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6 diferencias entre ejecutivos y ejecutivas

La familia, las relaciones sociales, la pareja y cómo distribuyen su tiempo laboral y personal fueron algunas de las dimensiones que analizó un estudio de la Universidad del Desarrollo y Mujeres Empresarias para descubrir las diferencias entre ejecutivos y ejecutivas. Aunque ambos están insertos en el exigente mundo de los negocios, ellas se sienten más contentas con el resultado de su trabajo, mientras ellos revelan mayor satisfacción con su mundo familiar.

10 de Enero de 2007 | 10:58 |
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La sicóloga Teresita Serrano ha realizado varios estudios durante su vida académica como profesora decana de la Facultad de Sicología de la Universidad del Desarrollo, pero el que acaba de terminar la dejó con una agradable sensación: la imagen de la mujer que para tener éxito en el trabajo debe masculinizarse pareciera que está en extinción.

"Ella se incorpora del modo femenino alcanzando altos niveles de satisfacción, lo que es todo un logro porque puede manejar múltiples variables, llevando la vida familiar al trabajo y viceversa. Se la juega por su vida y aunque encuentra dificultades, su balance es de equilibrio: valora sus relaciones interpersonales, está contenta con su trabajo y consigo misma".

Junto con la ingeniero comercial Olga Pizarro realizaron un estudio comparativo de calidad de vida entre ejecutivos y ejecutivas impulsado por el Centro de Estudios Empresariales de la mujer, CEEM, creado tras una alianza entre la Universidad del Desarrollo y Mujeres Empresarias, y en que analizaron las diferencias existentes entre hombres y mujeres respecto de la distribución de su tiempo, y el grado de satisfacción en su relación de pareja, familia y trabajo.

Los resultados de los hombres dan para una segunda lectura, afirman las investigadoras. Ellos muestran mayores niveles de satisfacción que ellas en sus relaciones familiares y en el cuidado de su salud, pero menores en lo relacionado con cumplimiento de metas y resultados de su trabajo, un área tradicionalmente más masculina.

A su juicio, esta investigación pone de manifiesto además cómo unos y otros organizan los diferentes dominios de sus vidas: mientras en el caso de los hombres las fronteras entre vida laboral y personal están más delimitadas, entre las mujeres se aprecia una mezcla entre ambos mundos, con límites difusos, lo que coincide con la concepción de que la mujer es polifuncional, que puede ejecutar varias tareas a la vez y con sus espacios mentales ocupados por diferentes ámbitos de vida simultáneamente.

1. Metas y trabajo
Las mujeres se muestran más satisfechas con el resultado de su trabajo y el cumplimiento de metas: 71% de ellas versus 47% de los hombres. Destaca que cerca de un 30% de ellos se califique con nota 4. "En el caso de los hombres se percibe cierta insatisfacción a la base, declaran que no están tan bien. Son ejecutivos que se califican con nota 4 o 5, cuando supuestamente estarían en el top del éxito como se ha entendido hasta ahora: tienen una familia, pareja, ganan sueldos superiores a cuatro millones de pesos. Entonces, uno se pregunta ¿qué están priorizando?", señala Teresita Serrano.

La mujer, en cambio, ha tenido que ir ganando espacios, lo que explicaría su mayor grado de satisfacción. "Están probándose todo el tiempo, como son menos en los ámbitos ejecutivos, suelen estar más visibles, entonces para ellas es muy importante reflejar que obtienen buenos resultados", señala la investigadora Olga Pizarro.

2. El nivel de educación
El hombre se muestra más satisfecho con el nivel de educación que ha alcanzado; cerca del 60% se califica con nota 6. Olga Pizarro plantea que a él le interesarían los logros en cuanto a lo que puede llegar a ser, "que es diferente a lo que llega a hacer, que podría referirse a cumplimiento de metas y resultados de trabajo. A ellos les satisface tener un logro en título, y eso desde la perspectiva de algunos autores se relaciona con poder".

