperamos que nos digan que las cosas van bien.”
-¿Te preocupas de tu físico?
“Sí, pero no sé si tanto, voy al gimnasio, trato de mantenerme bien, es una mezcla de vanidad con salud que es necesaria”.
