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“No dependamos de ninguna tradición”

29 de Agosto de 2007 | 12:29 |
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El tema de género le apasiona y se ha especializado en él. A comienzos de este año, María de los Ángeles Fernández lanzó el libro “Bienvenida, paridad”, donde analiza desde distintos ángulos una de las medidas que más comentarios generó la instalación del gobierno de la primera mujer Presidenta de Chile.

Y, en este momento, está abocada intensamente a un estudio de la figura de Michelle Bachelet y las medidas que ha postulado en pos de la igualdad de la mujer, cuestión que deberá exponer dentro de poco en un seminario internacional.

Además, la participación femenina está de moda luego de que la Presidenta anunciara que se presentará un proyecto de ley al Congreso –en septiembre- en el cual se premiará, financieramente, a aquellos partidos que lleven mayor cantidad de candidatas mujeres a las elecciones de cargo popular. Todavía falta dilucidar en qué tipo de comicios y si se establecerá, finalmente, una cuota, idea que al, parecer, el Gobierno ha desechado por la serie de críticas que recibe.

-El año pasado Clarisa Hardy concluyó en su libro “Eliterazgo” que las mujeres no heredan a sus descendientes liderazgo como sí lo hacen los hombres. ¿No será esto una piedra angular de los motivos por los cuales hay poca presencia femenina en el mundo público? ¿No será algo superior a cómo nos repartimos los roles domésticos y cuántas salas cunas se disponen?
“Efectivamente, el estudio empírico que hizo Clarisa para el caso de Chile, demostró que las mujeres que llegaban a tener cuotas de liderazgo y poder no se lo transmitían después a sus hijos como se puede ver en el caso de los varones, donde vienen las sagas. Ahora, no estoy tan clara que a partir de ese hallazgo se puedan establecer leyes de comportamiento general, porque, también es cierto que, dentro de las pocas mujeres que tenemos hoy día, con visibilidad política, como en el Congreso, hay mujeres que son herederas del apellido político como Isabel Allende y Carolina Tohá por el padre o por la vía del marido como Soledad Alvear. Ellas llegaron a la vida política por el mentor y eso forma parte de una de las características de las elite femeninas en el mundo”.

-Sí, pero lo heredaron de un hombre, no de una mujer y son una excepción.
“Obviamente, pero son tantos los factores que están involucrados que cuando las mujeres optan por el camino público, deben sopesarlos. Hay factores de tipo cultural cómo cuán importante es para la sociedad la igualdad de género o estructurales como cuán incorporada está la mujer en el mercado laboral. También están los factores políticos-institucionales como el sistema electoral o la dinámica de los partidos a la hora de seleccionar candidatos. En Chile la selección está guiada por el patronazgo, el clientelismo, donde las mujeres no funcionan muy bien porque no conocen en el ‘know how’.
“El hecho de que no exista limitación a los mandatos también importa, porque si existiera se generarían los espacios necesarios para que las mujeres entrasen, pero aquí, aunque pongamos ley de cuotas, si se mantiene el sistema donde los hombres van a tener mejor derecho, porque son los incumbentes, no se conseguirá el espacio.
“Son muchos los factores que inciden en el hecho de por qué una mujer no entra en política; están los factores más de tipo actitudinal, psicológico, que tiene que ver con la sociabilización previa. Yo provengo de una generación donde a ninguna se le pasaba por la cabeza ser Presidenta y hoy, por el mero hecho de que Michelle Bachelet ya está ahí, se va a producir una transformación profunda que va a alterar los modelos de rol a futuro. El campo político estaba vedado para las mujeres, pero en la medida que se tienen más mujeres en él, se va produciendo una sensación de normalidad”.

