Martín Cárcamo Papic hijo de chilote y croata, vivió toda su infancia y adolescencia en Viña del Mar.
Cuando se vino a Santiago conoció a su actual mujer, una periodista, en los pasillos de Chilevisión. Después de tres años de pololeo se casaron, él a los 27 y ella a los 26 y ahora tienen una hija llamada Alfonsina. No tuvieron luna de miel porque su esposa estaba trabajando en los reality: “son los sacrificios de esta pega y como trabajamos los dos en la TV, nos llevamos muy bien y somos súper tolerantes con la pega de cada uno, nos apoyamos”.
En un tiempo más se irán a vivir a Colina y entre los dos deciden los detalles de la decoración de la nueva casa, a pesar de discrepar en algunos puntos ya que se ha vuelto un obseso del tema. “Tenemos el mismo gusto, compramos antigüedades, con detalles kitch, no me gusta lo minimalista”, aclara.
El lugar escogido para la nueva residencia tiene una razón de peso, no quieren vivir en Santiago, la pareja busca alejarse de la contaminación y el estrés de la capital.
-¿Volverías a vivir en Viña?
“El día de mañana me encantaría irme a vivir allá, es mi ideal, por eso ahora me voy fuera de Santiago, porque no quiero vivir acá. Pero es complicado, si fuera exitoso y tuviera un estelar podría venir sólo un par de veces a la semana, mi papá hace eso, trabaja 3 días en la semana acá y huevea de jueves a lunes en Reñaca”.
-¿Meterías a un hijo en el Mackay?
“Sí, de todas maneras, puede ser por una cosa media tradicional, toda mi familia es de ahí, me gusta el colegio, yo salí queriéndolo, no quería salir de cuarto medio. Tiene cosas malas como todos, pero genera algo súper importante; te enseña el trabajo en equipo. Mi amigo íntimo es desde kinder, hace 25 años y es el padrino de mi hija”.
-¿Te costó adaptarte a Santiago?
“No, me gusta la capital, suceden más cosas, pero no me gusta el smog”.
-¿Qué decía tu papá de tu lado femenino?
“Nada, porque también jugaba rugby y todos lavábamos y hacíamos la cama, no era una casa machista”.
-¿Sigues la misma línea en tu propia casa?
“Sí, y aunque yo no quisiera mi mujer no me aguantaría, porque igual uno tiende a ser un poco machista. Mi mamá nunca lo fue, entonces estaba obligado a que lo roles se compartieran. Yo me ocupo de la cocina y mi mujer es más ordenada y ve el tema de la plata”.
-¿Mudas a tu hija?
“No, porque la última vez que la mudé, lo hice al revés y se me recagó entera. Pero estoy con ella, como cualquier papá que sale a trabajar a las nueve y vuelve a las 9 y los fin de semana no hago ni un evento a menos que sea muy bien pagado, ahí voy transando, cuando era soltero iba a todos”.
-¿La familia es importante para ti?
“Sí, llegamos a esa conclusión con mi mujer y es imposible ser exitoso en el trabajo y estar bien en la casa, no existe, en algo hay que transar. Yo transé todas las ganadas de plata extra, eventos buenos, chao”.
-¿No te sentiste restringido?
“No para nada, fue una decisión que teníamos que tomar, porque si no ¿en qué minuto?”
-¿Y si la decisión hubiera sido la revés, que tú te quedaras en la casa?
“Es que yo soy el que genera más ingresos. Y si hubiera sido al revés me hubiera casado antes (ríe). En este caso a mí me estaba yendo bien y además, su carrera es más flexible. Los sábado y domingo no haga nada más que no sea descansar, pasear y estar con mi familia, trato de no trabajar”.
-¿Cómo coordinan los horarios con tu mujer?
“Porque ella dejó de trabajar para dedicarse a la productora desde la casa y para estar con nuestra hija. Y en mis horarios libres nos vamos acomodando”.
