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"No estoy inválido, tengo una discapacidad física"

Joven y talentoso, después de quedar parapléjico, comenzó a grabar su día a día en lo que finalmente se convirtió en un documental y luego en una serie para canal 13. Ahora quiere escribir un libro y con eso cerrar el capítulo destinado a la discapacidad, tanto en su vida profesional como en la privada, y seguir adelante ya con menos dudas sobre su nueva condición.

24 de Octubre de 2006 | 09:50 |
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En el tercer capítulo de la serie "PersPerPlejia", Juan Carlos Rojas, un hombre que hace 38 años es ciego (desde los 11), le dice a David Albala, el conductor, que sus preguntas le demuestran que aún está en la primera etapa de la discapacidad, en la de la curiosidad.

Y, claro, no podría ser de otra manera. Hasta fines de 2002, era un joven con una vida absolutamente normal que, de un día para otro, pasó a estar en silla de ruedas y parapléjico.

Aclara que no tuvo un accidente de moto, como se ha dicho varias veces, sino que lo atropellaron. "Esperaba una luz verde en mi moto; cuando cambió, partí y un auto que pasó con roja me agarró la rueda trasera". Estuvo más de quince minutos inconsciente y cuando despertó estaba tirado en la calle y lleno de gente alrededor.

-¿Por qué explicas que no fue un accidente de moto con tanta vehemencia?
"Tuve un accidente de tránsito y lo aclaro porque nunca me caí en la moto. En los nueve meses que manejé moto nunca me caí, nunca choqué con nada. A mí me atropelló un auto".

Iba camino a su casa, cerca de las cinco de la tarde, cuando en el cruce de Hernando de Aguirre con Bilbao su condición física cambió para siempre. "Me decían no se mueva, tuvo un accidente y yo no entendía de qué me estaban hablando; buscaba en mi memoria y no existía ningún accidente. Me imagino que, en la velocidad, debo haber sentido que algo me pegaba por el lado y al segundo siguiente ya me había golpeado la cabeza, así que imposible acordarse de eso".

Después de casi una hora en ese cruce, lo llevaron a varios hospitales hasta que llegó al del Trabajador. Ya habían contactado a su familia y un primo lo acompañaba en la ambulancia. "Lo único que yo decía era no sé lo que pasó, pero ustedes me conocen ¡yo no pasé con roja! Lo único que me importaba era defender mi honor. Siempre digo que si hubiese ido en bicicleta, me mato, porque no hubiese tenido el casco puesto".

-Tuviste la ventaja de quedar vivo.
"Es absolutamente cierto. Es raro para alguna gente escucharlo, porque dicen oye, pero mira cómo quedaste vivo (se sonríe). Ahí viene lo que tiene que ver con las creencias sobre la discapacidad… A mí no me parece tanto, no estoy inválido, tengo una discapacidad física, pero es mucho más valioso estar vivo, tener la posibilidad de seguir haciendo cosas, más allá de los dolores que esto implica, también físicos".

-¿Te duele?
"A mí me duele mucho mi lesión medular; hay algunos a los que no les duele. Están en cortacircuito permanente los cables y es como un ardor, un dolor quemante, permanente, a la altura de la lesión".

Explica que él cree en la vida eterna, así que cuando habla del valor de la vida se refiere en al plano físico, "que sigue siendo muy valioso, a pesar de la existencia eterna. En ese sentido, el valor de la vida en el plano terrenal sigue siendo igual de legítimo, aunque se tenga una discapacidad física".

-Tal vez tu camino consiste, entonces, en ayudar a los demás a entender la discapacidad.
"Estoy de acuerdo contigo. Los capítulos que ya han salido al aire de la serie han tenido súper buena respuesta del público; en rating han andado bastante bien para el horario y día en que se emiten; han aumentado mucho las visitas a mi sitio web; centenas de mails de agradecimiento y felicitaciones. Eso me contenta y tiene que ver con la valoración del trabajo que uno hace, pero también me asusta el hecho de que no se me valore en otros ámbitos".

-¿Cómo en cuáles?
"Estrictamente en el ámbito profesional, audiovisualmente y de cómo están tratados los temas. Que no crean que por estar en silla de ruedas puedes hacer una película o una serie de televisión sobre sillas de ruedas".

-¿Siempre te cuestionaste tanto las cosas? ¿Antes también?
"Sí, todo el día y todo el rato. Más ahora".

Ya al llegar, se notaba que su estado anímico no era el mejor ese día, pero ante esta pregunta cuenta el por qué. "Estoy bajoneado, porque postulé a la beca Fulbright por segundo año consecutivo; el año pasado quedé en lista de espera y este año me llegó una carta diciendo que me presentara porque reunía todos los requisitos y ahora no quedé ni clasificado para la entrevista de panel".

-¿Por qué?
"No tengo idea, no me lo explico no más. Pero yo digo ¡qué raro!, con más premios, con más logros, con la serie de televisión al aire que está haciendo historia en nuestro medio ¿y no clasifico? ¿Qué se necesita entonces para ganarse una beca? ¡Me da mucha rabia! Me tiene muy frustrado y muy angustiado, tengo que encontrar una beca para ir a estudiar cine".

-Raro que no te llamen, porque la serie es buena.
"Es la pasión por la vida, el emprendimiento".

-Es una visión distinta de la discapacidad, más optimista.
"Estaba pensando en eso ayer, porque acá en Chile son (se ríe), somos, súper dados a criticar de todos los flancos. Te critican porque haces y porque no haces, porque dices o porque no dices; te critican por cómo lo dijiste o por cómo no lo dijiste. Al final, todo lo que quieren es que el otro no diga nada y no sea nada, pero al mismo tiempo; tampoco quieren que muera y se desvanezca (sigue riéndose)… es como yo te ayudo, pero no surjai tanto, weón".

-¿A qué lo atribuyes?
"Tiene que ver con la envidia que significa la autodescalificación; yo me descalifico a mí mismo cuando me comparo contigo. Me dijeron, una vez, que mi película raya en el límite de la inmoralidad, porque había aprovechado de mi historia personal… ¡Eso aquí en Chile, no más, poh! (vuelve a reírse), nunca me lo han dicho afuera, en los festivales de cine extranjeros ni nada.
"También me han preguntado ¿no consideras que estás siendo muy autorreferente?. Es una crítica que ni siquiera está analizando el trabajo que se ha hecho, porque, si lo analizamos del punto de vista positivo, había una historia que yo podía contar y es simplemente eso: una historia que tiene sus valores y sus virtudes. Eso es lo que hay que reconocer más que quién o por qué lo hizo".

Sigue, molesto e irónico: "¿Es la historia valiosa por sí misma y aporta por sí misma al resto? Punto ¿Cachai? Yo considero que sí aporta por sí sola y que era valioso contarla y compartirla; que a quien le venga bien, está muy bien y a quien no le venga bien, también está muy bien, porque ya sabe qué historia no considerar y, entonces, igual es un aporte para abrir una puerta o para decidir cerrarla".

-Pero ¿qué es para ti?
"Forma parte de la libre creatividad que se expresa contando innumerables historias a lo largo de nuestra vida. Esta es la de un tipo que cuenta su historia desde que quedó discapacitado y cómo lo fue haciendo para reconquistar su libertad perdida… Eso es todo".

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