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Las mujeres en etapa de adolescencia

En la presentación del libro “Saber de ellas”, de ComunidadMujer algunos de los autores de los ensayos reflexionaron sobre la desigualdad, la diferencia y la discriminación que enfrentan las mujeres.

28 de Septiembre de 2006 | 12:18 |
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Las mujeres se encuentran, hoy, en la etapa de la adolescencia. Así lo asegura la filósofa Carolina Dell’Oro, quien explica que en el pasado, las mujeres –en su etapa infantil de querer conocer y conquistar el mundo- conquistó derechos como el voto, espacios como el público y cargos y ahora, se encuentra en un proceso de reflexión, revisión propio de la juventud en donde quiere resolver qué es lo que quiere.

A su juicio, las mujeres, después de dar el paso a lo público, se están preguntando si pueden o no hacer un síntesis entre el trabajo o la familia, si deben optar por uno o por otro, o si pueden integrarlos.

Ésta es una de las afirmaciones que contiene su ensayo en el libro “Saber de ellas” que editó ComunidadMujer y que –a través de distintas personalidades- pretende dar una luz sobre en qué están las chilenas hoy. Entre los ensayistas se encuentran Verónica Edwards, Silvia Pellegrini, Eugenia Weinstein, Paula Serrano y Hernán Somerville.

El texto fue comentado por el psiquiatra Ricardo Capponi, Carolina Dell’Oro y Margarita María Errázuriz, todos coautores, en un encuentro donde el tema principal fue las diferencias que existen entre hombres y mujeres y la necesidad de integrarlas para conseguir una sociedad y cultura humanizada.

En una perspectiva psicológica-biológica, Capponi planteó que ya no hay grandes diferencias entre el hombre y la mujer respecto de lo masculino y lo femenino por cuanto ya la sociedad pasó la etapa de subsistencia -que la obliga a distribuir roles a hombres y mujeres- y hoy, eso posibilita que ambos sean más integrados. Ricardo Capponi postuló que hoy el desafío es cómo mantener la atracción entre hombres y mujeres.

Desde otro visión, más antropológica, la filósofa Carolina Dell’Oro salió en defensa de la diferencia, señalando que es una falencia sostener que ella es la generadora de la desigualdad. Argumentó que la diferencia en los seres humanos es lo que los hace seres irrepetibles que aportar toda su riqueza y originalidad, miradas diferentes que hacen posible la creatividad en las sociedades. Por lo mismo, sostuvo, se debe potenciar las diferencias por sobre la igualación, porque esto conlleva necesariamente a una deshumanización y pobreza de la sociedad. “La diversidad, la singularidad es lo que nos define como personas y eso debemos rescatarlo”, dijo.

Al abordar la necesidad de igualar a las mujeres de los hombres en sus derechos, Carolina Dell’Oro hizo un llamado de atención en cuanto esto no debe responder a un acto de justicia por parte del hombre, sino que a un acto de credibilidad en que la otra persona tiene y puede desarrollarse. “La igualación no es un acto de justicia, es un acto de amor”, acotó.

Al abordar el aporte que la mujer hace a la sociedad al salir al mundo público, la filósofa hizo presente que ella humaniza la cultura, lo que no quiere decir que el hombre no lo haya hecho. Precisó que en el S XX, debido a la actuación del hombre se acentuó la racionalidad y que hoy, con la presencia de la mujer, se puede acentuar la emocionalidad e integrarlos ambos. “La salida de la mujer al mundo es la posibilidad de integrar lo racional con lo emocional”, señaló y recordó que la riqueza de la mujer es que ella valora el proceso, mientras que el hombre valora más el objetivo o resultados.

En esto coincidió con María Elena Aguirre, otra ensayista, que sostiene que la mujer debe salir al mundo a construir un hogar.

La maternidad

Una de las materias que se abordan en el libro “Saber de ellas” y que fue debatida por Capponi, Dell’Oro y Errázuriz es la maternidad y la importancia que se le da o no hoy. Al respecto, Carolina hizo dio una señal de alerta: ¡Ojo con que la mujer no se pierda!, sentenció; sostuvo que la mujer para desarrollar su feminidad, su maternidad (donación, generación de vida) debe estar centrada en ella, dentro de ella, y en este mundo en el cual está inserta ello no lo logra.

Por lo mismo se mostró dudosa de que lo más conveniente para el país sea desplegar una política pública de masificar las salas cunas sin considerar el impacto que ello tiene. En este sentido dijo concordar con la filósofa Carla Cordua, que en el libro, se pregunta si la sociedad va a lograr estabilidad si la mujer no está en la casa, porque –argumenta- los niños necesitan de la madre y se está generando un vacío que nadie resuelve cuando la mujer sale al mundo del trabajo.

Carolina Dell’Oro manifestó que más que masificar las salas cunas, las políticas públicas deben ir por la flexibilización laboral.

Otro punto que se abordó fue el de la postergación que hacen las mujeres. En este sentido, Carolina la defendió cuando ella se entiende como entrega hacia los otros desde la libertad personal. “La entrega es una afirmación de uno, no una negación porque eso sería plantear al otro como una prolongación que genera dependencia”, explicó.



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