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"Si me sale bien un plato, juro que es una satisfacción increíble"

29 de Noviembre de 2005 | 17:56 |
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No sólo en la pega sus responsabilidades han cambiado, también en su vida personal. Recién poco antes de cumplir 31 años –estuvo de cumpleaños el sábado-, aprendió a cocinar, a llevar una casa, a ordenar; todas labores desconocidas para él hasta hace poco.

-¿Cómo ha sido la experiencia de vivir solo por primera vez?
"Te diría que el último año fue un período de muchos cambios, muy fuerte sicológicamente. Es un tema que hoy, de alguna manera, lo voy dosificando a través de ir a un especialista que me pueda ayudar, porque uno en la televisión vive muy acelerado –si te fijas te he hablado como mil cosas por minuto- y ese mismo ritmo de vida te lo llevas a la casa.
"Muchas veces, este tipo de vida o esta sobrexigencia laboral te pasa la cuenta y es un tema que uno tiene que trabajar para aprender a calmar la ansiedad. Soy bien autocrítico, y creo que uno de mis defectos es la ansiedad, televisivamente hablando: Soy muy arrebatado, de repente me prendo y…. ¡Guaaaa!, tengo que aprender a controlarme".

-Pero no en la pega, en la casa ¿qué pasa?
"Viviendo solo he descubierto aspectos que jamás pensé que iba a desarrollar, como empezar a cocinar. Era una de las cosas que jamás imaginé que iba a hacer y ahora es una de las que más me gusta. Imprimo las recetas que hace Álvaro (el chef del programa) y las trato de hacer en mi casa el fin de semana, es como un desafío. Si me sale bien un plato, juro que es una satisfacción increíble".

-¿Sólo la cocina?
"No, ése es un aspecto. Tener tu propia casa, sentirte dueño de casa, de tu vida, acercarte a ciertos gustos que jamás pensaste que ibas a tener. Yo antes pensaba que uno nacía con los
gustos, pero ahora sé que los vas adquiriendo con las etapas de la vida. Por ejemplo ir a comprar plantas: antes me aburría en el auto cuando mi mamá las elegía, ahora pelo el cable, tengo un montón y me fascinan".

-¿Estás empezando a crecer?
"Justamente, sí. Puede ser eso… creo que sí, pero es entretenido".

-¿Por qué tantos años al lado de la mamá?
"Lo que pasa es que mis viejos se separaron cuando yo tenía como cuatro años; era el tercero, pero con el complejo de sentir que era al que no pescaban y cuando empezó a pasar el tiempo, mis papás a envejecer y los hermanos grandes a irse de la casa; mi papá hizo su vida, pero ella se dedicó a nosotros y me siento en deuda con ella; en deuda de que no esté sola, de que tenga una vejez lo más digna posible, de ojalá poder devolverle todo lo que ella hizo por nosotros. Tengo ese cuento súper arraigado y siempre estoy preocupado por ella, donde esté; llamándola por teléfono, no me gusta que se quede sola en el departamento".

-Ah, el lazo sigue súper fuerte.
"Sí, es muy fuerte. Cuando estaba recién casado, la iba a ver todos los días o la llamaba, me costó cortar el cordón con mi mamá, el haber vivido ahí. Ahora ya solo, he podido desarrollar esa independencia necesaria, también, porque o si no te volvís… ¡mamón!".

- ¿Es muy dura la experiencia de que el matrimonio dure tan poco?
“En el tema así como ultra personal nunca entro”.

-No me refiero a pormenores, sino a qué lo atribuyes.
“Si pudiera como resumir, diría que, básicamente es un problema de inmadurez, que hay que trabajar. También esta sobrexigencia que yo mismo me autoimpuse y que, finalmente, me dejaba muy pocos espacios para desarrollar una relación o compartir abiertamente o entregar calidad de vida, que en estos tiempos es súper difícil. En general, porque no es sólo el hombre el que trabaja, la mujer también; los dos llegan agotados y tenís que ponerle el hombro… cuesta y hay temas que te van pasando la cuenta”.

-¿Es muy doloroso?
“Sí. En mi experiencia de vida, siento que, a pesar de que era muy chico cuando mis viejos se separaron, a los 15 o a los 18 me pasó la cuenta; también cuando chico, que me cuestionaba. Duele, duele”.

-¿Esa experiencia hace más doloroso separarse al año?
“Claro. Creo que es una de las sensaciones más dolorosas que he podido experimentar y, más todavía, trabajando en este medio; cuando se meten a sacarte foto y uno está en una etapa tan dolorosa, tan delicada que sólo uno sabe lo que está viviendo”.

-Pero son los riesgos de estar ahí.
“Sí, pero ¡ojo! Si tu eres un tipo que te has expuesto a eso, OK, vale, después no podís alegar; pero yo nunca he sido así ¿cachai?
“De alguna manera también saco las cosas positivas: he aprendido a entender el trabajo de los periodistas, a respetarlo y a no calentarme con el cuento. Además, como también soy periodista, he aprendido a empatizar, porque pienso que si me mandaran a reportear a Vicuña y a la Pampita, tendría que volver con la nota ¡qué le voy a hacer!”

-¿Cómo anda el corazón, ahora?
“Tranquilo. Estoy en una etapa de la vida en que me estoy dando hartos espacios para mí mismo, saliendo y pasándolo bien, como cualquier joven. Ya no tan trabajólico como antes”.

-¡Hartas enseñanzas para un año!
“Sí, sí, creo que he aprendido harto; he aprendido un montón”.
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