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"¡La paternidad me dio vuelta!"

18 de Mayo de 2007 | 19:37 |
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Habla suave y tiene pinta de "niñito bien", pero no por eso deja de defender sus ideas con fuerza y no teme tocar ningún tema. Cree en la familia y en la voluntad de la pareja para lograr llevar la relación adelante, también en el trabajo en equipo y en el compromiso a largo plazo. Por eso, dice, no se ha cambiado nunca de canal, ni de elenco; incluso, atribuye a ello, que le resulten más fáciles las escenas íntimas, porque conoce a sus compañeros, pero también a todo el equipo técnico y de dirección que hay detrás y los considera parte de una gran familia.

Si bien parece un bonito discurso que muchos podrían repetir, durante toda la entrevista mucha gente del canal –incluso hijos de funcionarios- se acercan a saludarlo con gran cariño; él se levanta, los abraza, les da un beso o les pregunta por la salud, según corresponda. Lo mismo con el resto de los actores del elenco que parecen apreciarlo mucho.

-Te defines como "curioso existencial", ¿por qué?
"Lo existencial es algo de lo que uno toma conciencia más grande, pero desde chico he tenido profunda curiosidad por todos los movimientos del ser humano. Me gusta mucho habitar ese espacio, hacer un poco una introspección, me gusta el silencio y lo que uno encuentra en él. Desde esa experiencia personal, uno puede hacer una extrapolación o proyección a todo ser humano. Creo que nos preocupamos de los misterios externos, cuando la mayoría de las veces no nos conocemos a nosotros mismos. Si uno se pone un poco de oreja es infinita la cantidad de cosas que puede encontrar dentro de sí; desde la memoria a cómo eso interactúa con tu herencia, con el medio. Me sobre fascina entender el mundo a partir de las personas".

-Con tanta introspección, debe haber sido difícil encontrar pareja.
"No tengo la sensación que haya sido difícil, pero sí siempre fui de relaciones largas".

-¿Cuánto tiempo pololeaste con tu mujer?
"Cinco años".

Cuenta que se casó por la Iglesia Católica, porque él y su mujer lograron hacer suyo el rito, no por cumplir con las convenciones. A pesar de eso, no han bautizado a sus hijos y se declara no creyente.

Lleva diez años casado con la productora audiovisual, Paola Zanghellini; ella venía de periodismo y también entró a los talleres del Club de Teatro, pero no se quedó, volvió a cambiarse de carrera, pero ya pololeando con el que sería su marido.

-¡Eres re formal!
"Más que formal, diría que, de verdad, tengo una vocación súper fuerte de compromiso y opera antes, durante y después; tiene qué ver en cómo uno se compromete previo a comprometerse más, cómo vives ese compromiso y, después, cómo haces para que eso trascienda. Entonces, si te encuentras con otra persona, en el ámbito que sea, que también tenga esa voluntad...¡imagínate!, podís avanzar mucho en la vida.
"Ahora, es una vocación que no todo el mundo tiene. Cada vez más, vivimos en lo desechable o, por último en una atomización, en una individualidad que si no te gusta algo o se te hace más difícil, ¡chao, no más! Para mí ese compromiso es afectivo, finalmente. En eso tengo una gran, gran escuela en mis padres y me siento muy afortunado de haber encontrado una mujer que crea en lo mismo".

-¿La pareja es voluntad y compromiso?
"Claro, es que a pesar de todas las crisis que uno pasa y de todos los altibajos -porque es re difícil ser pareja-, uno debe querer serlo. No se da por osmosis, es un trabajo; requiere una alerta, un querer estar. Cuando uno está bien, la intensidad es máxima, pero cuando uno está mal es súper doloroso... ¡hay que saber navegar ambas aguas!, porque de lo contrario es súper cómodo, lo empezamos a pasar mal y se termina todo.
"Hay que detenerse y mirar; saber que uno va cambiando con el tiempo, aprender a conocer y descubrir a esa otra persona, hay que volverse a enamorar una y otra vez".

Pancho tiene dos hijos: Vicente, de cinco años y Elisa, de dos. "Son muy intensos; muy distintos, pero parecidos; entonces, hay que estar ahí", cuenta risueño.

-¿Es cierto que te tomaste post natal con los dos por varios meses?
"¡La paternidad me dio vuelta! Con Vicente me quedé seis meses, con la Elisa, cuatro. Eso fue ¡total!, por muchas razones. Primero, porque pude comprobar en la práctica que la única manera que tiene el hombre para generar un vínculo con su hijo igual al que tiene con la madre en forma natural, es con presencia, estando ahí. Comprobé que Vicente no sentía ninguna diferencia entre su papá pelúo y la mamá que le ponía la teta y le daba leche; ambos éramos capaces de contenerlo y de hacer todas las pegas que hay que hacer: mudar, sacarle flatos, levantarse en la noche.
"También me pasaron cosas con mi mujer, sentirme compañero en un período difícil, el de después de parir, que es muy fuerte, muy cansador... además estai recién aprendiendo. Qué lata las mujeres que se quedan en la casa todo el día y el marido llega en la noche cansado del trabajo".

-¿Y con la Elisa?
"Fue distinto, porque era la segunda, pero además mujer... ¡fue toda una revolución!, porque en mi familia no nacía una niñita hace mucho. Una niñita... otra energía, otra manera de dialogar y relacionarse".

-¿Qué actividades haces con ellos?
"De todo. Trato de ir a nadar todos los días y muchas veces los llevo, porque les encanta el agua; les cuento cuentos, salimos a pasear, al zoológico, al santuario de la naturaleza... ¡de todo!"

-¡Nadas todos los días!
"Trato, es que descubrí en el agua un espacio para estar conmigo mismo, casi de meditación, de relajo".

-¿Vicio privado?
"Lo que más me gusta es ese espacio propio para poder leer, escribir; solo, conmigo, en silencio. Es un momento muy personal y muy necesario... es una cosa adictiva pa' mí. Si empiezan a pasar días en que no he podido hacerlo, soy capaz de levantarme como a las tres de la mañana pa' hacerlo, pero es ¡un momento! Son espacios de revitalización, de energización, de los que salen las fuerzas para seguir adelante con todo lo demás de la mejor manera posible y con todas mis energías y mi cariño. Una especie de fuente que me nutre, casi zen, de conectarse con uno. Esa conciencia que le da sentido a la vida, que me ayuda a pensar a los demás, a vivir de verdad".
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