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¿Hay mercado para los separados?

Múltiples son las quejas de quienes han fracasado en sus matrimonios: no encuentran departamentos, productos, ni espacios que alivien su nueva condición. Pero el ambiente ya comenzó a moverse.

20 de Noviembre de 2007 | 10:27 |
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Dijeron "Sí". Prometieron estar juntos para toda la vida ante la ley de Dios y la de los hombres. Cuidarse en salud y enfermedad. Amarse y respetarse hasta que la muerte los separe. Sin embargo, no pudieron cumplir con su anhelo.

Son los separados, un grupo que en nuestro país suma casi un millón de chilenos -según las estadísticas oficiales-, pero que en realidad superaría los 2 millones y medio de personas.

Quienes fracasaron en su proyecto de pareja confiesan que se sienten como ciudadanos de segunda categoría, bichos raros. Hablan con autoridad sobre la palabra soledad y alegan desprotección. Sienten que han sido dejados de lado por la familia, a veces por los amigos, pero, además, por algo tan intangible como el mercado.

Ellos tienen carencias que solucionar, pero la sociedad no los toma en cuenta, alegan. Quienes descubrieron la necesidad que tenían los separados de identificarse como grupo, son el publicista Patricio Bauerle y la periodista Carola Brethauer, conductores del programa "Superados" de Radio Tiempo.

Ambos son separados y hace más de un año que conducen este espacio dedicado especialmente para las personas que han fracasado en sus matrimonios. Según comentan, el éxito del programa radica en que se ha transformado en una suerte de terapia para todos quienes han pasado por esta difícil situación.

Allí cuentan sus vivencias, dolores y esperanzas...

"Hay una necesidad afectiva de expresarse. Tocamos temas sensibles por los que todos hemos pasado y la gente se ha sentido interpretada. Al principio pensaba que nos iban a llamar más mujeres, pero los hombres también se han sentido parte de esto", señala la conductora.

"Lo que buscamos con "Superados" es hacer que el duelo de la separación sea más corto. Sean cuales fueren las circunstancias, siempre hay una pena que superar. No se trata de incentivar el rompimiento del matrimonio, sino buscar todas las aristas y motivos por los cuales se llegó a esto y tratar de que otras personas lo tomen como sabios consejos", añade Rodrigo Bezanilla, gerente comercial de Radio Tiempo.

Incluso, desde que partió el programa han organizado fiestas mensuales para los "Superados". Como ha pasado poco más de un año, coronarán la temporada con un viaje relámpago a una discotheque en Buenos Aires.

Desde su experiencia, Patricio Brauerle comenta que efectivamente el mercado ha dejado de lado a los separados. De ahí la buena recepción de la gente a este espacio radial.

-La vida del separado es súper difícil en términos de vivienda. Por ejemplo, no existen edificios para separados. Hay departamentos para una persona, pero no tienen la seguridad necesaria como para cuando llevo a mi hija a pasar el fin de semana. Además no tienen juegos infantiles. Pero tampoco me puedo ir a vivir a uno más grande-, comenta.
Perfil de los "superados"
El segmento que más declara estar separado en Chile es el D. "Son más mujeres que hombres, y por rangos etarios, se agrupan en los primeros años de matrimonio, entre los 35 y 44 años. Sin embargo, en el grupo C1, el grupo etario que más declara estar separado es el de los 40 a 44 años", comenta Karina Besprosvan, directora de Research de la agencia OMD Chile.

Detalla que el 70% de dicho grupo trabaja y los describe como "bien optimistas en lo económico: un 70% piensa que su situación económica futura estará mejor que hace un año. La mitad tiene algún tipo de tarjeta para comprar a crédito. Es gente hogareña, que disfruta pasar tiempo en su casa, ya sea solos o con amigos. Y para ellos su trabajo es su vía de escape: es más que un simple trabajo porque, a partir de él, van a lograr sacar adelante a sus familias".

Sus principales necesidades apuntan a adquirir productos pequeños, obtener mayor crédito y acceder a entretenimiento.