-Michelle Bachelet dijo en ComunidadMujer que era necesario crear tradición, por decirlo de algún modo, forzada. Que a ningún Presidente futuro se le va a ocurrir no ir a un encuentro con la agrupación porque ella fue a todos. ¿Son necesarios los símbolos?
“Sí, la Presidenta está en lo cierto, lo simbólico importa. Ella dice lo mismo respecto de la paridad en el gabinete, en cuanto a que le va a costar mucho al Presidente que la suceda, independiente de su género y color político, rebajar o reducir la presencia femenina que ella ha logrado.
“Ojalá sea así, creo que hay un alto nivel de confianza de la Presidenta, pero a mí me gustaría que ese tipo de cosas estuvieran exigidos por mecanismos políticos-institucionales como leyes que obligaran a ello; que no dependieran de la voluntad esos hechos. Estamos en un Estado de derecho y la base de la democracia es la ley, entonces yo preferiría que, si queremos que haya más mujeres en el Congreso, no dependamos de ninguna tradición o de las ganas de alguien en un momento o de las modas, sino que de una ley de acción afirmativa ya sea de cuotas o incentivos financieros.
“Se pueden buscar diferentes fórmulas para forzar la presencia de las mujeres porque si se deja que las cosas sigan como están, no se va a producir. Esto tiene que ver con la división sexual del trabajo y como en todas las sociedades está establecido quién está en lo público y quién en lo privado”.

-Más allá de que las mujeres sigamos a cargo de la casa y familia, ¿no influirá en su ausencia de la política el tipo de mundo que es, competitivo, de mucha deslealtad? Un mundo construido por hombres, para hombres.
“Se dice mucho eso, pero creo que son ideas preconcebidas que se echan a rodar y no se cuestionan. Sí, es probable que, en algún momento, una mujer diga yo no quiero estar metida en eso, pero falta más evidencia de eso. Creo que la política es un mundo muy competitivo, pero también lo son los negocios; si miramos el caso de España, hay sólo un 4% de mujeres en los directorios de empresas, entonces, me pregunto cuál de los dos mundos es más terrible”.

-Hoy se discute el tema de las candidatas a elección popular y muchos se preguntan si habrá candidatas. La Presidenta no pudo encontrar un 50% de mujeres para el cargo de gobernadoras.
“No estoy tan segura de que no las encontró; yo creo que ahí hubo presión de los partidos. Creo que hay que hacer más estudios, hay que tener mucho cuidado con lo que dice la prensa. Creo que hay muchas mujeres, lo que pasa es que están invisibilizadas. No creo eso de que no hay.
“Estoy haciendo un estudio sobre selección de candidatos al Congreso a partir de las parlamentarias de 2005 y me estoy tratando de responder la misma pregunta, por qué hay tan pocas mujeres. Todo me lleva al rol de los partidos, ellos son los que cumplen la función de reclutar y seleccionar a las elites para los distintos cargos. Te metes un poco en eso y te das cuenta que hay mujeres; en el mundo de la Concertación hay muchas mujeres que quieren entrar, pero por el lado de la demanda, por el lado de los que reclutan que son siempre hombres, hay una barrera.
“Habría que ver lo que pasa en la Alianza; la diputada Marcela Cubillos dice que en la UDI no hay problemas para participar y no se necesitan medidas afirmativas. Tiendo a pensar de que a lo mejor en su mundo es así y que por los valores culturales a los que adscriben las mujeres de derecha, la familia es más importante lo que no quiere decir que para las otras no lo sea. A lo mejor por eso en la derecha se buscan mujeres y ellas no quieren ir porque privilegian otras cosas. Quizás, en la Alianza las mujeres hacen un cálculo y dicen prefiero no competir, pero no creo que el mismo razonamiento se pueda usar para las mujeres del mundo PS-PPD.
“El partido que más candidatas ha llevado desde el año 1989 hasta la fecha es el PPD, con un 16,6%. Es el partido que aparece como el más amigable, pero en el país de los ciegos, el tuerto es rey”.

María de los Ángeles insiste: “Creo que tienen que haber mujeres por un tema de modernización de la sociedad, de justicia democrática; porque una sociedad no puede darse el lujo de desperdiciar sus talentos en todos los ámbitos. Todos los indicadores de competitividad –en los cuales hay un índice de género incorporado- te demuestran que muchos países son más competitivos cuando tienen más mujeres incorporadas, por ejemplo, en los directorios de empresas... Los partidos van a tener más mujeres cuando ellos vean que tener más mujeres les permite ganar la contienda electoral”.

