Una verdadera invasión del "método Kumon" de enseñanza individualizada de las matemáticas es el que se está produciendo en gran parte de los colegios de Santiago. El sistema japonés, que llegó tímidamente hace 8 años y que empezó sólo con una treintena de almnos, hoy ya se ha expandido a casi 3 mil escolares en todo el país.
Son muchos los padres que optan por recurrir a este método para "reforzar" a sus hijos en la asignatura más falente en la educación chilena, según los propios resultados de las últimas mediciones Simce.
El sistema está operando en más de 130 centros a nivel nacional y
19 colegios ya han optado por tener módulos voluntarios para sus alumnos. Se trata en su mayoría de establecimientos particulares pagados.
La oficina de Kumon en Chile se inauguró en 1996. Fue la segunda en Sudamérica luego de Brasil y ambas forman parte de una red que está operando en 40 países en todo el mundo.
"Estamos creciendo rápidamente a un índice de 50% de alumnos al año", cuenta el coordinador de la oficina en Chile, Francisco Orrego, quien dice que esta verdadera invasión del sistema es producto de recomendaciones entre los mismos padres y hasta de profesores.
"Acá llegan muchos padres diciendo que vienen porque escucharon a otro papá que dice que han tenido buenos resultados con sus hijos que han mejorado sus rendimientos. Ellos están satisfechos y eso se nota", dice.
El método facilitador
El sistema nació en 1954 cuando Toru Kumon - un profesor japonés de matemáticas- estaba preocupado por los pobres resultados de los aprendizajes en esta materia de su pequeño hijo Takeshi, que cursaba 2do. básico. Entonces elaboró una serie de ejercicios de cálculo en cuadernillos diarios y con la resolución de esos ejercicios el niño no sólo mejoró sus resultados, sino que se adelantó, pasando a dominar contenidos avanzados a su grado escolar.
Beneficios |
Estimula la autoconfianza . Como parten del "punto fácil" los alumnos siempre trabajan en una materia que dominan, por lo que les permite trabajar con cierto nivel de seguridad y confianza.
Habilidad y rapidez en el cálculo mental. Al practicar con un tiempo determinado, los escolares ejercitan el cálculo mental y se adiestran para resolver los ejercicios correcta y rápidamente.
Aumenta los tiempos de concentración. Sin sobreexigir a los alumnos, poco a poco aumentan su nivel de concentración. cuando inician el método Kumon, parten con periodos piso de 5 minutos que van aumentando en la medida de sus capacidades hasta llegar a media hora.
Agilidad del racionamiento lógico. Esto se desarrolla a partir de los ejercicios diarios ya que los niños luego de un tiempo comienzan a analizar cualquier problemática de su quehacer diario desde una problemática matemática.
Avanzan por sobre los contenidos escolares. Siempre el ritmo individual es más rápido que el ritmo grupal, por lo que una vez que los alumnos alcanzan el nivel de su curso pueden seguir avanzando y perfeccionándose para mejorar su rendimiento. |
El resultado fue tan sorprendente que otros padres pidieron a Toru que ayudara a otros niños y poco a poco el método fue masificándose, llegando hoy a más de 3 millones de alumnos en todo el mundo.
Para ello
se usa una metodología individualizada que se adapta al ritmo de cada uno de sus alumnos, lo que permite que los niños avancen de acuerdo a sus propias capacidades y desarrollen habilidades a medida que su aprendizaje va aumentando.
Utilizan un método autoinstructivo que se centra en "el punto fácil", es decir, que el alumno siempre trabaje a partir de las materias que domina y que le son fáciles de entender, independiente del nivel escolar en que esté el alumno y su edad.
"Cuando un niño entra a Kumon se le hace un test de diagnóstico donde se evalúa el tiempo y la nota para determinar las materias que domina y las que no. A partir de las que domina se establece el punto fácil y desde allí comienza su trabajo", explica Mónica Zapata, orientadora de Kumon, que tiene a cargo uno de los centros en Las Condes donde atienden a 28 niños.