El ejecutivo Roberto Mandiola, gerente general de Extreme Networks, una multinacional de tecnologías de información, no está del todo convencido: "Mi percepción es que en el futuro esto empezará a cambiar. Por el tipo de trabajo que realizo, necesito personas que sean capaces de manejar crisis, contingencias, habilidades que se relacionan más con inteligencia emocional que con acreditaciones educacionales".

La actual presidenta de Asexma, Patricia Pérez, es enfermera por formación, pero hace unos años asumió la gerencia general de Blunding, una empresa de insumos médicos. Coincide con esta visión. Cuando necesita saber de algo que no maneja, "con toda humildad" busca donde asesorarse, y si para un hombre realizar un MBA es un signo de poder, cree que las mujeres todavía son capaces de afirmar que no estudian por opción, y no porque no se sientan capaces: "Nosotras tenemos más alternativas para medirnos como personas exitosas; el trabajo o un estudio sólo son una medida más, tan importantes como desarrollar la comunicación con las amigas o que a nuestros hijos les vaya bien en sus pruebas".
Estudios empresariales
La mujer hoy es una pieza fundamental para el desarrollo económico y productivo del país. Respondiendo a este nuevo escenario, la Facultad de Economía de la Universidad del Desarrollo y Mujeres Empresarias crearon el CEEM (Centro de Estudios Empresariales de la Mujer), una organización que busca convertirse en referente a la hora de generar información relacionada con el aporte de la mujer en la economía como líder, empresaria y emprendedora. La organización partió oficialmente a fines de marzo con un consejo asesor formado por Cecilia Álamos, Kathleen Barclay, Cristina Bitar, Carolina Eterovic, María Teresa Infante, Isabella Jaras, Cristián Larroulet, Alfredo Moreno, Agustín Solari, Hernán Somerville y Francisca Valdés.

3. Tiempo laboral versus tiempo personal
En cuanto a las diferencias de distribución de tiempo se observó que en las horas destinadas a trabajar, los ejecutivos declaran dedicar una mayor proporción de tiempo al trabajo en la semana laboral, a diferencia de las mujeres. "La mujer extrapola parte de su tiempo laboral a su vida personal; durante el fin de semana destina tiempo a su trabajo, pero durante el día hábil no prolonga jornadas, a diferencia del hombre, pero eso tiene una respuesta lógica, ella tiene otras responsabilidades", señala la investigadora Olga Pizarro. A Verena Horst, gerenta de finanzas Chile de Cencosud, no le extraña este resultado. "Uno tiene que repartir las 24 horas del día para compatibilizar. Si no llego temprano a la casa, no puedo ayudar a hacer tareas a mis hijos, entonces no me quedo hasta las nueve de la noche en el trabajo, pero sí es probable que luego que acueste a mis niños revise papeles de la oficina".

Para ella, el día tiene ciertos hitos relacionados con sus hijos - como ir a buscarlos al colegio o visitas al médico- , que marcan su jornada. "Podría trabajar sin parar hasta tarde, pero llegaría a mi casa cuando mis niños están durmiendo y no es lo que quiero".

Desde que asumió la presidencia de Asexma - un cargo que combina con sus funciones en Blunding- , Patricia Pérez ha visto afectado su tiempo personal, como idas al gimnasio o comer con amigas y su pareja, pero no ha transado el tiempo con sus hijos. "El tema de las tareas, sin duda, es relevante y en general tengo dos principios básicos: llegar a comer con ellos y acotar los tiempos de trabajo los fines de semana".

4. Familia y relación de pareja
Uno de los aspectos que más sorprendieron a las investigadoras tiene que ver con la satisfacción que los hombres demuestran, en términos generales, con la familia: ninguno se califica con nota bajo 4 y mayoritariamente declaran tener entre un 6 y un 7 de satisfacción. Aunque las mujeres mayoritariamente se califican con nota 6 y 7, cerca de un 10% se pone un 4 o menos.

