Aunque la gente lo mira y lo saluda, todavía lo conocen sólo con el nombre de su personaje. Él, cálido y sencillo, responde con una sonrisa, hace señas y, a ratos, se pone un poco colorado.
Le gusta el cariño de las personas que se le acercan, pero no le gusta la fama distante. "Puede parecer weón lo que te voy a decir, pero prefiero parecerme a Pancho Reyes que a Benjamín Vicuña, por ejemplo", explica.
-¿Por qué?
"Por la empatía con la gente. A mí me gusta establecer relaciones a partir de lo que la gente te ofrece, porque en el mundo estamos re carentes de relaciones humanos y seríamos cuán más felices si eso sucediera".
-Aflora tu lado provinciano.
"Provinciano... sí, pero también idealista. El otro día escuchaba a Sergio Lagos y estoy muy de acuerdo con él, decía que si efectivamente nos importara el hambre en el mundo, nadie pasaría hambre, porque seríamos capaces de redistribuir, de darle al otro lo que no tiene. Pero hay intereses creados, que tienen que ver con el poder, con las lucas, que hacen que la gente se muera de hambre... ¡eso no debiera pasar!"
Sin excusas, dice que el único momento en que cree que se pasó de la raya fue al aceptar que Jordi Castell le hiciera unas fotos desnudo. "Después que las vi, las encontré burdas, hasta groseras y me cagó de onda eso. Lo pasé muy mal. Era mi rollo, no de los demás. No había razón para hacer eso; quiero atraer como actor, no por mi facha ni mi cuerpo. Hubiera preferido que se quedaran con Álvaro Gómez actor y no en pelotas".
-¿Gajes de la inexperiencia?
"Claro, pero uno va aprendiendo".
Pero no sólo eso le ha pasado por inexperto, también cuenta riéndose que llegaron al canal entradas para el concierto de Chayanne y para el de Sin Banderas; él y Ariel Levy (Gaspar Solé) no le tomaron asunto a que fueran para cancha y partieron igual. "Quedó la cagá. En el de Sin Banderas casi nos dejan en pelota, nos toquetearon enteros... llegaron los pacos y nos retaban a nosotros por habernos ido a meter a la cancha. Me tocaron el poto, me querían sacar la ropa... ¡No, la cagá!"
-¿Y el ego?
"Na', poh, igual se alimenta con esas cosas, pero lo que hay que pensar es que el personaje ha repercutido en la gente, eso es lo verdaderamente importante".
-¿Te pareces a tu personaje? ¿en lo jote?
"No, para nada; al contrario, soy bien cortado. Estudié toda la vida en colegio de curas con puros hombres; entonces, mi relación con las mujeres ha sido siempre bastante trucha, bien truncada. Según tengo recuerdos, hasta entrar a la escuela de teatro, yo no tenía amigas, ¿cachai?
"Soy como todo lo contrario; no voy a una discoteca y me agarro a una mina... nunca lo he hecho. No soy canchero y me cuesta, me cuesta harto más; de hecho, la mayoría de las veces funciono a través del estímulo; cuando cacho que le llamo la atención a alguien, ahí recién, soy capaz de abordar".
-... (mirada incrédula).
"Bueno, es que ahora con la teleserie le llamai la atención a todas... ¡Igual es rara la weá! ¡No estoy acostumbrado a eso! Es raro que me dejen pasar gratis, que me inviten un trago, que me saquen a bailar".
-¿Te has aprovechado de eso?
"... pero muy poco. Es que tengo un poco de fobia social, además; por ejemplo, las instancias de conocer gente nueva me resultan más aterradoras que estimuladoras. Soy más de quedarme solo. Termino de trabajar y me encierro en mi departamento a ver películas y más películas, y comer, y hacer deportes. También estar con mis amigos, pero los de mi círculo de hierro, que vienen desde kinder".
Se reconoce casero y, aunque le gusta salir a comer, prefiere quedarse en la casa, cocinar y tomarse un "vinito rico y comer chocolates".
-¿Sueño frustrado?
"Ser músico; por lo único que cambiaría la actuación es por ser un rock star. De hecho, estamos armando una bandita, porque quiero cantar".
-¿Vicio privado?
"No sé. Casi siempre lo que hago es privado es lo que muestro afuera también. En ese sentido, no me enrollo mucho; me gusta que las cosas sean siempre bien transparentes. Por ejemplo, puede ser un placer fumarme de vez en cuando un pitito y no me molesta que la gente lo sepa, porque no es un vicio, ni es siempre, es bien de vez en cuando. Me gustaría que ese tipo de temas tabú se abrieran, se discutieran; discrepo mucho de la gente que pretende callar u ocultar las cosas. Creo que los secretos o los temas tapados hacen daño, finalmente.
"Ah... también me gusta tocarme... mi pelo, harto (de hecho comienza a hacerlo)... también mis zonas íntimas (se ríe como avergonzado, nervioso)... estoy hablando de tocar no de masturbarme; tengo una manía, que es muy de los hombres... ¡me gusta rascarme!"
Después de decir que no tiene ningún vicio privado, van apareciendo cada vez más y se muere de la risa mientras los cuenta: "Uno que me da harto pudor –y que no lo hago cuando estoy con una mujer- es que como mucho, hasta las dos de la mañana y me acuesto con la guata llena: muchas golosinas, muchos helados, mucho chocolate... ¡mucho dulce!".
