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“La mujer toma la iniciativa mucho más que antes”

Los chilenos están usando su libertad sexual, pero esta investigadora hace un llamado de atención: sean responsables, administren su riesgo. Afirma también, que la bisexualidad es una realidad cuya dimensión se desconoce en Chile.

06 de Octubre de 2005 | 10:51 |
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Lleva años imbuida en temas relativos a la sexualidad como reproducción asistida y anticoncepción. En el último tiempo, investiga el comportamiento sexual de los chilenos y tras escudriñar esas conductas, no ha dejado de levantar su voz para advertir la serie de riesgos a los que la población se está exponiendo: la dueña de casa con pareja estable, al Sida; los jóvenes, no sólo al VIH, si no que a otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Desde el centro de investigación de la FLACSO, la socióloga Claudia Dides declara, convencida, que los chilenos han hecho uso de una mayor libertad en este campo, pero precisa que diversos segmentos no lo están haciendo en forma responsable. De ahí que demande políticas públicas más efectivas, de mayor información, para que las personas “decidan y gestionen su riesgo”.

Y más allá de que la sexualidad se vive de distinta manera según grupo etario, sexo, e incluso, grupo socioeconómico o actividad, Claudia asegura que en los últimos años se han registrado cambios en este ámbito.

“Los chilenos están viviendo la sexualidad de una manera totalmente distinta a hace 30 años. Hay transformaciones claras en el campo de la intimidad y eso tiene que ver con que hay nuevas formas como las mujeres y los hombres se han ido relacionando. Y hay temas que antes no salían a la luz”.

- ¿Cómo cuáles?
“Como que las mujeres antes no se atrevían a hablar de satisfacción sexual, placer o deseo. Hoy las mujeres se atreven a planteárselo al marido”.

-¿Tiene que ver esto con que la sexualidad ya no está restringida a las cuatro paredes del dormitorio?
“Creo que sí, la sexualidad hoy no es un tabú como hace 40, 30 y hasta 20 años atrás. Antes la sexualidad, cualquiera fuera tu pareja, pertenecía a tu espacio íntimo y hoy, pasó a ser parte del espacio público en el sentido de que algunos problemas asociados a ella hacen cuestión de las políticas públicas”.

El hito que se hace cargo de ello, según la profesional, está en el año 1993, cuando se dio inicio a una política sobre sexualidad desde el Ministerio de Educación, anterior a las polémicas Jocas, que busca ver qué pasaba con los jóvenes en este campo, especialmente, con el embarazo adolescente, el SIDA y las ETS.

-¿Era necesario que la sexualidad adquiriera este carácter público?
“Respecto de las problemáticas, sí. Naturalmente, las familias se hacían cargo de la enseñanza de la sexualidad, pero en muchos casos, no sabían cómo hacerlo o simplemente no lo hablaban. Así muchos se plantearon cuál era el rol formador del colegio en este ámbito y se hicieron cargo del tema por las altas tasas de embarazo adolescente.
“En ese momento se comienza a hablar del tema en los colegios, las familias, entre los grupos de pares. Si uno ve las encuestas, todas dicen que la forma como los jóvenes se informan es con sus amigos, más que con los papás. Y la pregunta que surge es qué tipo de información se están dando”.

-Dices que la sexualidad no es un tabú, pero ¿percibes aún mucho doble discurso?
“No es tabú en el sentido de que se está hablando del tema; lo que si es que hay un doble discurso, o varios. Un ejemplo es que no teníamos divorcio, pero sí nulidades; hoy hay ley y la situación es más transparente, pero costó 100 años”.

-Y obviamente tenemos discursos conservadores y liberales que están en pugna.
“Lo estarán por mucho tiempo. No creo que la postura conservadora vaya a dejar de existir; ello tiene que ver con un orden social que no se quiere cambiar, con una idea de cómo la sociedad debe estar conformada que se traslapa al campo de la sexualidad”.