Verena Horst cree que en ese resultado influyen los constantes mensajes sociales que hacen cuestionarse a la mujer sobre si ha hecho lo suficiente, con comentarios tan cotidianos y algo insidiosos como ¿por qué no vienes todos los días a buscar a tu hija al colegio? "Ese tipo de mensajes son inimaginables con un hombre, entonces uno termina pensando que si le dedicara un poco más de tiempo a la familia, sí sería mejor. Por mucho que se diga que importa la calidad sobre la cantidad en la crianza, las dos cosas son igualmente relevantes. Además, para los hombres es diferente. Habitualmente el concepto es que participe de la crianza, no es que sean los primeros responsables, aunque esa visión esté cambiando lentamente".

María José Zañartu, gerenta comercial de Wine House y mamá de seis hijos entre 16 y 3 años, agrega que quizás las mujeres son más exigentes en sus relaciones, piden más o analizan más detalladamente. "Yo estoy feliz con mis seis hijos, pero claro que a veces querría que ninguno de mis niños se enfermara o tuviera algún problema en el colegio. Ese tipo de cosas puede poner más trabas al momento de pensar de cuán más o menos satisfecha pueda estar".

En su relación de pareja, el porcentaje de ejecutivos que se declara satisfecho es mayor que el de las ejecutivas (47% versus 30%), y entre ellos no hay puntos medios: su relación o es muy satisfactoria o muy insatisfactoria. "Uno podría decir que el mundo del hombre es más polar; la guerra y la paz, el amor y el odio; la pareja está bien o está en crisis; las mujeres, en cambio, nos movemos en un espacio en que involucra más matices", señala la sicóloga Teresita Serrano.

5. Relaciones sociales y satisfacción consigo misma:
Las mujeres muestran mayores niveles de satisfacción que sus pares hombres en relaciones sociales y consigo mismas, aunque sólo un 16% de los ejecutivos hable de insatisfacción en sus relaciones de amistad. La ejecutiva Verena Horst en su trabajo valora un aspecto que le ayuda en este ámbito y que quizás para un hombre no es tan vital: la ubicación geográfica de su oficina, ya que fácilmente puede almorzar con amigas o ir a buscar a sus hijos al colegio. "Hay ciertos sectores de Santiago que no me serían atractivos para lograr un equilibrio completo, porque busco ser muy eficiente con la organización de mi día en tiempos muy reducidos. De hecho, me han ofrecido trabajos que han sido inviables precisamente por su ubicación física".

La gerenta Patricia Pérez se siente feliz y conforme consigo misma, y lo atribuye precisamente a que se siente orgullosa de lo logrado en el ámbito familiar y social. "Para mí el éxito tiene que ver con las relaciones familiares. Me siento tan orgullosa cuando voy a ver a mi hijo a una obra de teatro como cuando hago un buen negocio, o incluso más".

6. Cuidado de la salud y apariencia
Sobre el cuidado del cuerpo, ellos manifiestan mayor satisfacción. "Es interesante porque habla de una preocupación del hombre por la apariencia, por cómo se ve", dice Teresita Serrano, y coincide el ejecutivo Roberto Mandiola, que si bien tiene "pendiente" el tema de los deportes, como viaja mucho y debe asistir a varios eventos sociales, se preocupa especialmente de la alimentación.

Entre las mujeres, incluso cerca del 5% se pone nota 1. "En ella el tema de la apariencia es más relevante y nuevamente aparece la exigencia social, siempre cree que está al debe", señala la sicóloga Teresita Serrano.

La ejecutiva María José Zañartu añade que la posibilidad de tener actividades extras, como asistir a un gimnasio, por ejemplo, tiene que ver también con las etapas vitales que vive la mujer. En su caso, siente que recién ahora que su hijo menor cumplió los tres años tiene más tiempo para lo deportivo. "Se relaciona con prioridades y con la realidad que se vive, pero nunca he pensado que haya tareas que son incompatibles porque uno tiene hijos. Al contrario, nunca me he cuestionado, por ejemplo, que el trabajo pudiese complicarse por los hijos; se puede, y uno es feliz de hacerlo".






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