"Soy Leo, del 13 de agosto de 1954 –no tengo ningún problema en decir mi edad-, caballo de madera en el horóscopo chino, y eso me da un temperamento y una pasión por las cosas que hago, súper fuerte... ¡Soy caballo de Troya!". Así se describe a sí mismo, siempre riéndose.
Claramente, la relación con su madre es muy estrecha y ha cruzado su vida entera: "Mi madre, no sé cómo explicártelo, es lo más importante en mi vida".
-¿Nunca tuvieron problemas, ni cuando supo que eras homosexual? ¿Y con el resto de la familia?
"Una madre siempre lo sabe; los hermanos, entre comillas. Cuando se habló este tema en mi casa debe haber sido cuando tenía como 17 años. Mi papá nunca lo quiso saber, pero siempre lo supo; era muy machista, pero no tuve problemas graves con él. Sí había problemas en el matrimonio, mi mamá lo pasó muy mal, aunque duró 25 años casada por mí, por sus hijos, porque se acostumbraba. Por algo dije quiero ser el mejor diseñador".
De niño, estudió en el Colegio Alemán de Gorbea y luego en el Colegio Bautista de Temuco. Ya sin risas, recuerda con dolor su época de adolescente: "Lo pasé muy mal de séptimo básico para arriba".
-¿Te molestaban tus compañeros?
"Fue muy doloroso... anoche vi un programa de una adolescente que se suicidó por todo lo que la molestaban sus pares... ¡yo podría haber hecho exactamente lo mismo!, porque me pasó igual o peor que a esta chica. Tanto que no sé de ninguno de mis compañeros. Ellos sí saben de mí, quién soy y dónde estoy. Fue terrible el paso por el colegio".
-¿Y en la universidad?
"No, para nada. Pero en el colegio fue horroroso, llegué a pensar que yo era la única persona así en el mundo; fue muy dura la convivencia con la sociedad".
-¿Todavía duele?
"Afortunadamente, todo ese dolor me hizo más fuerte, más duro; me hizo trabajar y hacer muchos pantalones para poder viajar y conocer el mundo, y me hizo ser lo que soy ahora.
"Es más, creo que fui el primero que lo dijo públicamente en este país en una entrevista que me hizo la María Eugenia Oyarzún con otras dos periodistas, en el año '90... ¡No les iba a constestar me gustan las mujeres y me voy a casar! Como le digo a mis clientas No me gustan las mujeres y las tengo que hacer felices igual".
Después de una sonora carcajada dice que "es tomarlo con humor; en el fondo, aceptarte, que es lo más importante. Pero dije hace mucho tiempo que no es tema, porque a nadie tiene por qué importarle mi sexualidad".
Rubén se reconoce tremendamente sensible y cuenta que lo pasó muy mal con su quiebre económico de hace unos años: "Sufrí mucho, mucho, muchísimo. Fue muy terrible. Pero lo que no te mata, te fortalece".
-¿Cómo?
"Ha sido maravilloso darme cuenta que yo no soy el resumen de las cosas que tengo, sino que soy lo que soy por lo que hago; por mis manos, por mi creatividad, por mi persona. Tenga o no tenga nada, sigo siendo el mismo por mi obra, por mi don. Eso fue lo más importante de esa crisis que vino junto con los 40 –qué eso ya era duro-, pero creo que la vida te tiene grandes pruebas para que logres grandes cosas y eso es lo que vale".
Entre sus gustos, hace unos años se contaba la música electrónica, pero aclara que ya no tanto, porque, como todo el mundo, pasa por épocas. "Qué rico escuchar ahora todo tipo de música; me encanta la latina, con contenido. Estoy muy dedicado, en este minuto, a lo que es la creatividad, mi trabajo, lo que estoy haciendo para afuera y creo que mi energía está canalizada en eso".
-¿Qué haces cuando no estás creando?
"Me encanta la cocina; en algún minuto me gustaría tener el tiempo para estudiar cocina, pero mientras tanto practico, sin haber estudiado nunca. Me encanta servir, me encanta atender, me encanta dar placer.
"También me gusta el paisajismo, creo que es otra de las cosas que desearía estudiar. Y me parece que voy a dedicar mi vida a viajar".
-¿Vicio privado?
"Es privado, no lo puedo decir" (sonora carcajada).
-Uno no tan privado.
"En el fondo, estoy luchando contra eso, porque explotar el placer que da el sabor y el olor a los sentidos, me hace muy feliz. Cuando uno siente los sentidos que te dio la vida es maravilloso. Es más, tengo dramas con el tema, porque tengo que bajar varios kilos, porque el placer de comer –y no cualquier cosa- es una de los placeres que son difíciles de controlar. Qué lata tener que controlarlo, porque tu organismo no funciona como antes. "¡Uno nunca termina de explorar el placer de los sentidos!"
-Se nota, en tus joyas, en tu ropa, en tus pinturas.
"Soy un admirador de la belleza, tanto de la naturaleza como de las personas; en todo trato de encontrar lo bello. Hasta de mis propias experiencias, trato de sacar lo positivo y de corregir lo negativo".
Apenas sus perros se dan cuenta que la entrevista ha terminado, se ponen a ladrar y se le suben encima. Mounia –la hembra negra- se le echa a los pies y Bunda –el macho blanco- se sube al escritorio para que Rubén le haga cariño.
