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Cuidarse de los kilos extras ayuda a la madre y al futuro hijo

Problemas en el sistema nervioso central del niño, dificultades en el parto e incluso pérdida, son consecuencias de no controlar el peso antes y durante la gestación.

30 de Mayo de 2006 | 15:23 |
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Es el único momento en que las mujeres comen sin sentirse culpables y ése es, precisamente, uno de los mayores problemas. Porque aparte de los dolores en las rodillas y la espalda, los kilos extras en el embarazo pueden enfermarlas tanto a ellas como a sus futuros hijos.

De hecho, una reciente investigación publicada por "InterScience" sentenció que en comparación con mujeres de peso normal, las que tienen un índice de masa corporal igual o superior a 30, duplican la posibilidad de dar a luz un niño con problemas.

Y no importa si hay sobrepeso con anterioridad al embarazo o si los antojos hacen que se suba más de los kilos esperados para los meses de gestación. Los problemas, explican los expertos, existen en ambos casos.

"Las que suben de peso en el embarazo tienen los mismos problemas que las obesas, sólo que estas últimas tienen más riesgo de aborto", dice el doctor Alfredo Germain, especialista en embarazos de alto riesgo de la Clínica Las Condes, y según quien cerca del 10% de las chilenas embarazadas presenta un sobrepeso importante.


Comer bien

Anomalías congénitas al sistema nervioso central, corazón, riñón y cara, incluso mayor riesgo de muerte fetal pueden afectar al niño. Además, si antes del embarazo la madre presenta sobrepeso, se podrían triplicar los riesgos de que el hijo sufra el mismo problema.

Y la mamá también tiene enfermedades asociadas. Diabetes gestacional e hipertensión arterial del embarazo, es decir, que desaparece después de la etapa de gestación pero que podría volver a presentarse años más tarde, son algunos de los riesgos, aunque no los únicos. Desprendimiento de placenta, parto complicado -por el gran tamaño del feto (sobre cuatro kilos)-, o prematuro también pueden ocurrir.

"Generalmente la mujer con mucho sobrepeso termina siendo atendida por cesárea porque es más difícil que tenga un parto normal", advierte el gineco obstetra de la Clínica Indisa, Alejandro Obaid.

Por eso, cuando hay obesidad, someterse previamente a un bypass gástrico puede ser una solución para lograr embarazos menos riesgosos explican en "InterScience". Claro que habría que hacerlo con suficiente anticipación ya que ciertas intervenciones para bajar de peso pueden tener como resultado deficiencias nutricionales, por lo que habría que esperar hasta que ese proceso se estabilice.

En el embarazo no hay que comer por dos, sí hay que comer mejor, advierte la nutricionista Mónica Jiménez. "En el primer trimestre hay que preocuparse más de la calidad nutricional que de la cantidad, porque en ese momento ocurre el desarrollo del sistema nervioso central. Pero ya en el segundo semestre el cuerpo requiere más aportes de energía, que diariamente no debería superar las 300 calorías extras", explica Jiménez.

Y es que además de los riesgos antes descritos, una mujer que sube más de 16 kilos en esos meses tendría altas probabilidades de volverse obesa en el futuro, según concluyó una investigación sueca.

El estudio describió que quienes suben menos de 16 kilos en el embarazo, al año siguiente sólo han aumentado 1,4 kilos, en cambio aquellas que ganan más peso, retienen unos 5,5 kilos después de un año de haber dado a luz, y a los 15 años ya han engordado 17 kilos adicionales.


Peso ideal

¿Cuánto es lo ideal que debería aumentar una futura madre? Según Germain, todo depende del peso corporal que tenga antes del embarazo.

Una persona obesa debería subir entre 3 y 5 kilos, las que tienen sobrepeso alrededor de 7; las de peso normal, 10, y las delgadas 14. Esto porque los kilos ganados no se bajarán en su integridad en el parto: la guagua pesa alrededor de 3 kilos y medio, la placenta entre 500 y 700 gramos y el líquido amniótico medio litro, lo que suma en total unos 5 kilos.

"Pero como con el embarazo la mujer retiene mucho líquido, en la cuarentena siguiente se pierden entre 4 y 6 kilos más. Claro que con la lactancia se suman 400 centímetros cúbicos en cada mama, que después se van perdiendo", dice Obaid. Así, sin desesperarse haciendo dietas, lo normal sería que la mujer volviera a su peso inicial después del tercer o cuarto mes.


Más difícil

Además de complicaciones en el embarazo, las obesas también suelen tener problemas de infertilidad o una ovulación inadecuada. El doctor Germain recomienda vigilar el peso y consultar a un especialista como parte de la atención preconcepcional. "Algunas mujeres tienen diabetes o alteraciones en los líquidos sanguíneos que hay que verificar antes de un embarazo". La dieta debe ser guiada por un médico.

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