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"¡Hay que eliminar prejuicios!"

Sus características físicas- alto y macizo-, sumadas al personaje duro, irónico y muy serio que le gusta mostrar, esconden al verdadero René Naranjo, un tipo extremadamente culto, sensible y que se apasiona con el arte.

26 de Junio de 2007 | 09:27 |
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Su currículo lo avala, desde la época de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, se destaca por su gran conocimiento de la música lírica y el séptimo arte. De hecho, fue crítico de cine durante muchos años y ahora acaba de retomar su antiguo oficio en "The Clinic".

Comenzó su carrera en el Apsi, uno de los medios opositores al régimen militar, luego se fue a Francia por un año y medio y cuando volvió se hizo cargo de la edición de espectáculos de "Las Últimas Noticias", que había cambiado a todo su equipo y estaba en pleno proceso de renovación.

En eso estaba, cuando le ofrecieron ser jurado de la final de la primera temporada de "Rojo" en TVN; luego se fue a "SQP", a hacer un espacio con Felipe Avello –"Era un espacio deslenguado y descomprometido, luego uno en la tele se va volviendo más cuidadoso con las palabras"-. El paso siguiente fue incorporarse a la productora de Rodrigo Danús y al equipo que hacía "En Portada", el matinal de la Red. Allí nació su veta farandulera, porque este género se comió al periodístico inicial. Cosas del rating. De ahí, al matinal de Chilevisión, "Gente como tú"... el paso a un canal más grande.

Parece que gustó, porque pronto Canal 13 lo llamaba para ser jurado en "Locos por el baile" y "Fama". Además, es panelista estable del nuevo matinal, donde se ha convertido en una especie de figura, con ballet que imita lo tieso que es y una rana que, desde la sala de dirección, hace un ping pong con sus comentarios.

De periodista serio y punzante, pasó a ser parte de la "opinología" y, como varios de los que se desenvuelven en esa área, defiende este cambio de escenario estableciendo "diferentes categorías" dentro del "periodismo de farándula".

No obstante, no abandona su oficio, antes de comenzar la entrevista, comienza él con las preguntas: "Cómo se llama esta sección, ¿vicio privado? No todos los vicios privados se pueden contar; algunos hay que mantenerlos privados".

-Cierto, veremos cuánto te sueltas.
"Jajaja, cierto; pregunte no más".

-Partamos por la idea de montar "El Barbero de Sevilla" pero actualizado y para un público más masivo, ¿se estrenará a fines de mes como esperabas?
"En eso estoy trabajando, pero no ha salido tan rápido como yo quería. La verdad es que es bastante más caro que lo que pensé (se ríe, tímido)... ¡es súper caro!"

-¿Por qué ópera de carácter masivo?
"Creo que hay un momento muy bueno de expectativa masiva por el arte, como lo probaron los conciertos de Plácido Domingo, Verónica Villarroel y Cristina Gallardo. En ese sentido, hay que salir de los teatros habituales que tienen siempre el mismo público y en los que no se puede escapar de ciertas condiciones".

-Pero no tienes muchas opciones, porque incluso los tradicionales ya están viejos y en los otros tendrás más problemas de acústica.
"Es cierto, no hay inversión en teatros; no hay un teatro nuevo de 800 o mil butacas, lo que me parece pésimo. Hay que salir a buscar alternativas como la Estación Mapocho, el Caupolicán o Arena Santiago y ahí aumentan los costos de amplificación y equipos".

Cuenta que ha estado haciendo gestión cultural del proyecto, consiguiendo auspiciadores y lugar. Espera tener todo listo a fines de septiembre, principios de octubre, porque el elenco ya está elegido, comprometido y con muchas ganas de empezar luego.

