Pareciera que son el “club de la pequeña Lulú”; pero aunque son puras mujeres -en total, más de 3 mil socias- no se oponen a que los hombres las ayuden; es más recurren a ellos para abrirse espacios.
Salieron a la luz pública hace tres años y se ganaron rápidamente un lugar con la creación del ranking de las 100 Mujeres Líderes que este año verá su cuarta versión.
En palabras sencillas, se han convertido en una gran plataforma de servicios desde donde asesoran a las mujeres empresarias en los pasos que deben seguir y generan alianzas estratégicas entre ellas. La eficiencia es su máxima razón por la cual una consulta debe tener respuesta en 24 horas, así de exigentes son.
Están enfocadas a empresarias del estrato ABC1 porque el origen del club estuvo en convocar al círculo de contactos que cada una tenía. “No fue algo estudiado de decir aquí nos queremos posesionar, usamos las capacidades que teníamos más a manos”, explica Francisca Valdés.
Carolina Eterovic, en todo caso aclara que, también se hicieron eco de una necesidad presente entre mujeres de nivel socioeconómico alto que podían generar sus negocios y con ello trabajo y no sabían a quién recurrir.
“Quién les evaluaba el proyecto si no tenían un marido ingeniero. ¿Cómo llegaban a la Sofofa?”, remarca.
-¿Qué pasa con los sectores bajos donde una empresa también genera alto impacto?
CE: “Al partir pudimos ayudar a quienes tenían cierto nivel de conocimientos o acceso a infraestructura como un computador e Internet. Con el tiempo hemos ido puliendo el modelo y hemos detectado otras necesidades. Con más experiencia podemos ahora ofrecerla a personas con requerimientos diferentes, pero antes teníamos que saber cómo hacerlo”.
FV: “Nos interesa el segmento de escasos recursos, pero estamos viendo una manera distinta de llegar a ellas, quizás una fundación”.
CE: “Uno debe hacer lo que uno sabe hacer y creo que hay otras entidades que lo hacen muy bien en ese campo. Siempre va a faltar ayuda, pero en donde nosotros estamos aportando no había nada”.
-¿Cuáles son los desafíos futuros del Club?
FV: “El tema que viene es la regionalización. Es súper importante y nos hemos dado cuenta que esto mismo se puede replicar en regiones. El 98,8% de nuestras socias están en Santiago y hay muchas mujeres fuera de éste que quieren hacer lo mismo”.
-¿Y el convenio firmado con la Universidad del Desarrollo?
CE: “Hoy somos un referente y tenemos una mayor responsabilidad; por eso, queremos acopiar información y antecedentes sobre la realidad de las mujeres empresarias en Chile. El acuerdo con la universidad busca reunirla, mantenerla actualizada y poder aportarla para generar políticas públicas”.
En los últimos meses han ampliado los servicios de capacitación de las empresarias porque -como dice Carolina- para ellas “es súper importante satisfacer las necesidades de nuestras socias”.
-¿Qué es lo que más necesitan hoy?
CE: “Redes de capacitación. Muchas son profesionales, pero no estudiaron carreras ligadas a lo comercial y en muchos casos no se entienden con el contador y necesitan entender ese lenguaje, no para hacer el balance, si no verificarlo. Requieren capacitación que las dejen más seguras en lo que están haciendo”.
-Y el Estado les resulta engorroso.
FV: “Él lo hace mejor en los estratos bajos; las mujeres empresarias necesitan soluciones rápidas, más eficientes, porque sus necesidades van cambiando todos los días”.
-¿Por qué no acercarse a los gremios?
FV: “Imagínate una señora sola golpeando la puerta de la Sofofa. Ellas necesitan estar representadas por nosotras y les es más fácil”.