Bezanilla agrega que los separados tienen un importante "potencial económico, pues tienen derecho a ser felices y a rehacer sus vidas, lo que involucra cambios de hábitos y consumos diferentes a los que tenían cuando estaban casados. En muchos casos, son personas que tienen que partir de cero".
Por ejemplo, dice, "al irse de su casa, ellos no sólo dejan a su familia, sino también todos los bienes que lograron adquirir durante su vida matrimonial. Tendrán que empezar nuevamente a formar su hábitat: desde una simple cama, una cuchillería hasta lavadoras, secadoras, etc".

Sin embargo, Karina Besprosvan, directora de Research de la agencia de Medios OMD Chile, evita hablar de un "segmento de los separados". Aclara que el mercado está mirando hacia los consumidores "individualistas", como los solteros, divorciados o personas que viven solas.

"Yo no hablaría de que se ha conformado un segmento de separados. Creo que, más que eso, en el último tiempo se ha notado una mayor predisposición de la gente a comunicar su estado civil. Esto está relacionado con cambios socioculturales del país, donde se percibe mayor apertura de la gente en relación a su estado civil, a tener hijos fuera del matrimonio o en la religión", sostiene Besprosvan.

Gimnasio, play station y spa

Luego de varios años de pololeo, una fiesta de matrimonio inolvidable y un hijo de dos años, Mario (37) nunca pensó que cuatro años después de armar una familia, nadie lo esperaría en su casa a la vuelta del trabajo.

Tampoco imaginó que vería a su niño fin de semana por medio y que él debería preocuparse de aspirar su pieza o lavar los platos porque, de lo contrario, su departamento se convertiría en una pocilga.

Según cuenta, nada hacía presagiar que después de varios intentos por mejorar la convivencia, su matrimonio se acabaría. "Las críticas y las molestias entre los dos se fueron haciendo cada vez más recurrentes. Lo mejor era separarnos", señala.

Si bien la solución estaba tomada, para él el gran problema se venía después. "Tenía muchas preguntas en mi cabeza, pero pocas soluciones. No sabía qué hacer, a dónde ir, dónde dormir la primera noche...".

Ximena Valdés, especialista en temas de familia y directora del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer (CEDEM), señala que, como los conflictos permanentes terminan siendo lesivos para la pareja, los separados experimentan, en primera instancia, una sensación de libertad.

Sin embargo, al mismo tiempo, surgen necesidades que antes eran desconocidas para ellos. "En el caso de los hombres aparece el afán de afirmar su patrón de virilidad. Por eso van al gimnasio y frecuentan los spa. Con ellas pasa lo mismo", asegura.

Además, comienzan a consumir productos que antes estaban "vetados" dada su condición de casados. Por ejemplo, es cada vez más frecuente que los hombres decoren sus nuevos departamentos con un completísimo bar, televisores plasma, play station, y que las mujeres reinventen su belleza, para lo cual recurren a implantes mamarios, cirugías o nuevos cosméticos.

"Es que el consumo es un gran satisfactor de la angustia. De hecho, hay una fuerte correlación entre los satisfactores mercantiles y los problemas personales o de identidad de las personas", indica Valdés.

"Caprichos compensatorios"

Y Bauerle le da la razón:

-Los separados tenemos gran cantidad de necesidades comerciales, muchas más que una familia tradicional. Gastamos más, buscamos caprichos compensatorios, porque de alguna forma son regalos para sentirse mejor.

En el debate radial que Patricio Bauerle y Carola Brethauer tienen con sus auditores han salido varias ideas al aire: como "listas de separados" en las grandes tiendas - al estilo de las listas de novios- para poder decorar y amoblar su nuevo departamento; apart hoteles baratos y que acojan a los recién divorciados que no tienen dónde dormir; y planes de viajes económicos para una sola persona.

Según Besprosvan, el mercado está empezando a incursionar en "las personas que están solas, que toman decisiones de compra que antes no tomaban. Hay que entender que hoy el consumidor demanda nuevas formas de consumo, tiene otros tiempos, muchos estímulos y actividades, y hay que seguirlo a donde vaya".



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