-¿Por qué un proyecto de esta envergadura?
"Me interesa innovar y acercar a la gente masivamente al arte y también hacer del arte lírico algo que pueda comunicar hoy, como en el caso de esta obra. La gente ve la ópera como algo muy antiguo o muy técnico; muy elitista también, muy difícil de entender. La idea es que, no poh; por ejemplo, el "Barbero de Sevilla" que estamos trabajando trata de representar lo que era en su época: teatro musical popular. Se atiene al original en letra y música, pero con situaciones y personajes de cualquier ciudad de Latinoamérica de hoy; podría ocurrir en cualquier parte de este mundo globalizado, son conflictos actuales".

-¡Súper ambicioso!
(Se ríe) "Re ambicioso, pero ya tengo muchos interesados y el elenco está listo y ansioso".

-Pero es un riesgo bien grande.
"Por supuesto, el arte es riesgo, es provocación. Si uno piensa, todas las pinturas que ahora consideramos clásicas, en su momento fueron pura provocación (da una infinidad de ejemplos, mostrando su gran cultura)".

-Bueno, al arte siempre es provocación.
"Por supuesto, siempre está tocando una tecla que la sociedad no quiere ver, lo que no queremos reconocer".

-¿Hay interés de los auspiciadores?
"Sí, claro. Yo estoy haciendo un poco de puente entre la cultura masiva –los medios de prensa, la televisión- y el mundo del arte, que necesita de esa comunicación, y eso me gusta mucho. Me gusta mucho la idea de la mezcla".

-¿A qué te refieres?
"Creo que uno de los problemas de la sociedad actual es la segregación: los pobres viven por allá, los ricos por acá; hay colegios para ricos, colegios para pobres. Todo es jerarquizado económicamente en una sociedad que se mezcla muy poco, al contrario de lo que son los países desarrollados. La verdadera creatividad del mundo de hoy viene de todas esas mezclas. Los chilenos somos muy desconfiados con el otro. A mí, eso no me gusta nada, yo creo que hay que mezclarse y aprender del otro. Hay que hacer ese esfuerzo, por difícil que sea... ¡Hay que eliminar prejuicios!"

-¿El arte es un camino?
“El arte va a ayudar a Chile a salir del oscurantismo; tiene la posibilidad de curar muchos males sociales; tengo una fe enorme en eso. En ese sentido, veo todo ligado en mi vida; el arte es de donde partí y ahora hago una prolongación más de eso.
“El arte va a ayudar a sanar a Chile; este es un país que no se ha sanado, que vive como si no hubiera pasado nada. En los países vecinos han hecho un tremendo proceso de revisión de su historia, de sus heridas. En Argentina, por ejemplo, ves como ha servido eso para que se vuelva una sociedad más tolerante; en gran parte porque ellos se dicen las cosas, se hablaron los dolores. En Chile, todo se oculta; eso es fuerte. De ahí viene la rabia de los cabros, los males de esta tremenda ciudad; no nos hemos sanado y el arte me parece una herramienta maravillosa, liberadora, sanadora. Mejor aún si en la tele podemos ayudar a difundirlo; ojalá mandar un mensaje de tolerancia: Todos somos distintos y eso es lo bueno, lo entretenido”.

-Cuando hablas eres el Naranjo de antes.
"Pero lógico, lo que pasa es que después –por alguna razón que no tengo muy clara-
me empezó a ir bien en la tele; supongo que porque hablo bien y la gente en Chile cada vez habla peor".

-Hablas de corrido y sin equivocarte.
"Claro, jajaja, hablo de corrido y tengo un buen vocabulario, porque me gusta mucho leer, sobre todo el Siglo de Oro de la literatura española, Calderón de la Barca y todo eso, y también escribir.
"Bueno, la cosa es que me fue bien en la tele y me ha significado estar instalado en un espacio de farandulero, de opinólogo, que es súper raro, pero que también tiene un lado entretenido".

-¿Cómo llegaste a eso? ¿Nunca tuviste prejuicios?
"No, prejuicios no, para nada; soy poco prejuicioso. Pero sí soy medio miedoso. Me dan un poco de miedo las cosas".


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