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Pedimos cada vez menos créditos

La entrada masiva de las mujeres al mundo laboral y la mayor seguridad en ese ámbito se han combinado para que en los últimos años ellas accedan progresivamente a los préstamos.

26 de Octubre de 2005 | 14:37 |
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"Hace diez años atrás nunca me habría imaginado que yo iba a pedir un crédito, pero lo hice". Hace seis meses, Mercedes firmó el documento del préstamo para comprar su segunda vivienda. "Lo pude hacer porque me siento segura en mi trabajo, tengo respaldo", cuenta la joven ingeniera comercial.

A pesar de que ellas no son muy dadas al riesgo y prefieren ahorrar antes que endeudarse, la entrada masiva de las féminas al mercado laboral en los últimos años y las bajas tasas de interés las han tentado a solicitar cada vez más créditos.

El quinto estudio de "Género en el sistema financiero chileno" -de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF)- demuestra que la deuda promedio de las mujeres va en aumento; en los últimos cuatro años, creció de $4,2 millones a $5,9 millones.

Incluso ésta aumenta en forma más agresiva que el endeudamiento masculino.

"Esto responde al aumento de la participación de la mujer en el mercado laboral y a una mayor preocupación de la sociedad por los temas de discriminación, lo que debería tener como consecuencia mejorar los salarios de las mujeres. Ellas se sienten más seguras, ven su carrera laboral a más largo plazo y, si sus ingresos son mayores, su capacidad de deuda es también mayor", explica el director del departamento de Economía de la Universidad de Chile, Dante Contreras.
Endeudadas
EL 27% de la deuda total es femenina.

Sin embargo, ellas siguen endeudándose menos que los hombres, porque todavía son pocas las que trabajan (ocupan el 35% del total de puestos laborales) y sus sueldos son inferiores (en promedio un 20% más bajos en igual cargo), por eso su capacidad crediticia es aún menor.

A la hora de ver dónde se endeudan, se puede advertir que ellas lo hacen mayoritariamente para cumplir el ansiado sueño de la casa propia, el 52% de la deuda total femenina es hipotecaria, el 31% corresponde a consumo. Y sólo el 16% a créditos comerciales, que son los que están ligados a la empresa.
Cuenta corriente
Aunque los titulares de las cuentas corrientes son mayoritariamente hombres, ellas también acceden a administrar su dinero de esta forma. Lo que sí, los montos promedio de saldo que ellas manejan son inferiores, $932 mil para mujeres y $1 millón 279 mil para ellos. "Esto se relaciona con la diferencia de salarios", explica el superintendente de Bancos, Enrique Marshall.

El director del departamento de Economía de la U. de Chile, Dante Contreras, dice que la brecha de saldo en cuenta corriente de 28% corresponde a la diferencia salarial que oscila entre 20 y 30%.

En las cuentas vista, que son usadas por gente de menos ingresos, la brecha promedio llega al 12%.

Estos resultados corresponden a lo que demuestran estudios de salario y género: mientras más alto es el cargo mayor es la diferencia salarial entre hombres y mujeres.

El crédito cuesta

Los préstamos para fines comerciales son complicados y por eso a las empresarias les es difícil comenzar y mantenerse durante los primeros años.
"Cuando formamos la empresa con mi socia, entre las dos vendimos un auto y un sitio para empezar. Al principio recurrimos a todos los bancos para comprar las maquinarias y lograr capital de trabajo, pero no nos prestaron. Incluso mi socia debió pedir un crédito de consumo personal para comprar una camioneta de reparto", cuenta una empresaria del rubro alimenticio.

Su empresa ha crecido y, recién después de tres años, los bancos le dieron crédito y una línea de sobregiro. "Entonces uno siente que confían", dice la emprendedora, quien asegura que comenzar fue muy difícil porque debió recurrir a mutuos y préstamos de sus amigos y familiares para surgir. Hoy tiene todo pagado, pero ya adquirió un leasing para una nueva máquina.

El superintendente de Bancos, Enrique Marshall, comparte la idea de que las cifras de créditos comerciales femeninos son bajos, pero cree que en el estudio podría haber una subestimación, porque "muchas mujeres emprendedoras tienen pequeños establecimientos productivos y acceden a créditos de consumo para funcionar".

En Finam, organización que brinda créditos a microempresarias de escasos recursos, dan préstamos desde $150 mil hasta los $3,5 millones. "Son créditos de mucho riesgo que se otorgan a la tasa máxima convencional. Un 90% de las empresarias paga sin dificultad", explica la gerenta general de la entidad, Isabel Infante.

La experiencia de Finam con mujeres de bajos ingresos muestra que ellas son buenas pagadoras, dato que también señala el análisis de la SBIF.
"Los resultados confirman otros estudios. En Chile y el mundo, se ha demostrado que ellas son mejores para pagar que los hombres", dice Marshall.

Ahorran más

La que guarda siempre tiene, parece ser el lema de las féminas. Ellas superan a los hombres en los montos de cuentas de ahorro a plazo para fines generales y vivienda, y casi los igualan en los depósitos a plazo.

Esto tiene relación con estudios que demuestran que la mujer destina sus ingresos mayoritariamente a salud y educación. Ellas se preocupan del bienestar del hogar, y la casa propia es parte de él, explica el director del departamento de Economía de la Universidad de Chile, Dante Contreras.

A la hora de pensar en la empresa hay mujeres que también ven el ahorro como la mejor forma de administrar su negocio. La dueña de una empresa de vestuario escolar prefirió ahorrar parte de sus ganancias mes a mes para crecer. El orden y ahorro también dan jugosos dividendos.







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