-Si nos centramos en las mujeres y más allá de los grupos etarios y económicos, ¿se puede decir que ellas se han liberado?
“A modo general sí, creo que las chilenas lo están pasando mucho mejor que hace 30 años atrás. Y volviendo al tema generacional, las jóvenes se atreven a pedir muchas más cosas que las de antes. Diría que en el grupo de las mayores todavía hay enclaves de machismo, donde se entiende que uno es objeto del otro y por lo tanto, tiene que hacer lo que quiera el marido, pero aún así, las mujeres han usado, por años, artimañas; el dolor de cabeza es un clásico.
“Hay cambios que son profundos, pero falta investigar más. Hay algunos de los cuales todavía no nos damos cuenta como que los hombres se están viendo cuestionados en su masculinidad; el modelo del hombre proveedor, potente, que tiene muchos deseos sexuales está cambiando”.

-Se dice que las mujeres jóvenes están siendo más exigentes en este campo.
“Hay un hecho que es fundamental que es la introducción de los métodos anticonceptivos; eso produce una separación entre la sexualidad y la reproducción. Desde ese momento, la sexualidad ya no está sólo para procrear la especie humana, si no que también para el placer y en la medida que las mujeres asumen métodos anticonceptivos planifican su vida, sus hijos. Toman una decisión sobre su proyecto de vida”.

-Pero el fenómeno iría más allá de la planificación familiar; dice relación con la autosatisfacción y búsqueda de placer, con tomar la iniciativa.
“Claramente la mujer toma la iniciativa mucho más que antes y no hay más pudores en eso. Al contrario, diría que hay ansias por aprender mucho más. Antes era mal visto, pero las normas van cambiando. Clásicamente se esperaba que el hombre se acercara a la mujer, hoy también las mujeres se acercan al hombre y eso no deriva en un estigma ah, ésta es una suelta; no, simplemente yo decido y se da una relación un poco más horizontal”.

-Por esa relación más horizontal ¿se reconocen hoy, dentro de la pareja, las disfunciones sexuales?
“Ése es un tema que va ir apareciendo mucho más; en la medida que hay una mayor exigencia, se da. El punto es ver qué significa para los hombres y para las mujeres tener alguna disfunción sexual; hoy se atreven a preguntar y eso permite cambiar los estilos de vida”.

-Seamos frontales. ¿Estamos hablando de libertad sexual o de libertinaje?
“De libertad, y de libertad porque tiene ver con la capacidad de decisión, con el proyecto de vida”.

-Hace algunas décadas las relaciones prematrimoniales caían en la categoría de libertinaje y hoy, no. ¿Dónde ves prácticas de libertinaje?
“Creo que en conductas de maltrato al otro; cualquier práctica que violente al otro no debe ser aceptada. La libertad individual tiene que ver con respetar al otro, no es cuestión de que yo quiera hacer lo que quiera en mi vida, yo puedo elegir, pero tengo siempre que pensar en el otro. Y la violencia tiene que ver con que al otro le moleste, le duela”.

-¿En dónde clasificaría la sesión fotográfica de Tunick (miles de desnudos en el Parque Forestal)?
“Para mí es una expresión de arte, corporal, una expresión de algo nuevo. Ahí no hubo prácticas sexuales, simplemente fueron cuerpos de todos los tipos, tamaños, colores, gordos, flacos, jóvenes y viejos, que se mostraron”.

-Aunque algunos se sintieron violentados.
“A mí no parece un acto de violencia y los grupos que lo sintieron así, simplemente no debían asistir. Eso no provocó nada. Las sociedades se van transformando, eso no provocó violencia y si generó un debate sobre para qué son los cuerpos. Uno puede tener pudor, pero los rangos de pudor son distintos para todos. Eso fue una expresión de libertad, duró lo que tenía que durar y el país no se desarmó”.

