EMOLTV

Las paradojas de la sociedad

Se toma la vida con calma, pausadamente, pero no por eso de manera frívola; al contrario, miles de preguntas y desencantos frente a la sociedad surgen desde lo más íntimo de su ser. Tal vez por eso, ha elegido la comedia como una forma de llevar a la pantalla grande temas que le parecen importantes, pero que es mejor mirarlos desde el humor que desde la tragedia.

17 de Octubre de 2006 | 09:35 |
imagen
Boris Quercia supo desde muy niño que sus aptitudes iban por el lado de la actuación, pero no necesita decirlo, se le nota. Basta mirar las innumerables caras y poses que adopta para las fotos, lo natural que le salen y las ganas que dan de reírse con sus morisquetas. Todo lo contrario del hombre profundo y reflexivo que había estado conversando apenas unos segundos atrás con nosotros.

Nació en Santiago el 26 de agosto de 1966, estudió en el Patrocinio San José y luego teatro en la Universidad de Chile. Al salir se unió al grupo de teatro "Provisorio" que, al poco tiempo, se integró al "Gran Circo Teatro" del recordado Andrés Pérez. Después se unió a Willy Semler y María Izquierdo en el teatro "Sombrero Verde" e hizo un par de teleseries en el canal 13. Mientras estaba en televisión, comenzó con lo audiovisual; hizo varios cortometrajes; luego "LSD", un largometraje en video; la taquillera cinta "Sexo con amor"; la serial para TVN, "Geografía del deseo", y está por estrenar –a fin de mes- "El rey de los huevones".

-Has trabajado harto con la María Izquierdo, ¿es una de tus musas?
"Sí, desde mis primeros trabajos en teatro. Desde allí hemos trabajado muchísimo juntos. En realidad 'El rey de los huevones' es una de las pocas cosas que he hecho sin la María".

-¿Por qué se te ocurrió este guión?
"Empecé a construir la historia de un tipo ingenuo, bondadoso, bien intencionado… un tipo correcto, en realidad, un tipo justo en un mundo injusto. Ya en la primera escena empieza a ser aprovechado por otros.
"Me interesó la paradoja que se produce: un tipo así era un huevón, no un gallo que iba a vivir bien. ¿Significa entonces que si uno es justo va a vivir mal?, sobre ese absurdo empecé a construir la historia".

-¡Pero es una comedia!
"Sí, pero un poco corrosiva a veces, también; claro, porque si uno plantea que si eres justo te va mal, es sarcática. Sin embargo, no es que platee un punto de vista al respecto ni que haga una apología de eso. Yo planteo los hechos, más bien, y uno tiene que tomar sus propias decisiones o puntos de vista respecto a lo que está viendo".

-Tiene más lecturas, entonces.
"Claro, no es algo que se impone, uno puede buscar su propia lectura y ver cómo le acomoda el cuento a uno".

Aclara, eso sí, que ese es el contexto en el que él construye, pero que se trata de una comedia, un producto de entretención. "No es un producto moral, ni busco crear un cambio social".

-Ni buscar moralejas.
"No, no tiene moraleja, de hecho. Es una comedia construida sobre esta paradoja".

-"Es también la idea central de "Sexo con amor" ¿o no?
"También. Es una comedia construida sobre la paradoja de la pareja. Al ser pareja uno se compromete a la fidelidad, pero en ese momento –entonces- surge la posibilidad de ser infiel, que resulta más atractiva. Bueno, ahí yo tampoco tomo una postura, ni premio a los malos ni castigo a los buenos".

Insiste, eso sí, que al tomar el tema de su última cinta no se rehúye a la crueldad que presenta el mundo, así que va por caminos de más emoción."Es una comedia más romántica comparada con 'Sexo con amor'. Busca emocionar al espectador, también, en ciertos parajes de la película".

-¿Por qué te has dedicado principalmente a la comedia?
"Me gusta y es algo difícil de hacer y de encontrar, más bien. Es algo que es bien necesitado y bien buscado. Como empresa, creemos que es un producto que nos puede representar y estamos investigando por ahí.
"La próxima, que vendría a final de año - 'Chile puede'-, en sociedad con Ricardo Larraín y Chilefilms, también es una comedia que dirige él, pero que escribí yo. Está un poco en esa línea que queremos hacer como un sello nuestro".

-¿Lo haces concientemente o te fluye?
"A mí se me da bastante natural tomar ese camino en mis guiones. Tengo otras historias, pero por el momento queremos seguir investigando por ahí. Además que nos fue muy bien con 'Sexo con amor'; sería un poco raro salir con un dramón después de eso".

-Es un humor lleno de guiños a nuestra sociedad.
"Como hemos hecho pocas películas como país y comedias, menos, uno no está acostumbrado a verse. No son guiños que uno busque ex profeso, sino que obviamente salen de uno porque es chileno y nació y vive en Chile".

-¡Claro! No es lo que acostumbramos a ver en cine chileno.
"Uno está acostumbrado a ver cine de Hollywood y comedias norteamericanas, que es un mundo que uno jamás ha vivido. Claro, son situaciones cómicas y todo, pero seguramente son más efectivas en su país de origen, porque se entiende lo que está pasando allí. Nosotros no siempre entendemos todo, pero lo damos por hecho.
"Las comedias siempre son bien locales".

Explica que cuando escribe no está buscando hacer un trabajo sociológico ni nada parecido, "estoy tratando de hacer una comedia de lo que estoy viendo, nada más".

-Sin embargo, siempre has pertenecido al grupo de actores de tu generación que se cuestionan más las cosas.
"Sí, puede ser, siempre fui bien inquieto al respecto, ya sea tomando parte en la fundación de compañías de teatro o participando de la escritura de las obras que hacíamos en común. Y siempre, desde que entré a la Escuela de Teatro, fui en paralelo haciendo cosas audiovisuales.
"Nos tocó vivir una época bien intensa en lo teatral, con la llegada de Andrés Pérez y todo lo que significó 'La Negra Esther'. Además, una época de cambios políticos fuertes en Chile y eso nos dio un espíritu de renovación. Siempre estuvimos en esa volá, nosotros".

Agrega, que su búsqueda audiovisual también tiene que ver con "la angustia del actor", que es un tipo que está esperando siempre que lo llamen, "con una cierta angustia del sonido del teléfono… de que me van a llamar para algo. Esa pasividad en la generación del trabajo, a mí me angustiaba un poco".

-¿Por eso montaste tu propia productora, Chilecitá.
"Es una de las razones por las que monté mi propio chiringuito".

-¿El teatro lo abandonaste completamente?
"Por el momento sí, porque es muy absorbente y hay que dedicarle mucho tiempo. Este trabajo de sacar películas también ocupa harto tiempo.
"En algún momento hice teatro paralelo con televisión y era angustiante, porque después que uno salía del canal, tipo 7 de la tarde, comenzaba con los ensayos de teatro, para terminar muchas veces después de medianoche. No era como cuando mi vida giraba en torno al teatro".

-Pero otros actores lo hacen.
"Sí, hay gente que lo hace, pero son actores bien jóvenes que no tienen las obligaciones que te va poniendo la vida".

En todo caso, dice que, si se abre una ventana de tiempo después de la película, le gustaría hacer algo en teatro, porque "es una necesidad del actor ir ejercitando las herramientas de las emociones y volver a las tablas, porque es el único lugar donde uno puede hacer un proceso respecto de la actuación".

Continúe leyendo:

Cuando la ficción está muy cerca de la realidad

Un gozador de la comida y la familia


EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?