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La vulnerabilidad biológica de la mujer frente al Sida

23 de Abril de 2007 | 09:32 |
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Cecilia Sepúlveda es médico internista y a su vez, inmunóloga, donde destaca sus más de 20 años trabajando en el Sida. De hecho, es una de las primeras en hacerse cargo de este tema en Chile y por ello es referencia obligada de los medios de comunicación.

El año pasado la ONU informó que en el mundo 38,6 millones de personas estaban afectadas por el virus VIH y se conoció que entre los 15 y 24 años, el 73% eran mujeres, o sea, es una enfermedad que se está feminizando. En nuestro país, la situación es similar ya que el grupo que ha presentado mayor crecimiento de Sida son precisamente las mujeres.

-Desde 1981 cuando empezó en el mundo, ¿qué cambios drásticos se presentan hoy en esta enfermedad, en Chile?
“Sí, hay cambios drásticos en los grupos afectados. La epidemia empezó en Chile afectando fundamentalmente a hombres homosexuales y bisexuales sigue afligiendo mayoritariamente a ese grupo, pero hay cada vez más mujeres; entonces, la epidemia se ha ido feminizando.
“También hay cambios drásticos en el sentido que ha ido permeando desde las ciudades a las zonas rurales, afectando cada vez a personas del campo y personas pobres, o sea, se ha ido pauperizando.
“Otro cambio se da cuando Chile asume como país poner a disposición de la gente el tratamiento de la triterapia, entonces, el Sida como enfermedad se ha estabilizado e incluso ha disminuido, pero no así la infección por VIH. Seguimos teniendo nuevos contagios”.

-¿En qué estamos fallando? Hay estudios que confirman que las campañas no son efectivas.
“Claramente en la prevención; exactamente, las campañas no son lo suficientemente efectivas. Ahora, no creo que en esto baste sólo con campañas, este es un tema de educación permanente que debe empezar en la infancia. Nosotros estamos dando pinceladas, cada cierto tiempo hacemos una campaña que llega, a lo mejor, al grupo objetivo de ese momento, los jóvenes, pero que no llega a los que son niños y van a llegar a ser jóvenes. No hacemos nada por educarlos, formarlos, en el sentido de que lo más importante es el autocuidado en la salud y en eso se puede hacer muchas cosas. Se puede prevenir infecciones de este tipo que son por transmisión sexual”.

Cecilia Sepúlveda hace ver que Chile ha marcado varios hitos importantes en la prevención del VIH como es el manejo seguro de la sangre y productos derivados, ya que se hace un chequeo de toda la sangre para transfusiones y plasma a partir del año 1988, fecha en que se tomaron medidas obligatorias para todos los bancos de la sangre.

Además, señala que la drogadicción intravenosa en el país no es un problema de tanta magnitud como en países vecinos y se ha logrado reducir, hasta casi el 2%, la transmisión vertical de la madre a hijo durante el embarazo.

“Esto nos lleva a que es la transmisión sexual es la que predomina, el 75% de los casos en Chile son por eso; entonces esto lo tenemos que mirar a la luz de una educación adecuada en los niños”, dice.

-En Chile hoy por 4 casos de hombres hay uno de mujer, pero hace 15 años por cada 20 hombres había 1 de mujer. ¿Qué factor sociológico lo explica?
“Muchas mujeres que adquieren el virus son mujeres que tienen pareja estable, entonces, ellas se sienten seguras, pero no saben que su pareja le es infiel y tiene contactos sexuales no protegidos fuera del hogar. También está que la mujer no tiene mucho control sobre su vida sexual sobre cuándo y cómo tener relaciones, eso es algo que, en general es impuesto por el hombre. Se van produciendo situaciones en las cuales la mujer está en una desventaja cultural-social importante”.

-¿Existen factores biológicos que hagan más vulnerables a las mujeres?
“Hay estudios que apuntan en ese sentido, pero es controvertido ya que no todos concuerdan. Ahora, hay varios que avalan una mayor facilidad de la mujer para adquirir el virus cuando se expone a él por contacto sexual.
“Los problemas serían que le volumen del semen puede contener una gran cantidad de virus y queda en contacto con las paredes de la vagina durante un tiempo importante, lo que permite que pueda ingresar al organismo el virus. Se suma el tema de los traumas o pequeñas lesiones en esa zona que puede facilitar el ingreso del VIH o la misma presencia de otras infecciones de transmisión sexual que actúan como puerta de entrada.
“Yo me cuento entre los que piensan que las mujeres tienen una mayor vulnerabilidad biológica, así como sicosocial”.

-Llama la atención que ya no son sólo jóvenes los afectados, sino que la población es más adulta. ¿Se debe a que asumen conductas arriesgadas mayores o han prolongado su vida con triterapia?
“Diría que todas las anteriores. Hay por un lado, personas que ya tienen el virus y que están teniendo una sobrevida espectacular y con muy buena calidad de vida; en ellos han ido pasando los años y han llegado a la tercera edad, pero por otro lado, vemos que hay más personas que no teniendo el virus, lo adquieren a edades avanzadas.
“Eso, a lo mejor, no lo teníamos dentro del esquema, pero lo que pasa es que las personas de la tercera edad también tienen vida sexual y muchos tienen la idea que no corren riesgo y no se protegen. Diría que es más activa la vida sexual de los adultos mayores hoy que antaño, además existen medicamentos que permiten a potenciar el deseo sexual”.

-Siempre se consideró el intercambio de jeringas y la homosexualidad como los factores de mayor riesgo, pero usted considera que el alcohol y las drogas, en cuanto a perdida de conciencia, son hoy factores más relevantes.
“Absolutamente, uno puede ver como los jóvenes pierden toda conciencia, se ‘borran’ como dicen ellos, y no se acuerdan de lo que hicieron la noche anterior, si tuvieron o no relaciones con una y otra persona y además, habitualmente ésas no son protegidas. El alcohol y las drogas aumentan la vulnerabilidad para adquirir el virus”.

-¿Tienen más prevalencia que los otros hoy?
“Sí, quizás, por lo que sabemos del consumo de droga y alcohol en la juventud que ha ido en aumento.”

-Hay toda una polémica frente a la píldora del día después. Más allá de ello, ¿puede la píldora inducir a una relación sexual no protegida ante la creencia de que después se le puede utilizar para impedir un embarazo? ¿puede liberar conductas que lleven al riesgo de contagio?
“Claro, planteado así, lo es, pero hay que ver la píldora del día después como una medida de urgencia. Sólo está indicada en una urgencia, por lo que no se puede pensar en ella como un método anticonceptivo permanente. Vuelvo a lo señalado, aquí lo que falta es que los jóvenes sean educados, se deben tomar un conjunto de medidas para precaverse y no tener que llegar a tomar la píldora. Se pueden producir situaciones de relajo, pero no es recomendable que los jóvenes piensen que la píldora se puede usar una y otra vez, eso puede tremendamente negativo para la fisiología de las mujeres su abuso”.
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