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“No porque tu hijo toma una mala decisión, tú lo hiciste pésimo”

29 de Enero de 2008 | 16:54 |
Casada con Gonzalo Zegers Ruiz-Tagle hace más de 20 años, Mónica Larraín tiene 9 hijos; ocho son propios y el mayor es un sobrino "que es el mayor de mis niños". Sus edades fluctúan entre los 20 y los tres años. Los hombres estudian en el Tabancura; las niñitas en el Colegio de Los Andes, ambos cercanos al Opus Dei.

A pesar de lo estricto y conservador que parece, a ratos, su pensamiento, sus hijos de 15 y 16 fuman. Y si bien el hecho que ella sea fumadora podría explicarlo, ella tiene otra respuesta: "Para mi gusto no son ambivalentes. Que yo tenga una postura tradicional significa que creo que hay que guiarlos, pero si el compadre de 15 fuma, es porque es LIBRE (y recalca cada sílaba)”.

"La libertad es muy profunda: guiar y que una persona ejerza su libertad son absolutamente compatibles. Les diré todo lo que me parezca que sea conducente a su mayor bien, pero no puedes pensar que porque un hijo toma una mala decisión, tú lo hiciste pésimo.
"Hay que pensar en Santa Mónica no más, que tuvo un hijo pelota, San Agustín, hasta los 30 años y después se dio vuelta".

-Porque queda la semillita…
"Por supuesto, porque todo estaba sembrado, pero ¡San Agustín era libre!"

-¿Hasta qué grado se permite la libertad o a qué edad? Son temas que la sociedad no se plantea.
"No, se los plantea poco. La libertad es una condición. Ella –y muestra a su hija de tres años- es libre. Evidentemente que yo voy a limitar su libertad en la medida que sea negativo para ella, pero cada vez que una persona crece existe menos posibilidad de que limites su libertad y entonces hay que enfocar ese uso. Eso significa conocimiento de sí mismo, de la propia libertad, para hacer buen uso de ella.
"Muchas veces se confunde libertad con 'hacer lo que quieren'… ¡eso es muy poco libre!
"Si yo hago lo que quiero soy esclavo de lo que quiero; si hago lo que es bueno para mí, soy libre. Lo que quiero y lo que es bueno muchas veces están juntos y otras, son cosas muy distintas”.

-¿Cómo se logra que la gente se plantee esto, sin que diga a priori que eres una reaccionaria?
"Si una paciente que me cuenta que tiene relaciones con el pololo, sólo puedo hacerla reflexionar sobre el porqué tomo una decisión de ese tipo. El gran tema es llevarla a tomar conciencia de cuán realmente libre es la decisión que tomó… a razonar".

-¿Dirías que la gente ha perdido la capacidad de razonar y reflexionar?
"Sí, claro. Más que nada es que hay mucho cliché, por ejemplo lo más importante es que las personas tengan buena autoestima, eso es un cliché tamaño catedral.
“Dicen que eso significa que lo importante es ser seguro de sí mismo… yo cada día estoy más amiga de la inseguridad. Le creo más a un doctor inseguro que a uno que me dice esto es, prefiero uno que me diga este síntoma puede tener que ver con esto o con esto otro, vamos a buscar. Le creo mucho más a una persona que me manifiesta la duda que le provoca, lo mismo en los profesores. Si me dice, tu hijo está haciendo esto para llamar la atención, el profesor está demostrando mucha seguridad en sí mismo, pero poca sabiduría, porque no evalúa ni reflexiona".

El tema de los clichés que gobiernan la sociedad, la apasiona. Enumera una serie de ellos:

"La estimulación temprana, ¿es decir, que si hay cosas que no haces a tal edad, ¡perdiste!? Está bien, hay cosas que son mejor antes que después, pero si no fue así partirán luego, he visto gente que no leyó nada en su infancia y ahora son ávidos lectores, partieron cuando lo necesitaron o lo quisieron”.

O "los niños se angustian porque los sistemas son muy exigentes... No son tan exigentes los sistemas escolares. ¿En qué hay exigencias? En que los niños sean buenos en todo, no en esfuerzo, sino éxito en todo (sube la voz). El peor de los mundos es que te exijan éxitos, sin exigirte trabajo. Sí tu exiges trabajo en todas las áreas, alguna te llevará al éxito, otras, bueno… a que seas sobreviviente”.

También que "el deporte es para hacer amigos. Si no puedes hacer amigos en otra parte, ¡mira qué poco valor le das a la amistad! Si no juega fútbol, puede tener amigos igual; ahora, si para él es importante estar metido en el fútbol, que lo haga, y si no es tan bueno, que se entrene para no ser tan malo”.

-¿No hay perseverancia?
"No pues, hay poco trabajo".

-¿Tampoco fortaleza?
"Tampoco; hay que tener fortaleza para aceptar que no se es bueno en algo o para hacerlo igual consciente de las propias limitaciones".

-¿A qué hay que aspirar, entonces, con los hijos?
"Lo primero es sacarse de la mente que estudiar es latero, no se puede educar sino con el ejemplo. Cuado les digo que leer es fascinante se los digo desde el fondo del corazón, porque de la abundancia del corazón, habla la boca.
"Cuando uno le dice a un niño que estudie, lo está convidando a una cosa profunda, que lo hace a él una mejor persona, más rica, más compleja. Muchas veces la gente piensa que está pidiendo una obligación, que igual la tiene que hacer; de repente hay que pararse y preguntarse por qué estoy pidiendo al otro algo a lo que yo no le he descubierto su valor".

-¿Y la agresividad, tan en boga en estos días?
"Muchas veces es real. Dicen que es porque reciben mucha agresión en la casa; eso puede no ser cierto, lo que pasa es que hay un ambiente fuerte, competitivo, luchador; entonces, el lema es sal adelante.
"Otras veces son niños que son inflados con bombín en la casa. Esa criatura va al colegio creyéndose el rey y ve a otra persona que siente menos que él, entonces, se cree con derecho a decirle que se corra, que su idea es mala. O sea, no es que lo hayan tratado mal en la casa, sino que lo hicieron creerse superior al resto; no hay un trabajo verdadero en quién eres tú.
“Tampoco colgarle todas las medallas que se gana. Se felicita y se guardan, son nada más que la representación de que hizo bien su trabajo".

-¿Cuál es tu posición frente al castigo?
"Si un hijo no estudia en toda la semana, no puede descansar el fin de semana, pero no porque eso sea un castigo, sino porque el descanso es consecuencia del trabajo y si descansaste todo el tiempo, cómo vas a seguir haciéndolo. El castigo no es un castigo, sino la vivencia de la consecuencia lógica de tu elección. No se lo permito, porque es sacarlo de la realidad… quien no trabaja, no come.
"No los castigas, les hablas a su sentido racional que sabe que hizo algo que no correspondía".
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