Todos los días, aunque sean cinco minutos
El material de trabajo que usan son cuadernillos tipo que hacen y rehacen cuantas veces sea necesario hasta que comprendan de los errores que cometieron en su resolución. Todo esto, luego de que los cuadernillos son corregidos por los orientadores.
Por ello
deben asistir obligatoriamente dos veces a la semana a un centro Kumon, donde se les entrega el material y el orientador les explica los errores. Recién una vez que lo dominen, avanzan en las materias.
El estudio diario y bien dosificado es otra característica de Kumon, ya que los alumnos trabajan todos los días, dependiendo de la recarga de trabajo que tengan en el colegio y cuyo piso puede ser hasta 5 minutos.
Pero el sistema no termina ahí. La parte más difícil para el alumno es la siguiente: debe llevar ejercicios diarios para resolver en su casa. "La gran ventaja del programa es que crea hábitos de estudio y eleva la concentración del niño, pero el éxito depende mucho del apoyo de los padres, quienes deben vigilar un trabajo diario sobre todo en vacaciones", dice esta ingeniera que optó por retirarse de su empresa para ser orientadora Kumon.
Agrega que algo que es muy valorado por los alumnos es que ellos deciden - guiados por los orientadores- la cantidad de trabajo que llevarán para su casa.
El programa está formado por más de mil 400 hojas de trabajo dividido en cuadernillos de 200 hojas que conforman cada nivel y que vinculan las bases más elementales de la aritmética con conceptos más avanzados de cálculo diferencial.
En Chile la permanencia promedio es de 11 meses
El coordinador en Chile explica que de los casi 3 mil alumnos un 60% cursa educación básica, "pero también tenemos alumnos preescolares y hay material para niños hasta de 2 años que trabajan asimilación numérica".
Cuenta que otro grupo importante son los estudiantes de 3o. y 4o. Medio, que vienen a Kumon como preparación para la PSU de Matemática "y algunos alumnos universitarios que vienen con problemas importantes para suplir sus carencias. La rotación de universitarios es muy alta, pero en los escolares la permanencia promedio es de 11 meses". Sin embargo en Brasil este promedio se eleva a 17 meses y en Japón llegan a estar 30 meses en promedio.
Explica que la mayor parte de los estudiantes de educación media "llegan motivados por sí mismos, en cambio los de básica lo hacen motivados por los padres. Pero en general
todos traen un problema fundamental: tratan de entender una materia en el colegio pero no pueden hacerlo porque sus conceptos básicos no los dominan bien. Aquí lo que hacemos es construir esa base sólida, aunque eso signifique que un estudiante de 8o. Básico parta acá con el nivel correspondiente a 4o. Básico".
Orrego cuenta que ya hay 19 colegios del país que gracias a un convenio con Kumon han instalado un centro en su interior y están afinando convenios con otros 2 planteles conocidos de Santiago. "Es una forma de llevarlo más cerca de los niños, para evitar los desplazamientos".
Algunos de los establecimientos son el Leonardo Murialdo, Eagle College, Capellán Pascal de Viña del Mar, Pumahue, San Felipe Diácono, Siglo XXI, Bertait College, Saint Dominic de Viña del Mar y Pablo de Tarso.
La mayor parte de los alumnos en Santiago que están en el sistema provienen de Las Condes, Providencia y Ñuñoa. "Allí es donde tenemos más centros, lo que quiere decir que los alumnos viven en esas comunas porque la idea es que acudan a centros cercanos a sus hogares. Y allí tenemos alto potencial de crecimiento todavía".
La mayoría de los niños, dice, llega a Kumon porque está bajo su promedio escolar. "Al cabo de un año casi la totalidad de este 80% logra equiparar su promedio escolar y un porcentaje de ellos incluso queda como adelantado.
Actualmente tenemos un 12% de alumnos en esta situación de estar manejando con Kumon materias que aun no les han pasado en el colegio".
El valor mensual es de 23.00 pesos y la matrícula cuesta $ 13.000.