Para sostener lo anterior, la cientista afirma que los datos demuestran que cuando a las mujeres las ponen a competir “les va mucho mejor que a los hombres”. De hecho, los dos candidatos más votados el 2005 fueron Alejandra Sepúlveda y Soledad Alvear.

-Les va mejor, pero todas las encuestas confirman que a la mujeres se les exige más que a los hombres en política. ¿No es eso una desventaja?
“Efectivamente, son tan pocas las mujeres que entran al sistema y son vistas como algo raro, que, obviamente, -y lo comprueban distintos estudios- la mujer experimenta un fenómeno de sobre selección; se le exige 3 o 4 veces más que un hombre. Frente a ciertos eventos a un hombre se le perdonaría la vida, pero a la mujer no; es más, cuando una mujer lo hace mal, de alguna manera, involucra a todo el género, mientras que cuando lo hace mal un hombre es sólo él y no salpica a todo el género. Es como si la mujer no tuviera atributos por sí misma”.

-Siendo cruda, algunos dicen que la mujer chilena se juega el pellejo con el gobierno de Michelle Bachelet, que si lo hace mal nunca más habrá una mujer Presidenta.
“Eso va a depender de nosotras, la Presidenta bastante responsabilidades tiene. La Presidenta ha tenido un coraje... ella no llega ahí porque los hombres y las mujeres en Chile estén más convencidos que las mujeres tienen que estar en esos lados; llega ahí por otro tipo de fenómenos que tienen que ver con que se cree que la mujer va a incorporar mayores dosis de virtuosismos a la política y eso es mentira, eso no es cierto, mujeres y hombres somos iguales. Cuando una mujer trata de llegar a ciertos espacios enarbolando los argumentos de la bondad y el virtuosismo se está poniendo la soga al cuello”.

-¿Más allá de cómo le vaya, las mujeres estarán más empoderadas?
“Creo que sí. Está el efecto simbólico y los modelos de rol; uno ya lo ve en los niños de 8 o 10 años, antes de que se instale en ellos la etapa del cinismo político que es de descreimiento. Aparte, la Presidenta tiene una agenda mujer bastante contundente; el primer aporte que le tenemos que agradecer a ella es que el tema de la condición pública de la mujer sea tema, se ha convertido en tema de discusión más allá de las caricaturas. Y el tema de género no es un tema de las mujeres, es de hombres y mujeres”.

-Vamos a una propuesta. Parece que este Gobierno es realista y ha resuelto no enviar una ley de cuotas al Congreso ante el rechazo que encuentra por el desprestigio que hace de la mujer y sus capacidades. ¿Crees que hay que insistir en este camino o existe otra alternativa?
“Los organismos internacionales recomiendan y promueven medidas para hacer espacios a las mujeres en el mundo político y las que más se han utilizado, porque se han mostrado más eficientes, son las cuotas.
“Ahora, reconociendo el realismo político, que es una gran virtud, creo que a lo mejor Chile es un país extraño, y si bien copia todas las modas de afuera, en lo que se refiere a las cuotas somos absolutamente herméticos. Es muy raro resistirse de esta manera a la evidencia comparada. Costa Rica tiene casi un 40% de mujeres en el Congreso y lo han logrado porque la elite política ha reconocido que la equidad de género es un valor en la calidad de la democracia y están, en este momento, reformando el sistema electoral para promover listas paritarias”.

-¿Puede ser eficiente el camino que va a seguir el Gobierno de premiar financieramente a los partidos que lleven más candidatas?
“Sí, obvio. Es una muestra de adaptabilidad, flexibilidad, pragmatismo político de la Presidenta y de la ministra del Sernam que habla muy bien de ellas. Un buen líder tiene que ser adaptativo y sí creen que las cuotas en Chile no cuajan, buscarán otras fórmulas; eso las obliga a ser más creativas. Hay que apostar a que esto funcione... me parece fantástico y estoy abierta a eso porque se ha demostrado que uno de los problemas que tiene la mujer para entrar en política es el tema del financiamiento”.

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