Las transformaciones que ha experimentado la sociedad chilena en las últimas décadas tienen su expresión en la sexualidad. Una de ellas es en la infidelidad, conducta que se asumía propia de los hombres, de la que se hacía vista gruesa y que hoy, se observa en las mujeres.

-¿La mujer asumió que la infidelidad es un derecho al igual que los hombres o simplemente, ha existido siempre y hoy es más visible?
“Ahí hay varios temas. Efectivamente, la infidelidad masculina era y es mucho más aceptada que la de las mujeres; se le cuestiona menos, pero hoy se cuestiona. Ahora, claramente la infidelidad es una señal de que algo no está funcionando en la pareja”.

-¿Esa es la expresión de la infidelidad hoy? ¿No como en el pasado, que era entendida más como una cuestión cultural?
“Sí, la infidelidad antes era parte de ser hombre, o sea, además de ser proveedor, estaba el tener otra mujer al lado. Hoy día, la infidelidad tiene que ver con insatisfacción, falta de comunicación, de no saber qué quieres hacer con tu vida y habrán casos que tienen relación con la experimentación”.

-Insisto, ¿la infidelidad femenina se está dando porque las mujeres lo asumieron como derecho?
“No sé si puede decir que la infidelidad es un derecho; puede haber algunas que digan eso, pero, en general, tiene que ver con estar pasándolo mal, a no ser capaces de enfrentar una situación y separarse”.

-Sí, pero antes una mujer podría haberlo estado pasando mal, pero no habrían dado el paso.
“Sí, hoy se atreven más. Hoy asumen que pueden tener una relación pasajera, no necesariamente un amante”.

-Y se conoce más de infidelidades femeninas.
“También. Se conoce más de las prácticas sexuales de los chilenos. Se hacen preguntas para saber qué está pasando, por ejemplo, con el VIH-Sida, donde hoy se sabe que las dueñas de casa son las que mayor nivel de contagio registran y no precisamente, porque ellas tengan amantes, si no porque sus parejas tuvieron relaciones por fuera con mujeres o con hombres”.

-Los chilenos están haciendo uso de la libertad sexual, ¿lo están haciendo en forma responsable o no?
“Hay algunos que son más responsables y otros, menos. Si uno tiene prácticas sexuales con diversas personas o parejas, tiene que tener una responsabilidad respecto del uso del condón. Ése es un deber si vas a tener ese tipo de conductas”.

-¿Y hay conciencia de ello? A lo mejor si sobre el Sida, pero ¿sobre las ETS?
“Creo que no hay mucha conciencia hasta que te llegó y te enfermaste. Por eso, de lo que se trata es cómo gestionas el riesgo, de cómo vives tu vida sexual. Cualquier conducta humana es riesgosa, el punto es cómo lo controlo”.

-¿Y lo estamos haciendo?
“El Sida sube, las ETS suben, el papiloma en las adolescentes está mucho más presente que hace 20 años. O sea, las ETS van en aumento, por lo tanto, a pesar de lo poco y nada que se ha hecho en campañas, no se ha sido eficiente. Hay pequeñas intervenciones, pero no son masivas por cuestiones de presupuesto o valóricas”.

-Como socióloga, ¿separar el sexo del amor y circunscribirlo a algo meramente físico puede tener efectos negativos en una sociedad?
“Más que de prácticas sexuales, hablaría de sexualidad y creo que ésta tiene un componente súper importante que tiene que ver con el amor, el respeto, la confianza en el otro y proyectos de vida. En ese sentido comparto esa visión, con lo que no concuerdo es que estemos caminando hacia el fin, que todo se vaya a acabar; en el Imperio romano las prácticas homosexuales estaban absolutamente legitimadas y el imperio no se acabó por eso.
“Éstas son transformaciones, acomodos y siempre hay sustos. Lo que cambia produce un poco de desamparo y entonces, uno se agarra de las ideas absolutas, pero hay varias formas de aproximarse al mundo. Insisto, esto tiene que ver con cómo me relaciono con el otro respetándolo”.

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