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24 horas de cuidados

Una adecuada rutina para conseguir una piel más saludable y bonita debe incluir cremas de día y de noche. Ambos cosméticos son complementarios, y en conjunto es como mejor pueden responder a las distintas necesidades de la piel. En el día con productos que hidratan y protegen, y en las horas de sueño con otros que ayuden a reparar el daño.

19 de Octubre de 2007 | 10:03 |
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Si de cuidar la piel se trata, no podemos dejar toda la tarea a la crema de día, ni confiarnos sólo en una fórmula reparadora que se aplica antes de dormir. Ambos productos son complementarios; no en vano todas las líneas desarrollan constantemente duplas de cremas que aseguran mejores resultados.

La doctora Ester Santander, dermatóloga de Clínica Orlandi, dice: "No se saca nada con proteger la piel en el día con una crema con antioxidantes y filtro si no se cuida también en la noche con algún tratamiento. A la vez, toda crema de noche requiere de una que proteja la piel durante el día, que es cuando recibe las agresiones ambientales. Esto, porque los cosméticos nocturnos poseen activos que permiten actuar más profundo, con lo que dejan la piel más tersa, pero también más delicada".

Pero, ¿por qué la piel necesita de cremas diferentes para el día y la noche? La respuesta está en que sus necesidades varían entre un momento y otro, y se activan mecanismos diferentes. Por eso, si la cosmética quiere ayudar a mantener un rostro más saludable debe responder a esos requerimientos y potenciar los procesos que se dan en forma natural en cada uno.

Acerca del punto de partida para estos cuidados, el dermatólogo Gonzalo Pantoja sostiene que los primeros signos de envejecimiento empiezan a notarse después de los 25 ó 28 años, y que lo óptimo es usar una crema de día y otra de noche a partir de entonces. "Esa es una feicaz medida preventiva para retrasar la aparición de líneas de expresión". Agrega que las pieles muy blancas o sobreexpuestas al sol deben prestar especial atención, pues en ellas el deterioro es más evidente y mayor la necesidad de cuidados.

Día: hidratar y proteger

Durante el día la piel se enfrenta a las agresiones ambientales como la radiación ultravioleta y contaminación, que alteran el funcionamiento celular. Para defenderse, la piel derrocha gran cantidad de energía liberando enzimas antioxidantes, pero no es suficiente. Y ahí los cosméticos resultan vitales.
Horas de sueño
El dormir las horas necesarias también influye en lo fresco y saludable que luzca el rostro. Por el contrario, la falta de sueño produce radicales libres que desencadenan un envejecimiento prematuro, haciendo que la piel pierda su brillo y lozanía natural.

Durante la noche el cuerpo elimina desechos, se recupera del estrés diario y descansa. Cuando no dormimos lo suficiente estas funciones se alteran, y al despertar el rostro se ve ajado, falto de luz y con ojeras, ya que las toxinas no se eliminan como es debido. Además, mientras dormimos nuestro cuerpo produce una hormona del crecimiento, que es encargada de la regeneración celular. Por eso se dice que en la noche nuestra piel se renueva, se eliminan células muertas y nuevas células toman su lugar.

Según el doctor Pantoja, junto con hidratar el rostro el objetivo de las cremas de día es protegerlo de las agresiones externas. "Para ello se usan antioxidantes como la vitamina C, que neutralizan los radicales libres y evitan el daño de los rayos UV. La protección se completa con el filtro solar, que atenúa la llegada de estos rayos a la piel". Advierte que la mayoría de las cremas de día posee filtro, y que si no es así hay que aplicarlo aparte.

Las cremas de día también buscan hidratar y lubricar la piel con activos que arrastran moléculas de agua al interior de la piel, y emolientes que fortalecen la capa lipídica a fin de que la piel pueda retener mejor la humedad y disminuya su evaporación.

La doctora Santander sostiene que a diferencia de las cremas de noche, en las de día es muy importante su textura. "Son productos más livianos, que se absorben fácil, que no dejan la piel untuosa y poseen rico aroma". Añade que por lo general estas cremas no están diseñadas para reparar estructuras, y que las que mayor efecto antiedad poseen son las de noche.

Noche: reparar y nutrir

En la noche la piel se recupera. Al dormir los músculos se relajan, la sangre llega al cerebro con mayor fluidez, el sistema inmunológico se fortalece y las células se regeneran más rápido. Es por ello que las cremas destinadas a las horas de sueño se basan en activos capaces de potenciar la regeneración celular y reactivar procesos biológicos esenciales como la reparación de las defensas, para construir una barrera frente al exterior. Así, la piel puede restaurarse para enfrentar la jornada siguiente con mayor fortaleza.

"Mientras dormimos se produce el recambio de las células deterioradas por otras nuevas, lo que hace que se revitalice la piel. Las cremas de noche potencian ese proceso para así atenuar los signos del deterioro", explica la doctora Santander. Añade que los cosméticos nocturnos también ayudan a desestresar la piel, ya que potencian su recuperación natural durante el sueño.

Por otro lado, la noche da licencia para usar cremas con activos que se inactivan con la luz del sol o que irritan la piel al contacto con el sol, como es el caso del ácido retinoico y algunos despigmentantes como la hidroquinona.

Otra función de las cremas de noche es la nutrición, con la que la piel recibe elementos de los que a veces carece, como vitaminas y antioxidantes, indispensables para que la piel cumpla con sus funciones metabólicas. El poder nutritivo de las cremas de noche está dado por componentes que actúan como regeneradores de la epidermis y le ayudan a funcionar mejor desde el punto de vista biológico. Algunos de estos son el retinol, retinaldeído, coenzima Q10, ácido hialurónico y ceramidas.

El doctor Pantoja explica que al aportar nutrientes a la piel se busca que éstos penetren en profundidad. "Para eso es mejor la noche, ya que reposando y sin contracciones, los tejidos se irrigan y se relajan, lo que permite que las cremas penetren mejor". Explica que durante la noche también se transpira menos y hay menos roce lo que ayuda a que estos activos estén en mayor contacto con la piel.

En cuanto a las texturas, el que las cremas de noche se usen mientras dormimos hace posible que sean más untuosas. "El objetivo es aprovechar el tiempo para reparar el daño en la piel, y para eso se incorporan concentraciones de activos que pueden hacer más pesada la crema", aclara la doctora Santander.

Finalmente, cuidar la piel las 24 horas no tiene por qué ser una complicación. Basta con escoger una dupla de cremas que se adecuen al cutis y necesidades propias de la edad. "Lo que se pretende es que la paciente tenga una rutina cómoda y simple en la casa, no más de dos o tres cremas. De ese modo es más probable que la siga y cuide su rostro", concluye el doctor Pantoja.

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