Tanto en su afición por la política como por el periodismo le tiran los genes: uno de sus abuelos fue intendente en el gobierno de Frei Montalva y tuvo una abuela regidora.
El factor herencia también se manifiesta en su pasión por la TV ya que su madre y su tía, Patricia Scantlebury y Marcia Scantlebury, respectivamente, trabajaron en el canal estatal.
Fue madre a los 19 años, se casó y tuvo que congelar sus estudios por un tiempo para dedicarse completamente a su hija Emilia, que hoy tiene 10 años. Sin embargo, confiesa que la maternidad no ha sido un impedimento para desarrollarse profesionalmente, gracias al apoyo de su familia y a su ordenamiento.
Tampoco el tema de la separación ha sido un obstáculo para emprender un nuevo proyecto de vida: casarse.
-Tu madre y tu tía trabajaban en TV ¿te ayudó?
“No, para nada…” (contesta algo molesta)
-¿O más bien te sirvió de ejemplo y de incentivo?
“Como influencia familiar lógica, vinculada a lo medios”.
Su llegada a TVN fue por mérito propio y por un factor de suerte; cuando trabajaba en “El Interruptor” se destacaba por su manejo en temas relacionados con la política; tras ser descubierta por la jefa de prensa y la editora general del canal nacional la llamaron porque tenían un nuevo proyecto que ofrecerle; un programa político. La contrataron, pero el proyecto no funcionó; ahí entró a jugar la suerte, porque justo en ese momento se fue la conductora de 24 Horas y asumió en su reemplazo.
-¿Cómo viviste la maternidad y el matrimonio tan joven?
“Fue súper bonito, una experiencia maravillosa. Siempre quise ser madre y emparejarme, nunca tuve rollo con eso y el orden de los factores no alteró el producto final. Fui madre joven, no estaba planificado, por lo que siempre es un remezón importante a nivel personal y familiar, pero fue maravilloso. Tuve el apoyo de toda mi gente, tengo una hija preciosa, me da pena que se siga viendo, en muchas familias chilenas, al embarazo como un contagio fatal. Es importante planificar, ser paciente y esa fue mi lección y se transmitió a mi gente, se debe tener toda la información necesaria sobre sexo”.
-¿Es difícil ser mamá joven y trabajar?
“No tanto, el ser madre te obliga a tener un régimen laboral en que uno es capaz de exigirle a su jefe condiciones más justas o si no te pasan a llevar. Quienes silencian la maternidad por escalar en la pega, toman el camino equivocado porque una puede ser muy exitosa sin seguir una estrategia sacrificada, es una cuestión de ordenamiento de horario. Mi hija siempre ha sido mi primera prioridad, luego la universidad y el trabajo. Siempre trabajé y estudié al mismo tiempo; es posible, te fortalece y lo mejor es que te ayuda a negociar con tu jefe, tiene una externalidad positiva”.
-¿No sientes culpas?
No, por suerte, porque siempre fui conciente de eso. Me llegó una especie de iluminación de que me la tenía que jugar 100%, en ese momento por mi hija como prioridad y eso permanece hasta hoy. Tengo horarios locos, pero entre medio todo el tiempo es para mi hija. Gracias a Dios tengo la canasta limpia, no tengo nada de que arrepentirme”.
-¿Te has sentido postergada?
“Para nada, imagínate, es una cosa preciosa, es realmente lo que vale la pena. Pero es bien sacrificado, cuesta creer que una pueda llegar a un equilibrio, pero la red de apoyo es fundamental. He tenido la posibilidad de trabajar en cosas choras y lo primero que he hecho es sentarme a pensar con mi círculo familiar, que es muy virtuoso en eso y son los primeros en ayudarme para que yo no pierda posibilidades”.
-¿El apoyo familiar es fundamental?
“De todas maneras”.
Entre tanto ajetreo, la trabajólica periodista, durante el escaso tiempo libre que le queda, se dedica a ver tele, salir a comer, pasear y leer. Entre sus lecturas favoritas se encuentran las novelas, reportajes, ensayos y estudios políticos. Se declara fanática de la televisión por cable, sobre todo de las series de HBO; E! y MTV son sus canales predilectos. En tanto, de la producción nacional, rescata las noticias, “Tolerancia cero” y uno que otro reality.
Pero la vida no le sonríe solamente en el plano profesional, en el amoroso también; está de novia y próxima a casarse con Hernán Larraín Matte, cientista político que trabaja en la Universidad Adolfo Ibáñez e hijo del senador UDI, del mismo nombre.
-¿Cómo vivirás un segundo matrimonio?
“Contenta y feliz, ¡mi novio es lindo!”
-¿No te da susto volver a fracasar?
“¡Nooo, soy lo más optimista que hay! Es loco tener una experiencia que no funcionó, pero mi primer matrimonio era un experimento de harto ñeque que pusimos los dos siendo chicos. Después de seis años casados, por las típicas razones decidimos que lo mejor era separarse, pero armamos una familia y me siento orgullosa de eso. Tengo una relación super buena con mi ex y eso no me inhabilita para emprender una nueva relación que me gustaría que durara para siempre. Tengo claro que hay mucho de voluntades, de sacrificio y por supuesto mucho amor y pasión y con eso uno tiene que lanzarse no más”.
-Tu futuro suegro es de derecha y tú no ¿te influye, te incomoda?
“Es mi suegro, me cae muy bien y punto“. (en tono tajante)
